por HEctor Bencomo
Dicen que atrás de un gran hombre hay una gran mujer y aunque Jaime García es soltero, ese “ángel de la guarda” es su mamá, quien desde que era un niño lo ha apoyado en su meta de ser beisbolista profesional y llegar a las Ligas Mayores.
“Yo estuve con él tiempo completo se puede decir que dejé todo porque no faltara a sus entrenamientos”, dice Gloria Rodríguez, mamá del pitcher ligamayorista.
“A mí me gustaba el beisbol desde siempre, pero fue mayor cuando él empezó a jugar”, confiesa Gloria, quien asegura que desde que Jaime partió hacia los Estados Unidos se mantiene pendiente de él todos los días a través de llamadas telefónicas y el internet.
“A pesar de que estamos lejos estamos más en comunicación (con llamadas a cada rato)”, comenta la ama de casa, quien es la única zurda de la familia, por lo que le heredó a su hijo esa cualidad que es tan apreciada en un pelotero profesional.
“Yo soy la única zurda de la familia y gracias a Dios se lo heredé”, dice con una sonrisa.
EL PAPA
Jaime García padre es un apasionado del beisbol y se siente orgulloso de ver que su hijo ha logrado una de las metas que se trazó cuando niño.
“La primera pregunta que le hice cuando me dijo que quería ser beisbolista fue si realmente lo deseaba, porque para esto se requiere mucha entrega”, comenta el ingeniero de profesión.
“Desde el primer momento que empezó a destacar fue tanta su disciplina que se notó la diferencia con los otros muchachos”, dice.
Como buen padre, ha seguido los pasos de su hijo desde las ligas menores hasta la gran carpa.
“Allí estuvimos (cuando debutó en los Estados Unidos) fue un juego de cinco entradas, cuatro carreras, sin decisión y dos de las carreras no debieron haber sido”, recuerda García.
Después vino el momento amargo cuando se lesiona el brazo en 2008 y tiene que estar fuera de actividad por un año. Pero las satisfacciones continuaron en 2010 al regresar en gran forma con una temporada en la que fue nominado para el premio Novato del Año.
En este 2011 las cosas han salido bien para el tamaulipeco e incluso estuvo muy cerca de lanzar un juego perfecto.
“Estábamos en la casa viendo el juego por televisión, éramos unos 15 ó 20 amigos siguiendo el juego, estábamos muy atentos hasta que vino la base por bolas en la octava entrada y luego el primer hit”.
Los García Rodríguez son una familia unida que apoya la carrera del vástago y lo siguen siempre por la televisión e incluso una o dos veces al mes en persona. v