El reloj aún no marcaba el final del encuentro cuando “El Volcán” comenzó a hacer erupción. Las más de 40 mil gargantas presentes en el emblemático Estadio Universitario de San Nicolás se convirtieron en el coro triunfal de unos Auténticos Tigres que a escasos segundos de que el partido finalizara, sabían que la gloria les pertenecía.
El 9 de noviembre fue una fecha histórica para el equipo de futbol americano de la UANL; el cuadro regiomontano venció a Pumas CU con un marcador de 34 a 20 y con ello se coronó campeón de la temporada 2012 de la Liga Mayor de la ONEFA, logrando así su primer bicampeonato.
Corrían las 18:00 horas de aquel singular viernes cuando las estaciones del Metro comenzaron a inundarse de “auténticos” aficionados, que armados con banderas, playeras y sobre todo entusiasmo abordaron los vagones con una sola dirección: el santuario felino de Nuevo León.
A la par, las vialidades aledañas al estadio se fueron pintando de azul y amarillo, gracias a los jóvenes, niños y adultos que en grupos o familias arribaron para apoyar al equipo local.
Y es que lo que separa el balompié, lo une el futbol americano: aficionados de Tigres y Rayados por igual se dieron cita en el Estadio Universitario para atestiguar el encuentro ya clásico de la ONEFA, la final entre regiomontanos y capitalinos.
El silbatazo inicial se escuchó y los visitantes demostraron que su intención era arrebatar la corona a los de casa, por lo que en su primera labor defensiva recuperaron un balón suelto de los locales y lo convirtieron en gol de campo, cortesía de Alan Paoli que puso al frente al cuadro de Pumas 3-0.
Pero la meta de los Auténticos estaba clara, sobre todo en la mente de su mariscal de campo Roberto Vega, quien respondió de inmediato al ataque de los Pumas, lanzando un pase de 47 yardas a Raúl García y lograr la primera anotación para los de la UANL, que con el punto extra de José Maltos se fueron arriba en el marcador, que ahora registraba 7-3 en el primer cuarto.
Los aficionados estallaron del alegría en las gradas al ver que el equipo de casa se ponía al frente del marcador, mientras alentaban con “olas”, porras y cantos.
Dignos contrincantes de una final, Tigres de la UANL y Pumas CU dieron una cátedra de buen juego en el segundo periodo al no desfallecer ante los embates del equipo contrario, pues la batalla se tornó “uno a uno”.
Luego de la ventaja de los norteños al finalizar el primer cuarto, los capitalinos volvieron al ataque y llegaron a 10 puntos con una carrera de dos yardas de Allan Rosado más el punto adicional.
Sin embargo, los Tigres respondieron a la brevedad y empataron el marcador con un gol de campo de José Maltos nuevamente.
Pumas se volvió a colocar al frente en el marcador cuando Allan Rosado llegó hasta la zona de anotación, luego de una patada de Tigres; sin embargo, los regiomontanos como es su costumbre, respondieron de manera certera y al final del segundo cuarto el marcado los favorecía 24-20.
Cada ataque del equipo de Pumas era respondido por los Tigres y viceversa. Cuando el partido atravesaba por su parte más tensa, el cuadro de la UANL logró una majestuosa anotación de la mano de Jesús Gutiérrez, quien tras una intercepción logró un touchdown para aumentar la ventaja de los locales, que se fueron arriba 31-20, apoyados por el punto adicional.
“¡Goya, goya, cachún, cachún, ra, ra, cachún, cachún, ra, ra, goya, Universidad!”, se escuchó ligeramente en una zona del estadio. Eran los aficionados de Pumas, que con porras intentaron despertar al felino de la capital para lograr la remontada heroica, pero todo fue inútil, sus cantos fueron opacados por el rugido de los más de 40 mil tigres que hasta el último minuto impulsaron a los de la UANL a luchar por la copa.
En el último periodo, a tan sólo minutos de que finalizara el encuentro y ya con la copa casi asegurada, los regiomontanos se dieron el lujo de dejar en claro quiénes eran los número uno de la temporada y aumentaron su ventaja 34-20, cortesía del gol de campo de 20 yardas de José Maltos.
El tablero aún no marcaba ceros, pero la afición regiomontana sabía que su cita con la victoria había llegado y sólo era cuestión de segundos para que el equipo de casa alzara esa copa con la leyenda de campeón.
Y de pronto, se llegó el conteo final de segundos “¡cinco, cuatro, tres, dos, uno… bicampeones!” gritaron los miles de seguidores, que al son de “El Rey” se vanagloriaron con el triunfo de los Auténticos.
Como ya es costumbre “We are the Champions” fue el tema que acompañó a los jugadores en la vuelta triunfal que ofrecieron a sus seguidores en el perímetro de la cancha del Universitario.
El momento cumbre de la noche llegó cuando el equipo, acompañado por su entrenador Pedro Morales y el rector de la Máxima Casa de Estudios de la UANL, Jesús Áncer, levantaron la copa de campeones y así sellaron una temporada invicta que les valió el título de bicampeones a los Auténticos Tigres.
La fiesta auriazul continuó gracias a los cientos de entusiastas aficionados, en su mayoría universitarios, que con banderas en sus automóviles y en manos corearon el triunfo de los Auténticos por toda el área metropolitana de Monterrey.
Fue un triunfo totalmente merecido, pues los Auténticos tuvieron una temporada perfecta, al ganar todos sus encuentros, por lo que la victoria en el Universitario fue el dulce de una temporada invicta para orgullo de toda su afición.
Por primera vez en su historia los Auténticos Tigres de la UANL se convirtieron en bicampeones de la ONEFA, un título que en pocos meses más buscarán nuevamente modificarlo para transformar el “bi” en “tricampeonato”.
El jugador más valioso
Para Roberto Vega, mariscal de campo de los Auténticos Tigres, la final contra Pumas CU significaba más que refrendar su título de campeones, era su despedida de la escuadra felina.
“Estoy feliz, uno simplemente disfruta cada juego que estuvo aquí al mando de la ofensiva, siendo el capital de los Auténticos Tigres, uno simplemente disfrutó ese momento, cada partido que estaba dando el 100 por ciento de mí, con fracturas, con esguinces, de todo y el resultado aquí está”, dijo.
Vega dijo adiós a sus seguidores de la mejor manera: Regalándoles un título más y ganando el trofeo del jugador más valioso de la temporada, un reconocimiento que vino a compensar las horas de esfuerzo constante.
“Uno hace su esfuerzo, las levantadas a las cuatro de la mañana, entrenar a las cinco y el dormirte a las 12 de la noche, simplemente es el esfuerzo que hace uno y aquí está el resultado”, dijo.
Su desempeño en el campo de juego fue incluso reconocido por el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, José Narro, quien mandó felicitar a Roberto Vega por su extraordinaria labor al frente de la ofensiva Tigre.
“Los Auténticos son muy dignos representantes del deporte estudiantil, muchas felicidades al equipo, a la institución y en especial a los jugadores y al jugador más valioso, al señor Vega que es un extraordinario quarterback”, mencionó el rector de la UNAM.
El 9 de noviembre Roberto Vega concluyó una etapa que seguramente nunca olvidará, una con la que soñó, pero sobre todo trabajó para convertirla en realidad. Ese día el joven tatuó su nombre en la institución felina como el mejor quarterback de la historia de los Auténticos Tigres.
“(A los chavos les diría) Que sigan sus sueños. Yo tuve la fortuna de empezar en un club muy pequeño, trabajé muy duro, tuve la oportunidad y gracias a Dios con el trabajo aquí está el resultado de todo el empeño”, puntualizó.
Emanuel Suárez