
Desde 1981, cuando Fernando Valenzuela maravilló al mundo del beisbol con su espectacular inicio de temporada, ningún otro lanzador mexicano había llamado tanto la atención como lo hace ahora el reynosense Jaime García.
Si el zurdo hubiera aguantado seis entradas en su partido del 19 de mayo, García hubiera igualado la marca de Fernando de ocho salidas de calidad permitiendo dos o menos carreras limpias en inicio de campaña.
De todos modos, el paso del ex peloterito de la Liga Treviño Kelly es firme y hace pensar en un año de cuando menos 13 victorias y, ¿por qué no? un llamado al Juego de Estrellas.
Fernando Valenzuela perdió su aureola de invicto en la novena salida cuando los Filis le hicieron cuatro carreras limpias. Antes, el de Etchohuaquila había coleccionado ocho triunfos y cinco blanqueadas.
El paso de García no es tan espectacular como el de Fernando, pero sí consistente. Con un poco de suerte su récord de 4-2 en ganados y perdidos podría ser de 6-1.
GRANDE ENTRE GRANDES
Comparado con los más grandes lanzadores de todos los tiempos en la historia de los Cardenales de San Luis, el inicio del mexicano Jaime García como abridor en las Ligas Mayores sólo tiene una palabra: impresionante.
Bob Gibson, Steve Carlton y Dizzy Dean, todos ellos en el Salón de la Fama, no tuvieron tan buen arranque de carrera como el reynosense que en este 2010, y tras perder todo el 2009 por lesión, ha sido la sensación entre los pitchers jóvenes.
Tras ocho salidas tiene marca de 4-2 con una efectividad de 1.28, que es la segunda mejor de todas las Ligas Mayores.
El hecho de empezar bien una carrera no significa que el futuro será halagador. Por ejemplo, Bud Smith llegó a tirar un juego sin hit ni carrera, pero al poco tiempo desapareció sin dejar huella.
Rick Ankiel tuvo una historia todavía más impresionante, ya que a los 19 años se convirtió en un lanzador rentable, pero de repente ya no pudo tirar strikes y su carrera se fue por la borda. Aprovechando su potencial como bateador, Ankiel terminó como jardinero central con relativo éxito.
Independientemente de lo que pase, García ha comenzado a forjarse un nombre en la gran carpa y tiene tras de sí un equipo sólido que debe ayudarle a ganar muchos juegos.
Su combinación de lanzamientos, juventud, la sapiencia de su coach Dave Duncan y un poco de suerte podrían llevarlo al estrellato en su primera temporada como abridor en las Ligas Mayores… y eso ya es bastante.