Ante la iniciativa de ley de agravar el delito por violencia en los lugares públicos y reducir la venta de alcohol en los estadios de Tigres y Rayados, queda la moneda en el aire sobre quién pierde más: el deporte, patrocinadores o afición. Mientras un estudioso de las barras asegura que sus integrantes no son los culpables.
Los hechos violentos que se desarrollaron el pasado sábado 13 de mayo en el interior y exterior del estadio BBVA Bancomer, derivaron en dos iniciativas en el Congreso local: una, que se penalicen las agresiones y, dos, reducir la venta de alcohol en las sedes de los equipos profesionales de futbol.
La diputada Eustolia Yanira Gómez García, del PAN, considera que el alcohol es un factor determinante para que los aficionados frustrados, cuando pierde su equipo, decidan agredir a los ‘contrarios’.
Por ese motivo presentó las iniciativas ante el Congreso del Estado en donde solicita la modificación al Código Penal y a la Ley para el Combate al Abuso del Alcohol.
Respecto a la reforma que se tiene contemplada en la Ley para el Combate al Abuso del Alcohol, se busca restringir la venta de bebidas embriagantes a sólo el primer tiempo de cada partido.
Esa medida sólo se aplicaría en los estadios de futbol de Rayados y Tigres, pues según la diputada es en esos lugares en donde se han registrado los casos más violentos de agresiones contra aficionados contrarios.
Un vendedor de cerveza en el estadio Universitario reveló a Hora Cero una cifra aproximada de consumo por parte de la afición felina.
En un partido “bueno”, como lo llama el vendedor, se consumen alrededor de 400 cartones de cerveza por fuente, considerando que hay aproximadamente 14 fuentes en el volcán –sólo de cerveza-, da una cifra de cinco mil 600 cartones.
Cada cerveza se oferta en 40 pesos, pero generalmente un aficionado ingiere un vaso con dos cervezas, mismo que equivale a 80 pesos.
Lo anterior se refleja en una derrama económica de casi cuatro millones 500 mil pesos por partido. Es lo que gastan los aficionados de Tigres cada 15 días cuando juega de local.
La cifra es variable, pues son varios factores los que influyen para que haya una venta cuantiosa, entre ellas, quien es el equipo contrincante, cómo anda el club en la temporada, si hay goles en el encuentro y si es un fin de semana de quincena.
Tomando en cuenta los mismos números, en el estadio de los Rayados habría una derrama de cinco millones 600 mil pesos, ya que en ese lugar el vaso con dos cervezas cuesta 100 pesos.
Sin duda son altas cantidades que se reflejan en los patrocinios que dan las cerveceras a los equipos locales, mismo que se podría reducirse con la disminución en la venta de alcohol.
“Los partidos que nos dejan más ganancias son los Clásicos y cuando viene un equipo bueno, sin embargo es cuando más incidentes hay, pequeños, pero al final son problemas”, indicó el vendedor.
Como medidas de seguridad se estipulan algunas normas como no vender productos en envase de vidrio, sino de plástico o papel, y no dejar salir a la afición del volcán con cerveza en mano.
Sin embargo lo anterior no ha bastado para contener la furia de algunas personas que al finalizar los encuentros arremeten contra otros, comentó el entrevistado.
Indicó que al reducir la venta se generaría otro problema, pues hay quienes viven del comercio en los estadios, y al registrar menos venta, se desplomaría la comisión que reciben.
“El dejar de vender cerveza en el segundo tiempo sí nos afecta; obviamente nos bajaría el porcentaje de comisión y ya no sería rentable.
“Son muchas las personas que trabajan en esto, desde el que trae la cerveza hasta el que la vende en las butacas; personas que también tienen familias que mantener”, resaltó.
Sin embargo la legisladora albiazul Gómez García refirió que se tienen que hacer las adecuaciones necesarias para prevenir situaciones de peligro.
“Solicitamos la modificación del artículo 19 a la ley para la prevención y el combate al abuso del alcohol. Esto es con la intención de que la gente esté en sus cinco sentidos y no se vuelva violenta por el consumo del alcohol”, enfatizó.
Al cuestionarla sobre si la iniciativa inquietaría a los de la industria cervecera, respondió que todos deben estar en la misma sintonía para garantizar la seguridad de la ciudadanía que asiste a eventos públicos.
“Tenemos que priorizar la seguridad, integridad y la vida de quienes asisten a los estadios. Esta medida se implementa en otras partes del país, no es una situación nueva, a lo mejor sí en la ciudad de Monterrey, pero en algunos otros del país ya no se vende alcohol de los últimos treinta minutos de cada juego”, apuntó.
La propuesta se turnó a las comisiones correspondientes en el Congreso del Estado y se expondrá de manera formal cuando el presidente del Congreso lo requiera.
La diputada detalló que se abrirán mesas de trabajo para que las partes involucradas e interesadas acudan a expresar lo que consideren en el tema.
“Tenemos pendiente un sondeo. Son una o dos preguntas a la comunidad sobre qué tan relevante es la venta o no de cerveza en sus visitas a los estadios de futbol. Eso encuesta está en nuestra agenda y va a ocurrir”, afirmó.
QUE SE CASTIGUE
A LOS REVOLTOSOS
Respecto a la modificación del código penal, Gómez García propone la reforma al artículo 316 bis para que la violencia en los recintos públicos sea establecida como grave, aplicando multas severas y prisión a quienes incurran en esas faltas.
Dentro del plan se contempla identificar a aquellas personas que participen en actos vandálicos, ficharlas y negarles la entrada a los recintos.
“La intención de esta iniciativa es prevenir lo que ocurrió en el último Clásico; desafortunadamente hubo gente lesionada y eso no es válido.
“Lo único que buscamos al agravar las penas es hacer que la gente tome conciencia que este tipo de eventos deportivos son de esparcimiento familiar, y no un ring de pelea”, dijo.
Las modificaciones se harían a los artículos 16 y al 331 BIS para que haya acciones penales más fuertes en contra de aquellos que cometan delitos en los estadios.
La propuesta de la diputada sugiere que a cada persona condenada se le den de uno a seis años de prisión y paguen una multa de 200 a 400 salarios mínimos, lo equivalente a 16 mil o 32 mil pesos.
“En esta iniciativa se debe de prever el llevar un padrón en relación a las personas que han acudido a los estadios, eso también ya está en la ley. Un padrón de aquellas personas que reincidan en temas de violencia durante los partidos o al salir de los estadios”, precisó.
Si la iniciativa fuera aprobada el Ministerio Público tendrá la facultad de iniciar averiguaciones de manera inmediata en contra de los detenidos, y quienes no hagan cumplir la ley serán sancionados.
“Habrá que actuar en contra de aquellos funcionarios que no están haciendo su labor, pues aunque ya existe la ley de no violencia en los estadios no vemos acciones concretas para hacerla valer”, sentenció.
Mientras tanto la diputada esperará los tiempos para llevar a cabo las mesas de trabajo y que el tema entre en análisis y discusión.
LAS BARRAS NO INCITAN
A LA VIOLENCIA
Contrario a lo que podría pensarse de las barras que alientan a los equipos de futbol, el periodista y autor del libro La Hinchada más Pasional: La Adicción, Luciano Campos Garza, asegura que los hinchas viven de una manera pasional cada encuentro de sus equipos, más no incitan a la violencia.
“Las barras son como un club de amigos que se reúnen para una cierta actividad y, en este caso, son un grupo de compas aficionados del futbol que se juntan para vivir organizadamente su pasión. Se organizan para animar.
“Ellos viven el futbol de una manera diferente, es muy cercana al fanatismo pero en cierto modo saludable, y aunque llega un punto en que se les nubla la razón, tratan de no caer en la violencia”, dijo Campos Garza.
Al igual que la diputada, el periodista y escritor coincidió en que la violencia en los estadios es un tema de conciencia social, cultura y formación, pues no se puede buscar otro culpable más que al mismo individuo.
“La raza que se prende es porque van al estadio con problemas de su casa. Creo que es un tema de formación, y si nos ponemos a analizar las personas que regularmente son violentas, son quienes tienen problemas en su casa o en otros lugares”, añadió.
Comentó que la Adicción junto a Libres y Lokos son las hinchadas más reconocidas a nivel nacional, y es que ellos sienten que gritando realmente pueden transmitir sus vibras a los jugadores para que metan goles.
Sin embargo, si no tienen equilibrio en su persona, puede ser que dentro de la pasión caigan en lo violento.
“En lo personal, considero un equívoco decir que la violencia es generada en los estadios por las barras. Dentro de todo, aunque pudiera pensarse que son muy violentas, tienen su función incluso de control porque se agrupan, se compactan, los tienes identificados y rodeados de policías”, expresó.
Contario al control que ejercen sobre las barras, el aficionado familiar es difícilmente contenido porque ellos no están sectorizados.
Campos Garza refirió que cualquier aficionado ofendido y frustrado por una derrota puede reaccionar de una manera antisocial.
“Uno de los líderes de las barras, ‘el sabalero’, es un empresario próspero que no tiene necesidad de ningún tipo pero ahí anda. Tiene un tatuaje del Monterrey pero eso no lo hace delincuente”, expresó.
La mayoría es afición de barrio pero hay de todos los estratos sociales: albañiles, empresarios, profesores o afanadores, pues apoyar a un equipo no es exclusivo de un sector.
Llevan a sus hijos para que vean cómo se vive la pasión y se conviertan en aficionados apasionados.
Para Campos Garza el problema de la violencia se podría controlar desde la educación del hogar, pero si se analiza el problema se detecta una cuestión social en todos los ámbitos.
“Si nos vamos al fondo del problema pudiera ser la democracia. Si eliges un buen gobernante va a darle cabida a la cultura y es a través de la cultura como se forma bien un individuo, un buen ciudadano.
“Pero si nos vamos a la superficie es la formación, si me junto con amigos que no incurren en actitudes violentas, voy al estadio a disfrutar del juego y salimos contentos o tristes, pero hasta ahí”, apuntó.
Por otra parte, lo que hacen los clubes como Tigres es importante, llenando el estadio de policías y encapsulando a los visitantes, se previenen los enfrentamientos.
“El futbol te da una emoción que ningún otro aspecto de la vida te lo da, incluso llegas a la conclusión de que cuando pierdes y te agüitas estás disfrutando del futbol. Es una cuestión muy extraña pero muy sabrosa”, remató.