El 25 de agosto de 2010, los Piratas de Pittsburgh firmaron al joven mexicano Luis Heredia por 2.6 millones de dólares. Antes de que se cumpla el año otro muchacho nacional le seguirá los pasos y quizás supere la cifra.
Se trata de Roberto Osuna, un sinaloense de apenas 16 años que ha impresionado a todos con su fuerza para pitchear y su inteligencia sobre el montículo.
“Es un jugador poco común en México, el más sobresaliente de los últimos años”, dijo Luis Fernando Méndez, ex lanzador profesional e instructor de los Diablos Rojos del México, equipo al que pertenece Osuna.
Gil Kim, buscador de los Rangers de Texas, comentó que su organización ha seguido los pasos de Osuna desde hace tiempo y están muy interesados en firmarlo, pero sabe que no será fácil.
“Creo que va a ser una gran pelea por quedarse con él”, dijo Kim, cuya misión de tiempo completo es detectar talento a lo largo y ancho del territorio nacional.
“Estamos muy interesados en él y creo que todo mundo debe estar interesado porque es un muchacho muy talentoso que sabe lanzar”, dijo Kim, cuya organización ha firmado a cuando menos seis jóvenes mexicanos en los últimos tres años.
QUERíA SER CATCHER
El talento le viene a Osuna de familia, ya que su padre, Roberto, fue profesional por 16 temporadas en la Liga Mexicana y Antonio, su tío, llegó al mejor beisbol del mundo con los Dodgers de Los Ángeles.
“El beisbol es el orgullo familiar. Mi papá siempre me dijo que le gustaría que fuera beisbolista y se logró. La verdad mi sueño era ser catcher, pero gracias a Dios se me dieron las facultades para ser pitcher y mi papá me guió por ese camino”, aseguró el prospecto.
Recuerda que su primer juego fue a los tres años de edad y que lo perdieron 27-3, pero esas tres carreras fueron jonrones suyos. Luego jugó en las Ligas Pequeñas de Ahome, Sinaloa, donde siempre destacó por se más alto y corpulento que los demás.
Luego vinieron los torneos juveniles y ahora su firma al profesionalismo con los Diablos, que lo dieron de alta en el roster y jugará esta temporada algunos partidos hasta que en julio se contrate con alguna organización de Estados Unidos.
“Jugar en las Ligas Mayores es el sueño de todo niño y le estoy echando muchas ganas para lograrlo, gracias a Dios tengo facultades y sólo es cuestión de echarle ganas”, comentó.
Recordó que Lee Sigman fue el primer buscador de talento en acercarse a él para hablar de su futuro. Eso fue cuando tenía 14 años y ya alcanzaba velocidades de 80 millas por hora en su recta.
Y en cuanto a su repertorio, Osuna dice que además de una recta superior a los 90 millas, tiene un buen slider y cambio.
“Mi curva es malísima”, dice con una sonrisa al aceptar que fue el lanzamiento predilecto de su padre. “No me la ha querido enseñar porque dice que lastima mucho el codo”.
Osuna es un chamaco agradecido y dice que amigos de su papá como Teodoro Higuera, Luis Ignacio Ayala, Dennys Reyes y el catcher Héctor Hugo Hurtado le han enseñado los secretos del beisbol.
Pero ante todo, siente gran admiración y respeto por su progenitor, Roberto Osuna, quien además de papá ha sido su guía en las buena y en las malas.
“Todo se lo debo a Dios y a mi padre, que desde chico me enseñó todo lo que sé”, afirmó el muchacho que puede hacer historia en el beisbol.
OPINIÓN DE EXPERTO
Si alguien puede hablar de pitcheo es Luis Fernando Méndez, quien lanzó 18 temporadas en la Liga Mexicana y logró 163 victorias. Actualmente es instructor de los Diablos Rojos y se encarga personalmente de seguir a Osuna.
“Aparte de que tiene un talento de tirar fuerte, es un joven inteligente. Cuando está en la loma parece que tiene experiencia de años”, expresó Méndez.
Dijo que están trabajando en la mecánica del joven para con ello evitar riesgos de que sufra una lesión.
Explicó que sus mejores armas son el control, su pitcheo rompiente, como el slider y su cambio.
“Este muchacho no pasa más de tres años para que debute en grandes ligas”, sentenció el pitcher nativo de Los Mochis, Sinaloa.
debuta en saltillo
El 11 de abril, Osuna debutó en la Liga Mexicana ante los Saraperos de Saltillo. Era la octava entrada y el juego estaba en favor de los Saraperos 6-4.
“Desde que cruce la línea de tercera sabía que José Amador (quien ya había conectado jonrón) y todos los bateadores son muy peligrosos, pero yo iba pensando en que para eso me había preparado y tenía que hacer el trabajo”, dijo Osuna.
Abanicó a Amador con rectas cronometradas en 93 y 94 millas y luego sacó otros dos outs para retirar en tres su primer compromiso como profesional.
Los Diablos le dieron el uniforme con el número 20, mismo que utilizó el gran Aurelio López, quien ganó tres títulos con los pingos y uno más con los Tigres de Detroit en 1984.
El primer paso está dado… ahora viene lo mejor.
Tras los pasos de Teodoro Higuera
por Héctor Bencomo
Si el hijo de Fernando Valenzuela decidió seguir los pasos de su padre, el junior de Teodoro Higuera intenta lo mismo como prospecto de los Diablos Rojos del México.
Valenzuela e Higuera escribieron una de las etapas más brillantes del beisbol mexicano en las Ligas Mayores cuando triunfaron en la década de los 80.
Fernando Jr. juega actualmente para los Leones de Yucatán en la Liga Mexican y Teodoro Jr. se prepara para debutar en cualquier momento.
“Empecé el año pasado, primero quise terminar la prepa”, dice Higuera en una entrevista realizada en la Academia de El Carmen. “Me estaba yendo muy bien, pero tuve una lesión que me dejó fuera nueve meses y apenas estamos regresando”.
De 19 años y derecho para lanzar, Higuera Jr. quiere hacer carrera profesional y se toma su tiempo, aunque no se presiona porque también le gusta la escuela y sabe que de no ser pelotero, habrá una carrera profesional que seguir.
“Si no me viera el talento ya no estuviera aquí”, dice francamente. “Me puse como meta tres años para el beisbol y si no se me da, regreso a la escuela. Me queda un año para seguir tratando”.
Comenta que en cuanto al estudio le gusta la administración y el comercio.
Higuera Jr. nació prácticamente en los campos de beisbol, pero no le tocó ver a su papá en los momento de gloria con los Cerveceros de Milwaukee.
“De darme cuenta (de la fama de su papá) a los cuatro o cinco años cuando la gente se le acercaba, porque yo siempre lo vi como mi papá, no como jugador de grandes ligas”, cuenta.
“Es la persona más atenta que conozco. Siempre está al pendiente de sus hijos y me da mucho orgullo que entre al Salón de la Fama, espero estar junto a él algún día”.
Sobre su idea de ser profesional, el muchacho dijo que cuando tenía 12 años descubrió sus habilidades deportivas.
“Realmente yo jugaba primera y tercera base. Cuando regresé de Estados Unidos tiré en el bullpen, cuando mi papá era coach de Tabasco, y alcancé rectas de 80-81millas”.
En febrero del año pasado Higuera Jr. estaba tirando 89 millas y buscadores de los Yanquis y Boston lo checaron. Sin embargo, una lesión en el codo frenó su camino.
En este 2011 ha regresado por la revancha y ya se prepara en las sucursales de los Diablos.
Contrario a su papá, el junior es derecho, pero aclara que Teodoro Sr. también lo es.
“En realidad mi papá también es derecho, nomás que cuando era niño algo le pasó en la mano y se tuvo que hacer zurdo”, confiesa.
El mejor consejo que le ha dado su padre es tener disciplina y coraje.
“Me dice que hay que tener agallas porque si no tienes no vale la pena que te subas a la loma”.
OPINA EL COACH
Luis Fernando Méndez dice que Higuera Jr. tiene talento para el juego.
“Estuvo lesionado, pero en este momento se encuentra al 100 por ciento. Es un joven de mucha potencia, ha tirado rectas de 94, 96 millas. Está trabajando en cuestión de mejorar su pitcheo rompiente, su control porque todavía deja muchos pitcheos altos”, dijo Méndez.
En México hay mucho talento, sobre todo brazos. Muchos equipos tienen ya pitchers de 90 millas. Los scouts se han metido a todos los rincones del país y han sacado talentos interesantes.
SOBRE JOAKIM
A Méndez le tocó recibir en la organización de los Diablos a Joakim Soria, un monclovense que triunfa actualmente en las Ligas Mayores.
“Él llegó con nosotros a los 16 años, su velocidad promedio era de 84-86 millas con un control perfecto, como lo sigue teniendo”, comenta el coach de pitcheo.
Dijo que Soria era un trabajador constante y que su meta era sólo una: llegar a grandes ligas.
“Él no se conformaba con nada, tenía un buen juego hoy y quería mejorarlo mañana. Trabajaba duro hoy y trabajaba más duro mañana”, recuerda Méndez.
“Siempre se preocupó por ser el mejor”.