Hace casi 30 años se retiró del futbol regiomontano tras dos temporadas en el Club de Fútbol Monterrey, en el que fue integrante de la famosa “Aplanadora”; sin embargo, Gustavo Adolfo Moriconi dejó una huella tan profunda que su nombre se sigue mencionando en las diferentes peñas futboleras de la ciudad.
Hoy, a los 60 años de edad, Moriconi vive tranquilo en un barrio a 20 minutos de Buenos Aires. Invirtió bien tras su retiro, tiene un hotel en Neuquén, Argentina, y hasta es vecino de Antonio Mohamed, ex jugador y ex técnico del Monterrey. Desde su casa atiende el llamado de Hora Cero para hablar de su tiempo en los Rayados y de cómo ve a la distancia al equipo.
Hace unos días su nombre volvió a sonar con fuerza en el medio futbolístico regiomontano, ya el equipo ligó un arranque de cuatro juegos sin recibir gol, como lo hizo él en la temporada 90-91, pero la racha se cortó en 419 minutos, por lo que se mantiene como el que más minutos mantuvo sin aceptar un tanto en un arranque de torneo con 433.
“Bienvenido sea el recuerdo, pero honestamente hubiera preferido que ganara el Monterrey”, aseguró.
“Lo digo de corazón, hubiera preferido que hubieran ganado 1-0 el otro día en Santos, no me importa el récord, pero que hubieran sido superlíderes”, expresó en entrevista vía Zoom.
A casi tres décadas de integrar aquel equipo que se conoció como “La Aplanadora”, por su futbol ofensivo y vistoso, Moriconi recuerda que los jugadores se compenetraron tanto que parecían ser una familia.
“Me reencontré con mucha gente, con amigos que estaban al pendiente de esa marca (de no recibir gol) y ahí me pude lograr conectar con todos los muchachos de ´La Aplanadora´. Ahora todos integramos un grupo que se llama así, ´La Aplanadora´, pues le pedí a Tito (Héctor) Becerra que hiciera esa gestión y estamos todos conectados, contándonos las experiencias actuales cada uno desde el lugar que ocupa”, platicó.
“En el grupo están: Tito Becerra, Carlos de los Cobos, (Carlos) Hermosillo, Manolo Negrete, Alejandro Hisis, que está en Chile y con quien hablo casi a diario; Richard Tavares, Germán Martellotto, La Moca (Antonio) González, Guamerú (Alberto) García, El Zurdo López. También está Chava Arreola, Don Jesús Elizondo, Memo Muñoz y siempre se van incorporando más”.
Ese plantel arrasó con la fase regular de la temporada 90-91, pero fue eliminado por el Puebla en los Cuartos de Final, en un raro duelo de Ida donde Rayados recibió expulsiones (y perdió 4-0). Se ganó la Vuelta (1-0), pero no fue suficiente. Para la temporada siguiente ya no renovó el chileno Pedro García y Moriconi tuvo que emigrar.
“No me gustó la forma que salí del Monterrey. Yo estaba de vacaciones en Argentina y justo contratan a (Miguel) Mejía Barón y él prefirió no ocupar la plaza de extranjero con un portero. Yo venía jugando siempre cuando estaba Don Pedro García, pero él no renueva y pasa lo que ocurre en la carrera de cualquier futbolista, que llega el momento del adiós, lo que pasa es que me hubiera gustado despedirme dentro de una cancha, no de vacaciones en Argentina, fue muy duro para mí”, recordó.
“LOS JUGADORES NO SABEN LO QUE SE PIERDEN”
Su época en el Monterrey se caracterizó por los retos que tenían, uno de ellos era el llevar gente al estadio, pues el Tecnológico tenía entradas de entre 14 y 15 mil aficionados por juego, pero también por la gran comunicación que tuvieron con su afición (que terminó llenando el estadio), algo que hoy en día es imposible de tener. Era la época romántica del fútbol, donde el aficionado tenía acceso al ídolo tan solo con decidir ir al campo de entrenamiento.
Hoy los jugadores parecen rockstars, son intocables, las prácticas son a puerta cerrada y a lo más que puede aspirar un aficionado es a esperar que un jugador acepte detener su auto al salir del campo de entrenamiento, solo para tomarse una foto sin que el futbolista baje del vehículo.
“Hoy si quiero ver un jugador de fútbol lo tengo que ver con binoculares y antes se ponían (los aficionados) detrás del arco (en El Cerrito) y me alcanzaban la pelota. Es una relación completamente diferente”, manifestó.
“No hay ese trato que había antes, la gente te ve desde la tribuna, pero no te dice Gustavo cómo estás, no hay ese trato como antes y no me gusta, soy latino y soy más de la relación directa. Yo le voy a decir algo a los muchachos de hoy, se están perdiendo algo increíble, el corazón del hincha, esto que estoy viviendo hoy (le siguen llamando aficionados regios) se lo están perdiendo”.
DE ANALISTA A CASI SELECCIONADO
Pocos saben la historia, pero Gustavo Adolfo Moriconi estuvo a casi nada de ser integrante de la Selección de Argentina en el Mundial de Italia 1990, justo cuando era jugador del Club de Futbol Monterrey.
En ese Mundial, el arquero argentino recibió la invitación del periodista Héctor Hugo Jiménez para ser analista trabajando para Multimedios Estrellas de Oro. Moriconi aceptó el llamado sin saber que eso casi estuvo a punto de abrirle las puertas de la Selección de Argentina.
“Cuando fui tenía 30 años y casi termino de tercer arquero (de Argentina) en ese Mundial y Hugo lo sabe. Se lesiona (Nery) Pumpido y yo justo estaba en Italia y como había entrenado (Fabián) Cancelarich con la selección estaba entre él y yo. Al final llamaron a Cancelarich, pero casi abandono a Hugo esa vez”, recordó.
“Pumpido se lesiona contra Camerún y ellos sabían que yo estaba ahí, porque estábamos a una cuadra y media del hotel donde estaba (Julio) Grondona (presidente de la Asociación de Fútbol Argentino), al que yo conocía de muchos años, de cuando fue presidente de Independiente y él me mandó llamar, pero (Carlos) Bilardo ya había hablado con Cancelarich”.
— ¿Qué le dijo Grondona?
“Que estuviera atento, porque era probable que si no le conseguían todos los movimientos rápidos para Cancelarich, yo podía ser alta para el Mundial”.
Aunque se habla que los futbolistas argentinos que juegan en México no son vistos por la albiceleste, hay varios arqueros que fueron con esta selección a un Mundial, caso de Ricardo Antonio La Volpe, en 1978 y Héctor Miguel Zelada, en 1986. En 1990 acudió Ángel David Comizzo, quien jugó en Tigres, y recientemente estuvo Nahuel Guzmán, siendo arquero de los auriazules. Moriconi pudo haber sido parte también de este grupo de arqueros, pero se quedó en la antesala.
NAHUEL; ARQUERO DE ARGENTINA
Aunque tiene 35 años y juega en México, Nahuel Guzmán tiene posibilidades de ser llamado nuevamente por la Selección de Argentina, consideró Gustavo Adolfo Moriconi.
El ex arquero de Rayados mencionó que “El Patón” está en mejor momento que Agustín Marchesín, del Porto, y Franco Armani, de River Plate.
“A mí me gusta más Nahuel. Armani pasó por un buen momento cuando vino de Colombia a River, no lo podían vulnerar, estaba en un nivel muy superlativo, pero nunca me gustó el juego aéreo de Armani y contra los europeos el juego aéreo es peligroso siempre”, opinó.
“Para mí hay que jugar con arqueros del tipo Nahuel. Lo que pasa es que a veces el lugar donde estás, que no te ven todos los días hace que juegue otro al que ven todos los días”.
— ¿Guzmán tiene opciones reales de ser llamado ahora a la albiceleste?
“Para mí tiene opción porque hoy Armani no pasa por buen momento. Hoy no tiene el mismo nivel que tenía, ahora River recibe goles muy seguido y él ha tenido responsabilidad en algunos de ellos”.
Moriconi cerró la charla comentando que espera pronto volver a Monterrey, tan solo pase la pandemia, para juntarse con los amigos que dejó en esta ciudad.