
Ser Rayado no solamente lo lleva en la sangre, es también un cariño que ha cultivado desde su infancia.
Agustín Basave Alanís, diputado federal de Nuevo León por Movimiento Ciudadano, participó en una entrega más del segmento +Deporte -Política, donde detalló su añeja afición al equipo de Monterrey.
Este gusto por el equipo regiomontano no solamente le ha dado múltiples y felices recuerdos con su padre, quien desafiando la tradición dictada por su abuelo -un Tigre de hueso colorado-, se aceró a los Rayados y procuró que su hijo lo acompañara en este camino.
De esta forma, Basave Alanís vivió muchas tardes de emociones en el antiguo estadio Tecnológico, mismo que, reconoce, contaba con una vibra y una conjunción de emociones que aún no se pueden igualar en el BBVA.
De hecho, uno de los recuerdos más felices que tiene guardados en su memoria, fue la tarde en la que, siendo apenas un niño, pudo salir junto con el equipo de sus amores de la temporada 1992-1993, donde militaban leyendas como Careca, Verdirame, Jiménez, “el turbo” Muñoz, “la bomba” Ruiz Díaz, Carpizo y otros jugadores que viven en el recuerdo de los aficionados.
Sin poder evitar sonreír al recordar esa tarde, Basave Alanís recordó que ese día tanto él como su hermano Alejandro recibieron la oportunidad de salir junto con el equipo para tomarse la fotografía oficial, misma que fue utilizada para los calendarios que se utilizaron durante esa temporada.
Sin embargo, por alguna circunstancia, su hermano se quedó dormido antes del partido y no hubo poder humano que pudiera despertarlo, por lo que solo el niño Agustín salió con los jugadores.
Y aunque su deseo era salir de la mano de su ídolo Careca, esto no fue posible pues el jugador lo hizo acompañado de su hijo, pero esto no fue una decepción pues, terminado el encuentro, Marcelino Bernal se le acercó para regalarle su camiseta que fue a dar a manos de Alejandro como premio de consolación.
Aún así Agustín no se fue con las manos vacías, pues Lorenzo Sáez, mejor conocido como “el torpedo” se dio cuenta de la buena acción del niño y le regaló su playera, misma que el hoy diputado federal no solo guarda como un preciado tesoro, sino que utiliza en ocasiones especiales.
Pero como “no solo de futbol vive el hombre” Basave Alanís también encontró el gusto en la afición y práctica de otra disciplina deportiva: el boxeo.
La idea de ponerse los guantes y subirse a un ring surgió de una necesidad por controlar un temperamento juvenil que lo metía en algunos problemas, algo que con el tiempo se fue convirtiendo en una actividad no solamente para mantenerse en forma, sino para encontrar balance en su vida.
Esto es por las múltiples historias de éxito y superación que se viven en este deporte más que en otros, donde personas que vienen de ambientes llenos de carencias y necesidades, logran salir adelante con el poder de sus puños y su determinación.
Para Basave Alanís México ha dado grandes figuras del boxeo, pero hay tres que sobresalen del resto: Salvador Sánchez, Julio César Chávez y Juan Manuel Márquez, a quien tuvo la oportunidad de ver en vivo en el que es, quizás, uno de los momentos más grandes de este deporte en el país: el nocaut a Manny Pacquiao.
Desde una butaca en una de las secciones baratas del MGM Grand de Las Vegas, Basave Alanís vio cómo Márquez conectó sólido en el rostro del filipino mandándolo a la lona y terminando con la leyenda del “verdugo de los mexicanos”.
Estas y otras anécdotas podrá verlas en una entrega más de +Deporte -Política que ya se encuentra en todas las redes sociales de Hora Cero Deportes.