El gusto por los toros llevó a Ricardo Torres Martínez no sólo a verlo como pasatiempo, sino a tratar de inmiscuirlo dentro de su profesión, por ello, mientras laboraba en el departamento de Relaciones Públicas de Cigarrera La Moderna, tuvo la oportunidad de sacar a la luz “La Predestinación de un Hombre”, en donde retrata en 240 páginas los momentos más relevantes de la carrera de Eloy Cavazos hasta 1993.
El autor señala que con este libro se trata de hacer justicia al mejor torero de América, plasmando sus inicios y trayectoria hasta ese momento.
“Hemos sido aficionados y practicantes a la fiesta brava, e hicimos una aportación modesta para el torero y pues también se hizo para bien de nosotros y de él, una campaña de mercadotecnia que no ha tenido otra torero alguno.
“Se hicieron dos tirajes, el primero de pasta dura y el segundo de pasta blanda, tres mil del primero y cinco mil del último, el primero en tres meses se agotó y el segundo en un año”, recordó.
La campaña que acompañó al libro fue “Siempre con el Mejor”, respaldada por la marca de cigarros Raleigh, misma que consistió en invertir en la fiesta brava y patrocinar al torero por todo México, atrayendo con ello gente a las corridas de toros.
“Con esto motivamos y convencimos a Alfonso Romo Garza, que era el director general de Cigarrera La Moderna, a patrocinar esa campaña de que le hablo, en la que queremos destacar que por la gracia y por el misterio de Dios, Eloy Cavazos recibe una serie de aptitudes que aquí señalo y que son parte de su vocación torera”, expresó Torres Martínez.
El autor apreció el talento de Eloy para torear como “gracia” o “duende” que son los calificativos con los que se le conoce en el mundo taurino, mismos que lo hicieron revolucionar la fiesta brava ganándose a la gente con su sonrisa y humildad.
En “La Predestinación de un Hombre”, Torres Martínez cuenta la historia que llevó a Eloy Cavazos a forjar su carrera dentro de los toros, y es que desde su crianza en este ambiente, al ser hijo de un cuidador de plaza, su futuro poco a poco se fue escribiendo. En 1985, el matador se retiró de ruedo por primera vez; sin embargo, no pasó mucho tiempo para que volviera a estar cerca de los burladeros.
Y es que en 1987, el evento conmemorativo de los 50 años de la Cigarrera La Modera fue el pretexto perfecto para que el lidiador regresara por medio de una campaña.
Nuevamente por todo México volvieron a escucharse sus éxitos, y aunque los apoyos del patrocinador no podían durar para siempre, tras nueve años de estar con ellos, el torero comenzó a hacer su propio camino apoyando al Hospital Universitario.
“En el 87 que regresó no hay comparación con lo que había hecho antes, después continúa con el Hospital Universitario con su bondad, su generosidad que es difícil encontrar por que los toreros se marean; lo difícil no es llegar, sino mantenerse”, subrayó el escritor.
Torres Martínez apunta que no hay comparación para Eloy Cavazos en ningún ámbito, con 42 años como profesional y 48 de trayectoria, es complicado que alguien pueda tener aún las mismas esperanzas, metas e incluso las mismas medidas a lo largo de este tiempo.
El momento del adiós para el matador más grande que ha dado México ha llegado. Según Ricardo Torres Martínez esto no será fácil de asimilar para el torero, ya que sin duda lo que mas extrañará son los aplausos del público, mientras asegura que sus seguidores lo tomarán con bondad.
“La gente lo adora tanto que lo va a ver (su adiós) con benevolencia, sabe que los años no pasan en balde y ya con 60 años de edad el cerebro da la señal, pero el cuerpo no responde y está cada vez más expuesto a que lo coja un toro, y lo quiere tanto la gente que lo quiere conservar a su ídolo que mejor ya vete, y es muy bien merecido lo que el reciba.
“A lo mejor se dedica a ayudar a algunos muchachos, enseñarles su experiencia, tal vez administrar una plaza si le dan la oportunidad, pero lo mejor para él sería irse a la tranquilidad de su hogar a disfrutarlo”, puntualizó.