En el 2009, Marcelo Martínez llamó la atención en la Serie Mundial de Ligas Pequeñas por su calidad en la loma de los lanzamientos. Su dedicación lo llevó a cumplir el primero de sus muchos sueños: debutar profesionalmente con los Sultanes de Monterrey, uno de los mejores equipos de la Liga Mexicana de Beisbol. En entrevista, recuerda su paso por Williamsport y manda un mensaje a sus compañeros de “la Kelly”, quienes próximamente disputarán este torneo.
Han pasado ocho años desde que un adolescente de Reynosa de apenas 13 años de edad sorprendió a Williamsport con sus cualidades en la loma de los lanzamientos. Y aunque al final él y sus compañeros perdieron el encuentro que hubiera llevado a México a disputar el campeonato mundial, su participación en este torneo le dio algo mucho más importante: la seguridad de que quería jugar beisbol por el resto de su vida.
Ocho años después de la experiencia en Pennsylvania, que le dio a la liga José Guadalupe Treviño Kelly de Reynosa un histórico tercer lugar mundial, los 13 integrantes de aquella selección que portaron con orgullo la casaca verde han tomado diversos caminos en sus vidas.
La mayoría cursa sus estudios universitarios en Tamaulipas, Nuevo León, o el valle de Texas, y apenas un puñado decidió seguir por el camino de la “pelota caliente”… Marcelo Martínez es uno de ellos.
La cita es en una calurosa tarde en el Estadio de Beisbol Monterrey, la casa de los Sultanes, organización que apenas el pasado 16 de julio debutó al lanzador reynosense, colocándolo como abridor en el último juego de la serie en la que visitaron a los Guerreros de Oaxaca.
Sus números fueron aceptables para un chamaco de 21 años que lanzaba su primer partido profesional en la Liga Mexicana: tras una entrada de actuación aceptó un hit y otorgó dos bases por bola.
Quien sólo recuerda al Marcelo de Williamsport, toparse con este joven promesa puede convertirse en una verdadera sorpresa, pues ya no es ese muchacho con frenos adornando su boca.
Hoy Marcelo se eleva por encima de un metro 85, su voz es mucho más grave, y aunque su rostro no ha cambiado demasiado, la madurez se vuelve evidente.
Visiblemente emocionado por el camino que ha tomado su carrera, Marcelo hace un recuento de las muchas cosas que le han sucedido desde aquel paso por la Serie Mundial de Ligas Pequeñas.
“Después de jugar en Williamsport yo seguí practicando el beisbol, y luego me fui al valle de Texas, donde estuve jugando algunos torneos. A los 16 años participé en mi última Olimpiada Nacional, a donde van los scouts, y ahí me tocó conocer a uno del equipo de Sultanes.
“Estuvimos en pláticas, firmé con ellos, me fui a la Academia y de ahí fui cursando todos los puntos a donde me enviaron”, recordó.
Durante la entrevista, Marcelo porta la casaca número 30 del equipo regiomontano, pues apenas unos minutos antes le habían tomado las fotografías para la pantalla gigante donde anuncian a los jugadores que se encuentran en acción.
Son detalles como éste los que hacen pensar al joven beisbolista que está viviendo un sueño.
“El debut fue algo muy impresionante, fue increíble para mí pues no me esperaba que fuera así tan pronto, y ahora solo me queda estar listo y preparado para esta oportunidad.
“Los Sultanes es un equipo de mucho nombre en la Liga Mexicana, todos los que saben conocen el nombre de Sultanes, pues es una organización muy importante”, expresó.
Sin embargo, Sultanes no es el único equipo al que Marcelo pertenece. Durante el invierno beisbolero, hace sus maletas para reportarse ante los Naranjeros de Hermosillo, de la Liga Mexicana del Pacífico donde, reconoce, el nivel de competencia es altísimo.
“Todavía pertenezco a Hermosillo, que es de la Liga del Pacífico, y Dios quiera espero estar ahí en su pretemporada.
“El nivel de allá es muy fuerte, especialmente por los extranjeros, el nivel es más apretado y más difícil, pero es lo mismo, seguimos jugando beisbol” sentenció.
LOS RECUERDOS
DE PENNSYLVANIA
Durante la entrevista, el reportero le muestra a Marcelo una pelota de beisbol con el logotipo de la Serie Mundial de Ligas Pequeñas que, en el 2009, fue firmada por él y el resto de sus compañeros de “la Kelly”.
Visiblemente emocionado, todavía tiene presente el momento en el que firmó esa pelota. De inmediato los recuerdos regresan a su cabeza.
“Más que nada recuerdo la convivencia con los jugadores, que son de diferentes lugares, convives, hablas con ellos o más bien lo intentas, porque ese hecho de que ellos hablen otro idioma sí es complicado, pero de todas formas hay mucha convivencia”, expresó.
Al igual que todos los que lanzaron su primer pelota de beisbol en el pequeño parque ubicado sobre la calle doctor Escamilla en Reynosa, Tamaulipas, Marcelo nunca dejará de sentirse parte de esa liga. Es por ello que celebró el reciente triunfo de sus compañeros en el Campeonato Nacional celebrado en Sabinas, Coahuila.
“Yo me sentí muy contento porque la verdad ir a Williamsport es una experiencia inolvidable. Es algo que siempre recuerdas, con momentos que nunca se van a olvidar y que te marcan en el área deportiva. Por eso les deseo el mejor de los éxitos a los muchachos que van para allá”, dijo.
Con la experiencia que le da haber estado en este torneo, a donde acuden personas de todo el mundo, Marcelo sólo puede recomendar a los muchachos de “la Kelly” que vivan al máximo todo el tiempo que estén en Williamsport.
“Solamente les puedo decir que lo disfruten, es un muy raro poder disfrutar ese torneo, que vayan satisfechos con lo que hicieron en el Campeonato Nacional y que jueguen relajados, no pasa nada”, indicó.
Sin embargo, no perdió la oportunidad para ofrecerles a sus compañeros otra recomendación que les podría ayudar al momento de enfrentar los importantes partidos que están a un paso de disputar.
“Tienen que estar concentrados, es un juego de beisbol, pero tú tienes que hacer lo tuyo y no hacer de más, eso es muy importante, además de estar enfocado y todo va a salir para adelante”, manifestó.
Para Marcelo, la experiencia de haber participado en una Serie Mundial de Ligas Pequeñas fue muy importante, pues fue el momento en que confirmó su deseo de jugar beisbol de manera profesional.
“Me ayudó mucho a ver lo que yo quería, yo tomé un paso y decidí que quiero jugar beisbol, que quiero ser beisbolista y eso es lo que intento hacer ahorita, y ojalá Dios me lo permita. Hay que seguir tus sueños y tener bien claras las metas”, señaló.
A ocho años del torneo internacional y no obstante lo ocupado que ha estado en su camino para convertirse en profesional, Marcelo no ha perdido el contacto con sus compañeros de aquel equipo, la mayoría de los cuales continúa con sus estudios.
Sin embargo, hay otros tres, quienes como él, decidieron seguir su sueño y buscar jugar este deporte profesionalmente.
“Somos cuatro los que seguimos jugando: Enrique Pérez, Luis Treviño, ‘Oscarín’ Noguera y yo. Luis y Óscar están estudiando en Texas y ‘Kike’ Pérez está con los Pericos de Puebla”, apuntó.
Debutar con los Sultanes también le ha dado la oportunidad de conocer y tener contacto con otro reynosense que ha sobresalido en el mejor beisbol del mundo: Jorge Cantú.
“Cuando fui a Tijuana estuve un rato platicando con Jorge Cantú, es un orgullo salir de la misma liga y estar ahí con él; y es lo mismo con Jaime Cantú, con el nuevo equipo en el que está, ¿quién no quisiera estar ahí?”, precisó.
De hecho, el ejemplo de Jaime Cantú lo inspira no solamente a buscar un lugar en las Ligas Mayores, sino a hacerlo en la Gran Manzana.
“El chiste es jugar en las Ligas Mayores, es estar ahí, pero jugar en los Yankees es todo un sueño”, expresó.
Mientras tanto, Marcelo ya ha dado el primer paso para conseguir esta meta en su vida, por lo que sabe que no le queda más que seguir trabajando en pos de sus anhelos, un lanzamiento a la vez.