Tras saborear las mieles de una Serie Mundial, Ramiro Peña regresó a Monterrey para recibir el cariño de sus paisanos a través de homenajes. Pero lo que más le gustó al jugador de los Yanquis de Nueva York fue volver al diamante de la Liga Cuauhtémoc y a través de una charla técnica, alimentar los sueño de los niños que algún día serán profesionales.