La Selección Nacional Sub-17 hizo vibrar a todo el país el pasado 10 de julio al ganar el campeonato mundial de su categoría, venciendo 2-0 a Uruguay en la cancha del Estadio Azteca.
Más de 100 mil personas en el “Coloso de Santa Úrsula”, y millones más en toda la nación, vitorearon e hicieron suya esta victoria, que sabe a Gloria en estos momentos de violencia, inseguridad y crisis económica que vivimos.
Todos nosotros nos identificamos con cada uno de los 21 elementos que conformaron este Tri juvenil, con su cuerpo técnico. Nos emocionaron al máximo, sobre todo a quienes tenemos hijos pequeños o ya entrados en la adolescencia, quienes de inmediato tomaron un balón y se salieron a las calles o los parques de cada colonia a imitar a sus nuevos ídolos, a los ya llamados “Nuevos Niños Héroes”.
Guiados de la mano de Raúl “Potro” Gutiérrez, un entrenador de bajo perfil, pero muy trabajador y motivador, estos jugadores supieron ir partido a partido de menos a más, sufrieron al principio, pero finalmente tuvieron la entereza para ganar sus siete juegos, algo nunca logrado por cualquier selección nacional y al final levantaron una copa que ya se está encariñando con México.
Y es que apenas en el 2005 otro puñado de adolescentes lograron lo mismo, pero en aquella ocasión en Perú, en donde vencieron 3-0 a Brasil y por vez primera se ganaba un título mundial de la FIFA.
Sin embargo, hoy después del festejo en el Azteca, en las calles de la Ciudad de México, de la visita al Presidente Felipe Calderón, del recibimiento eufórico en cada una de las plazas y en todas las casas de los seleccionados, hoy se debe pensar en qué es lo que le depara el futuro a cada uno de ellos.
Se ve que se trata de un grupo unido, humilde y lleno de valores, y para muestra, la oración que hicieron en el centro del campo, hincados y tomados de las manos agradeciendo a Dios por el logro obtenido. Esto habla de saber asimilar la victoria sin despegar los pies del suelo.
Porque si bien es cierto que ya están dentro de la historia de nuestro futbol y el deporte nacional, a los 17 años les queda toda una vida por delante y a más de uno, tantos elogios, reconocimientos y regalos los puede marear, sacar de concentración y pensar que ya triunfaron, que no hay más por que luchar.
Hay que recordar que el futbol es caprichoso, que no todos por más calidad y condiciones que tengan llegan a triunfar. Se necesita mucha tenacidad, trabajo y algo de suerte, pero no siempre se destaca.
CAMPEONES DEL 2005,
NO TODOS TRIUNFARON…
De aquella selección de Jesús Ramírez que se proclamó campeona en Perú 2005 no todos han podido fincar una carrera exitosa en nuestro futbol. Algunos lograron irse a Europa, medio destacaron o poco a poco van consolidándose, pero varios de ellos fracasaron y se perdieron en el anonimato.
Veinte jugadores formaron parte de los primeros “Niños Campeones”, de los cuáles sólo cuatro están en estos momentos en equipos del Viejo Continente.
Giovanni Dos Santos, que ya formaba parte del Barcelona, ha dado tumbos en su carrera, debutó en el Barsa, pero fue vendido al Tottenham, donde no ha podido brillar, y lo han prestado a equipos de la segunda división inglesa, al Galatasaray turco y últimamente al Racing de Santander en España. Hoy su futuro es más que incierto y no se sabe dónde jugará a partir de agosto.
Héctor Moreno por su cuenta partió a Europa en busca de una oportunidad. Batalló, pero en Holanda el AZ Aalkmar se la dio, triunfó en el futbol tulipán, fue campeón y hoy es el flamante refuerzo del Espanyol de Barcelona en la Liga de las Estrellas.
Carlos Vela, el Arsenal de Inglaterra se lo robó a Jorge Vergara y las Chivas. “El Bombardero” llegó a los “Gunners” con la etiqueta de prodigio goleador. En su primera etapa lo prestaron a equipos de la Segunda División de España y luego lo repatriaron para darle la oportunidad en la Liga Premier, pero no ha pasado nada con él, ha desperdiciado todas las oportunidades, se fue a un equipo mediocre y hoy tampoco tiene claro donde jugará.
Efraín Juárez, al igual que Moreno se fue a probar suerte a España, sin éxito tuvo que volver a México, donde de la mano del Tuca Ferreti triunfó en los Pumas y tras el Mundial de Sudáfrica fue comprado por el Celtic de Escocia, donde no ha podido adaptarse ni ganarse un lugar como titular, pero ahora tiene la oportunidad de demostrar su calidad en su segunda temporada.
Del resto de aquella selección, elementos como César Villaluz con el Cruz Azul; Patricio Araujo y Omar Esparza con Chivas; y Adrián Aldrete en Morelia han tenido más o menos una destacada participación en la Primera División, pero sin llegar a consolidarse todavía, los demás, deambulan por la Liga de Ascenso o de plano ya se resignaron a jugar por unos pesos en ligas semiprofesionales o se retiraron.
OJALÁ Y HAYAN APRENDIDO
LA LECCIÓN…
Hoy lo que suceda en el futuro con los campeones del 2011 debe ser diferente, se debe haber aprendido la lección, tanto en los equipos a los que pertenecen, como en sus familias y por ellos mismos, porque en estos momentos todo es color de rosa y poco apegado a la realidad.
Ya se habla del interés de equipos europeos por jugadores como Jonathan Espericueta, Carlos Fierro, Julio Gómez, Arturo González y Giovanni Casillas, pero deberán ser muy inteligentes para saber qué decisión tomar.
Está más que claro que a Jorge Vergara no se le volverán a hacer los “visores” del Viejo Continente, que no le sucederá lo mismo que con Carlos Vela, porque si bien el Arsenal quiere llevarse a Fierro y ya ofreció 2 millones de euros por él, el dueño del Rebaño Sagrado ya anunció que el goleador mexicano en el Mundial va a debutar en el Clausura 2011, le hará un contrato a largo plazo y lo blindará con una cláusula alta de rescisión.
Como son menores de edad, los clubes mexicanos deberán ser muy inteligentes para convencer a los padres de estos jugadores para no caer en la tentación de los equipos europeos, que en muchas ocasiones les ofrecen trabajo a toda la familia para llevarse a las futuras estrellas.
En el caso de Espericueta, los Tigres buscarán alargar el año de contrato que le queda al juvenil, se sentarán con su padre para negociar un buen aumento económico y lo subirán de categoría al equipo Sub-20, pero el Tuca Ferreti ya dejó en claro que no lo debutará en la Primera División por presión de los medios y la afición, pues debe seguir un proceso y no acelerarlo innecesariamente.
Se dice que a “Espiri” lo quiere Marcelo Bielsa en el Atlético de Bilbao, aprovechando las raíces vascas que corren por sus venas, además de que otros equipos españoles e ingleses ya le han echado el ojo al ganador del Balón de Plata en la justa mundialista.
Julio Gómez, quien recibió el Balón de Oro y se ganó el cariño de la gente en la Semifinal frente a Alemania al anotar el gol del triunfo de chilena y con la cabeza vendada tras un fuerte golpe, es pretendido en España y Francia, pero el Pachuca también tomará sus precauciones al ofrecerle mejores condiciones económicas.
Los casos de González y Casillas son similares, los siguen de España, pero Atlas y Chivas los blindarán para que no se los roben. Aunque las familias de ambos han mencionado que ven con buenos ojos la posibilidad de que sus hijos se vayan a Europa y no esperen aquí una oportunidad.
Esto es un tema de mucha polémica, pues hay un sector de la opinión pública que estima que estos jugadores y sus familias deben aprovechar el momento que viven, pues hoy son reconocidos internacionalmente por el título en el Mundial Sub-17, y quizá dentro de uno o dos años nadie se acuerde de ellos.
Un argumento importante para “aconsejarles” que se vayan es que aquí en México la mayoría seguirá jugando en su categoría o en el mejor de los casos en la siguiente, pero pocos apuestan en que realmente sus equipos los hagan debutar en el Máximo Circuito el próximo torneo.
Al menos equipos como Atlas, Monterrey, Cruz Azul, Morelia y Tigres ya se han pronunciado por darles un seguimiento a su proceso dentro de cada una de sus instituciones, de llevarlos poco a poco, pues consideran poco prudente soltarlos ya en la Primera División, donde hay jugadores mucho mayores de edad, de experiencia y colmillo, quienes a las primeras de cambio podrían “comérselos” y demostrarles que aún no están listos para dar el gran salto.
Y aunque el irse a un equipo de Europa tampoco les garantiza que jugarán en Primera, la ventaja será estar en un futbol más competitivo, de mayor preparación física y mental, algo que aquí no tendrían en la misma calidad.
Sea cual sea la decisión que tomen, lo más importante es que mantengan los pies en la tierra, que no se vuelen ante tanto elogio. Hoy están siendo homenajeados por todo mundo, desde políticos que se suben al carrito, autoridades deportivas y educativas, pero sobre todo por “amigos y familiares” que antes ni los hacían en el mundo.
Para un chico de 17 años es muy fácil “marearse”, creer que por ser campeón del mundo, ya lo merece todo, que puede tener lo que desee, tanto en cuestiones materiales como emocionales, así que las familias y los propios clubes deberán darles un seguimiento psicológico muy fuerte.
QUE NO SE PIERDA
ESTA GENERACIÓN…
Además de lo que pueda suceder en lo particular con cada uno de estos jugadores, hay que pensar en darle un seguimiento importante, para evitar que se pierda como sucedió con la del 2005, que en su mayoría sus elementos se quedaron festejando y no se han consolidado.
Raúl Gutiérrez deberá hacer un trabajo de consolidación de este proyecto, pues ahora deberá pensar en el siguiente Mundial Sub-20 del 2013, trabajar más fuerte, mantener el mismo fogueo internacional que se le dio y buscar que todos, o la gran mayoría de los que hoy son campeones busquen un título más en la categoría inmediata.
“El Potro” debe concentrarse en seguir “formando” a este puñado de futbolistas, olvidarse de llegar a ser técnico de Primera División, ser diferente a Jesús Ramírez, quien después del 2005 quiso dar el salto a la grande, dirigió interinamente al Tri Mayor, se olvidó de las selecciones menores y con el América fracasó rotundamente en el máximo circuito.
En cuanto a la Federación Mexicana de Futbol, sus directivos deben aprender de tanto error que han cometido arriba y enfocar sus baterías a fortalecer el proyecto de los representativos juveniles, pues es ahí donde México está dando resultados, se ha convertido en una potencia y partiendo de ahí consolidar a estas generaciones.
Sobre todo pensando en los jugadores que el 10 de julio del 2011 levantaron la Copa del Mundo en el Estadio Azteca, podrían dentro de unos años, 3 o 7, hacer lo mismo con la Selección Mayor, ese debe ser el objetivo, apostarle a lo que está dando resultados y olvidarse de los fracasados.
Como les dijo en Los Pinos el presidente Calderón, hoy estos jóvenes Sub-17 le han dado a nuestro país una alegría inmensa, una motivación para salir adelante, para acabar con los problemas y pensar en que podemos ser un país triunfador, pero no todo debe quedar en eso, en meras palabras, ahora hay que apoyarlos más y llevarlos de la mano para que no se aparten del camino de los triunfos y los éxitos de vida.