Ha sido común que después de cada cita panamericana gran parte del entarimado deportivo del país se entusiasme y hasta presuma el logro, aunque este diste bastante de la realidad del deporte mexicano en el mundo, y eso a tan sólo nueve meses de los Olímpicos de Tokio.
Por Juan Ramón Piña
Hace poco más de un mes se celebraron en Lima, Perú, los Juegos Panamericanos.
En esas fechas todo fue algarabía y elogios para los deportistas y sus entrenadores y cómo no, si México obtuvo el tercer puesto en el medallero, el mismo de los Parapanamericanos que terminaron el 1 del presente mes.
Ha sido común que después de cada cita panamericana gran parte del entarimado deportivo del país se entusiasme y hasta presuma el logro, aunque este diste bastante de la realidad del deporte mexicano en el mundo, y eso a tan sólo nueve meses de los Olímpicos de Tokio.
¿Es el resultado utopía pura? Muchos ganadores de primer lugar, no se diga de plata o bronce, ni siquiera aspiran a los Olímpicos porque su deporte no lo es, otros porque sus marcas quedan lejos del estándar requerido, otros por su baja clasificación mundial y otros porque les será muy difícil calificar en procesos cada vez más exigentes, además de costosos por tener que viajar por el mundo para buscar un boleto.
Así de gris está el panorama y no debe extrañar. El reciente resultado de México en los JP ha servido para enaltecer el valor de los atletas y reconocer que existe mucho por hacer y mejorar en las políticas deportivas del país.
ESCASEZ DE FIGURAS
A pesar de que este año los Juegos Panamericanos ofertaron más pases directos a los Juegos Olímpicos, el hecho fue que las potencias del continente jugaron sus cartas a su conveniencia, así como lo hacen las naciones pequeñas que dominan algún deporte, como Jamaica en el atletismo de velocidad.
Estados Unidos, Brasil, Cuba, Canadá y Argentina suelen aprovechar los Juegos para foguear segundos equipos o seleccionados juveniles, ya que frecuentemente sucede que en fecha de los Panamericanos se agenden diversos campeonatos mundiales, lo que hace que estas naciones prefieran no arriesgar a sus deportistas de top mundial.
Eso pasó de nuevo. Varias naciones optaron por preparar los mundiales de basquetbol de China, la calificación olímpica de voleibol que sigue en disputa en varios países y los mundiales de atletismo de este mes en Doha, Qatar, dando posibilidad a que países como México aprovecharan e impusieran sus condiciones.
Cómo explicarse que Estados Unidos termine tercero en el baloncesto masculino de los Juego cuando es número uno en el ranking mundial, ganador de la última Copa Mundial y campeón olímpico de Río 2016 y Londres 2012.
Mismo EEUU, sexto en voleibol de sala masculino en Lima, siendo que ya está calificado a Tokio 2020, es segundo en el ranking mundial por debajo de Brasil, segundo en la Liga de Naciones y bronce en Río 2016.
DEPORTES NO OLÍMPICOS
De los países que coparon el medallero panamericano de Lima 2019, México fue quien más oros obtuvo en deportes no olímpicos con 40.5 por ciento del total, le siguió Estados Unidos con 16.6, Brasil con 11 y Cuba.
Si bien el hecho de contar con un alto nivel competitivo en esta gama de deportes, como el raquetbol, boliche y pelota vasca, entre otros, habla bien del rehilete de posibilidades con que cuenta México, es lastimoso que estas disciplinas no tengan el aval de la autoridad mundial para convertirse en olímpicas.
En los deportes olímpicos de conjunto, que establecen mucho de la realidad mundial, México apenas figuró en Lima: fue segundo en voleibol de playa masculino, y bronce en futbol y softbol varoniles. En otros deportes ni siquiera logró estar, porque antes hubo calificación.
Por eso sería hasta fantasioso pensar en la calificación olímpica en deportes de conjunto: en futbol hay que esperar las eliminatorias y por lo pronto softbol femenino (cuarto en Lima) ya está adentro, lo que representa un gran éxito para este deporte.
DE LA EUFORIA, A NO PODER
Fueron varios los triunfos que más disfrutó la audiencia televisiva de México, entre ellos algunos de atletismo, como los de José Carlos Villarreal en mil 500 metros; Fernando Martínez en 5 mil metros y Laura Galván en la misma prueba.
Sus victoriosos gestos quedan en la memoria de millones de espectadores. Los tres dejaron constancia de lo que el mexicano es capaz de lograr y que, cuando quiere, puede. Sin embargo, ninguno de los tres ha dado marca para los Mundiales de Doha.
Villarreal, forjado en el atletismo estadounidense e invitado a representar a México por su ascendencia, ganó con 3’39’’93, marca que lo coloca en el lugar 164 del mundo, pero sin pase a los Mundiales ya que el estándar es de 3’36’’00.
Martínez se impuso con 13’53’’87. Con esto es 422 del mundo, pero piden 13’22’50’’ para los Mundiales. Galván triunfó con 15’35’’47; ella es 133 en la clasificación mundial y debe registrar por lo menos 15’22’’00 para estar en Doha.
Así que una vez pasado el relativo fulgor de los Juegos Panamericanos, el horizonte carece de esplendor para México de cara los Olímpicos de Tokio; de los Juegos Parapanamericanos se hablara en otra ocasión.