
Jorge Cantú, el indiscutible cuarto bat de los Marlins de Florida, está viviendo una temporada de ensueño.
Y es que el joven jugador de Grandes Ligas, originario de Rey-nosa, Tamaulipas, escribió su nombre en los libros de récords al sumar la mayor cantidad de partidos bateando de hit e impulsando carrera en un arranque de temporada.
Esta marca había estado intacta desde hace 89 años, cuando George “Highpockets” Kelly, de los Gigantes de Nueva York, la tenía en ocho partidos consecutivos. El 14 de abril pasado, frente a los Rojos de Cincinnati, Jorge empató esta cifra con imparable productor y luego, tras sus encuentros frente a los Rojos y los Filis de Filadelfia del 15 y 16 de abril, la incrementó a 10 encuentros.
No fue sino hasta el segundo de la serie frente a los Filis que la defensiva roja pudo detener al bat del reynosense… por lo menos en parte. Y es que los lanzadores Ron Halladay y Ryan Madson, lograron evitar que el cuarto bat de Florida produjera carrera, mas no así que les conectara de hit, pues en este partido Cantú se fue de 4-1.
Hasta el cierre de esta edición Jorge continúa candente con el madero al sumar 21 encuentros consecutivos conectando por lo menos un imparable (considerando los cuatro del final de la temporada pasada), además de que ha impulsado un total de 20 carreras, lo que lo convierten en tanto el líder de la Liga Nacional como el de todos los tiempos de su escuadra, superando a un grande de la pelota caliente como Miguel Carrera, quien logró empujar 13 carreras en los primeros 10 partidos.
Estos números permiten al reynosense soñar que este año será el mejor de su trayectoria, donde ha obtenido logros tan importantes como el de la temporada pasada, cuando logró conectar 42 dobles e impulsar 100 carreras.
Pero las buenas noticias no terminan aquí, la mañana del pasado 21 de abril, el portal de Internet de Major League Baseball (www.mlb.com) dio a conocer la boleta de votación en línea con los nombres de los nominados al próximo juego de estrellas, que se llevará a cabo el próximo 13 de julio en la ciudad de Anaheim, California.
Al ver la lista, puede leerse el nombre de Jorge entre los mejores tercera base de la Liga Nacional.
La decisión de si Cantú participa o no en este encuentro, que conjunta a los mejores en el mejor beisbol del mundo, depende de los aficionados y expertos, quienes tienen que depositar su voto. Sin embargo el solo hecho de ser incluido en la lista ya es un honor.
Todo esto tiene feliz al jugador reynosense, quien en entrevista exclusiva con Hora Cero aseguró que ha trabajado mucho por mantenerse como un protagonista de su equipo.
“Es un gran honor, es un gran orgullo para mí, para mis compañeros, para mis coaches, mi familia y mis amigos”, expresó.
Hoy que Jorge es una estrella y uno de los líderes de su equipo, se ve muy lejano aquel año de 2007 cuando, vistiendo la casaca de los Mantarayas de Tampa Bay, el pelotero cayó en un bache donde sólo vio participación en 52 partidos, y sólo pegó 29 imparables y un cuadrangular.
Y aunque definitivamente ya es una figura –las decenas de fans que le piden un autógrafo y la prensa norteamericana que desea entrevistarlo, lo demuestran–, el jugador de origen reynosense prefiere tomarlo con calma.
“Sigo siendo el mismo, el que disfruta el juego y sale a diario a dar lo mejor”, indicó.
CERCA DE CASA
Entre Houston, Texas, y Reynosa, Tamaulipas, existen 600 kilómetros de distancia, en los que se sigue una ruta donde el amor al beisbol es una presencia constante. A 327 kilómetros de la frontera se encuentra Refugio, Texas, un pequeño pueblo de apenas un par de miles de habitantes que presume orgulloso ser el lugar de nacimiento de uno de los grandes de la pelota caliente: Nolan Ryan, mejor conocido como “el expreso de Texas”.
Tener a Houston “a tiro de piedra” es la oportunidad perfecta para que amigos y familiares de Jorge acudan a presenciar la serie entre los Astros y los Marlins, que tuvo como escenario el impresionante Minute Maid Park, un parque con capacidad para 42 mil personas que se encuentra enclavado en el centro de esta ciudad.
Para Cantú esta visita a Houston fue especial, pues son pocas las ocasiones durante la temporada en que tiene la oportunidad de jugar tan cerca de su natal Reynosa.
Jorge llegó a Texas “por la puerta grande”, con su nombre inscrito en los libros de récords y quizás el mejor arranque de su carrera en las Ligas Mayores, algo que, reconoce, lo tiene satisfecho.
“Es un gran récord lo que hice, no es tan fácil hacerlo y estoy muy orgulloso”, aseguró.
Llegar a este nivel de juego no ha sido sencillo para el joven pelotero, quien se ha esforzado por mantenerse como un protagonista de la novena de Florida.
“La preparación y el enfoque mental es lo más importante, ya después de eso dejas que el talento venga y haga su trabajo”, precisó.
El secreto para los grandes resultados es sencillo: desde hace tres años Cantú ha renunciado a jugar en la temporada de invierno y se ha enclaustrado en Houston, donde su preparador físico le diseñó una rutina de ejercicios que le han permitido mejorar su juego.
“Toda la preparación que hago en el invierno cuenta mucho y simplemente eso es el éxito, la preparación.
Los últimos tres inviernos he venido aquí a Houston y el señor Dennis Fay –que es mi entrenador personal–, tiene toda clase de ejercicios, toda clase de movimientos que tengo que hacer; él sabe lo que se requiere para durar 162 juegos en una temporada y por eso estoy muy contento con él, los resultados han sido fenomenales y no puedo pensar otro lugar que estar aquí con él cada invierno”, indicó.
Y aunque la preparación física es importante, la capacidad de concentrarse durante el juego y aprovechar el golpe de adrenalina que produce ver venir una pelota a más de 90 millas es algo que Jorge ha sabido dominar.
“Cada juego es de mucha entrega, mucho coraje, mucha adrenalina y yo tengo la capacidad de controlarlo. Cuando salgo a batear es cuando más me relajo, cuando estoy en la caja de bateo veo la pelota como si fuera del tamaño de una bola de volibol, ése es mi enfoque cuando tengo corredores en posición de anotar”, sentenció.
EL FUTURO SE?VE PROMETEDOR
Durante los últimos tres años, Jorge ha estado defendiendo los colores de los Marlins de Florida, una organización que en el papel pudiera parecer pequeña, pues su nómina total es de 55 millones 239 mil dólares, cifra que la coloca en el lugar 25 de la liga.
Sin embargo desde el año 2007, con la llegada del mánager Fredi González, el equipo ha tenido un resurgimiento con promedios superiores al .500 entre juegos ganados y perdidos por temporada, aunque todavía no ha logrado clasificarse a los playoffs.
De hecho con la llegada del mánager de origen cubano-norteamericano, se ha vuelto una tradición que los Marlins disputen el primer lugar de la división con los Filis de Filadelfia.
Este renacimiento de los de Florida se debe en mucho al poder que el equipo ha mostrado a la ofensiva, con jugadores como Dan Uggla, Cameron Maybin y Jorge Cantú, quienes sostienen la producción de la novena y son los líderes en los departamentos de porcentaje de bateo, carreras impulsadas y carreras con jugadores en posición de anotar.
Y aunque entre la nómina de los Marlins y la de sus rivales de división existen 87 millones 488 mil 874 dólares de diferencia, para Jorge esto no tiene importancia, pues la directiva de su equipo siempre ha tenido la visión de hacer mucho con poco.
“La gente de la oficina de los Marlins siempre ponen un equipazo. A pesar de la nómina tan baja del equipo, siempre encuentran la manera de armar un conjunto competitivo en el terreno de juego, lo han hecho en los últimos tres años y este año no es diferente, tenemos una buena racha, tenemos un gran equipo, una buena química y nos estamos encontrando tanto en el bateo como en el pitcheo y la defensa, todo está saliendo al pie de la letra”, aseguró.
Además, está el hecho de que entre los integrantes de los Marlins existe una gran química que no sólo los hace compañeros de juego, sino verdaderos amigos, lo que se traduce en un poder ofensivo de envidia.
“Nos comunicamos mucho en el terreno de juego y en el dog out. Antes de cada turno nos comunicamos sobre cómo está tirando cada pitcher, nos intentamos poner delante de la cuenta y usamos cositas que valen la pena escuchar de tus propios compañeros al momento que sales a batear, pues sabes a lo que te vas a enfrentar.
Ese es el tipo de cosas que analizamos durante todo el juego y es por eso que tenemos esa química y éxito”, indicó.
Aunque es una de las estrellas de la novena de la Florida, Jorge no se siente superior a ninguno de sus compañeros, así como ninguno de ellos se siente superior al reynosense.
“Aquí todo mundo es muy sencillo, todo mundo es muy relajado, saben lo que tienen que hacer para sobresalir en este deporte y lo están haciendo.
Me gusta que todos somos muy humildes, en este equipo no hay nada de que uno es más que otro y todo mundo somos los mejores amigos”, precisó.
Esta sencillez ha ayudado a los Marlins a estar muy conscientes del momento en el que se encuentran y corregir las fallas que no les permite pelear los primeros lugares de su división.
“Aquí todos los jugadores hacen su mejor trabajo todo el día, uno se ve al espejo después del juego y se pregunta si hizo lo mejor, eso es lo que yo me pregunto, si la respuesta es no, entonces hay que hacer algo al respecto, hay que ir a trabajar más, a practicar más, hacer lo necesario para ser ese gran jugador”, apuntó.
Para Cantú, los últimos dos años de su carrera han servido para cosechar todo el esfuerzo que ha realizado para sobresalir en la mejor pelota del mundo. Y aunque apenas está recibiendo los contratos que merece un jugador con sus números, sabe que el futuro se ve prometedor, pues al finalizar la temporada entrará al régimen de los agentes libres.
“Ahora tengo un año de contrato con los Marlins, las cifras son muy respetables y vamos a ver qué pasa este año que soy agente libre, este año es muy importante para mí, necesito mantenerme saludable poner los números como el año pasado y el antepasado y dejar que mi abogado se encargue del resto.
Han sido tres años inolvidables con Florida y me encantaría quedarme aquí pero voy a ser agente libre y es el mercado el que manda”, indicó.
Aunque el dinero es importante, Cantú reconoció que le ha tomado cariño a la camiseta de Florida, que en los próximos años va a tener cambios importantes con un nuevo estadio y la decisión de la directiva de invertir más dinero en sus jugadores.
Por ello, expresó, le gustaría quedarse con los Marlins y ser testigo de los cambios que tendrá en la organización.
“La verdad es que me gustaría quedarme con los Marlins, tenemos un gran equipo, nos hemos preparado muy bien y estamos dando pelea.
Tampa Bay es como mi segunda casa y no quisiera cambiarlo por nada, me he adaptado muy bien a las playitas y los paisajes, el sol, la diversión, es muy rico vivir ahí y no quisiera cambiarlo por nada”, sentenció.
SIGUE SIENDO?EL MISMO JORGE
Quienes nunca han tenido la oportunidad de tratar al jugador de Grandes Ligas, quedan sorprendidos con la sencillez que Cantú demuestra dentro y fuera del campo de juego.
Son las 17:15 horas, la práctica de bateo de su equipo está por comenzar, pero un grupo de aficionados se acerca al dog out de los Marlins para pedirle a Jorge que les autografíe una pelota, una camiseta o una gorra.
Con una sonrisa en el rostro, el jugador se dedica a firmar cada uno de los artículos que los aficionados le van pasando mientras les dice –ya sea en inglés o en español–, “gracias por venir”.
De repente llega el momento de comenzar con los ejercicios de calentamiento. Todo el equipo se reúne en el área que existe entre tercera base y home y comienzan a prepararse para el encuentro en silencio… menos Jorge.
Como si fuera un niño, el reynosense bromea, acelera sus ejercicios, juguetea con el bat, ríe a carcajadas, saluda a quienes gritan su nombre, y muestra orgulloso a sus compañeros de equipo a su padre, tío y hermano, quienes desde las gradas lo observan prepararse.
Sin embargo, apenas entra en la jaula de entrenamiento de bateo y Jorge se transforma. La sonrisa desaparece y en su rostro se observa un gesto de concentración total.
Como si fuera una repetición instantánea, Jorge muestra una y otra vez un depurado swing con el que consigue en más de una ocasión sacar la pelota del campo de juego, siempre por el jardín izquierdo.
Al final, el entrenamiento resultó ser un presagio, pues horas más tarde, en el juego oficial, Jorge repitió la hazaña al conectar un home run solitario en la parte baja de la sexta entrada.
Ser exitoso en el mejor deporte del mundo no ha cambiado en nada al pelotero de Reynosa, quien no olvida sus orígenes y lo demuestra al seguir utilizando botas vaqueras y quedarse con la camioneta pick up que durante años utilizó para transportarse.
“Esa pick up la traía, ahorita mejoré la raza un poquito y ya compré otro vehículo, pero de todos modos a esa King Ranch nunca le hace falta nada y es un camionetón que no cambiaría por nada.
Esa camioneta representa mi origen, todos en mi familia tienen camionetas pick ups y no hay que perder la tradición, aunque cuando llegas a Florida con tu camionetón todos se quedan sorprendidos, pero con eso demuestras que no se te ha subido, que sigues con tus orígenes aunque, también, de vez en cuando uno se hace sus regalitos y eso es muy aceptable”, sentenció.
Y aunque el retiro es algo que aún está muy lejos en la mente de Cantú, desde ahora se está preparando, y para ello se apoya en quienes más confía: su familia.
“Quisiera un día tener un rancho, para eso mi papá y mi hermano están trabajando duro y estamos formando una granja ganadera, ojalá que un día, ya después de que me retire del beisbol, esos sean mis planes”, apuntó.
Para Cantú, la vida campirana, el silencio del campo y el trabajo ganadero, son la mejor medicina entre temporadas, cuando puede olvidarse del beisbol, los récords y los salarios millonarios para concentrarse en algo que realmente disfruta.
“Me gusta mucho el rancho, ahí puedo relajarme. Cada vez que estoy en el rancho de mi familia es como si el cerebro me apagara, no pienso en nada y esa es mi manera de descansar y relajarme y qué mejor si tenemos una tierra muy grande donde trabajar”, indicó.
Para Jorge, otra de las ventajas de pasar las vacaciones en el campo con su familia es que puede poner los pies en la tierra y no olvidar el verdadero motivo por el que juega: el placer de practicar el beisbol.
Y es que para Cantú, la emoción de estar dentro del diamante es la misma cuando se encuentra ante 42 mil personas, como cuando lo hacía en los campos de la liga “José Guadalupe Treviño Kelly” en Reynosa, donde aprendió los preceptos del deporte que le ha dado fama, fortuna y grandes satisfacciones.
“Este es un deporte igual que como lo hemos jugado desde que éramos pequeños, la diferencia es que hay mucha más gente viéndonos”, finalizó