Descifrar los petrograbados que se encuentran en Boca de Potrerillos ha sido uno de los principales retos de los arqueólogos que trabajan en este sitio en donde se concentra la mayor cantidad de petroglifos.
Desde hace meses, surgió una propuesta para la divulgación del patrimonio gráfico rupestre por un grupo de personas que crearon una instalación sensorial inspirada en la geometría de los petrograbados del sitio arqueológico localizado a 14 kilómetros de Mina, Nuevo León.
“Orígenes” es el nombre de este concepto desarrollado dentro del Laboratorio Cultural Ciudadano LABNL, impulsado por Conarte y que se exhibió en la primera edición del Festilab’ 2021.
La muestra generó interés por los visitantes, quienes se sintieron atraídos por la instalación de colores fosforescentes que simulaban el diseño de estos símbolos sobre piedras, que son un testimonio material de la presencia de los primeros pobladores en nuestro continente.
Melina Ramírez, una de las promotoras de “Orígenes”, quien vive actualmente en Monterrey, pero es de Guadalajara, Jalisco, comentó que esta propuesta fue creada con la intención de difundir nuestro patrimonio que mucha gente aún no conoce y, por otro lado, hay quienes no les dan la debida importancia.
“La idea es que se apropien de ellos (petrograbados) que los cuidemos para que no se vandalicen, porque hay muchas inmobiliarias que los destruyen para construir edificios, pero cuando la gente sabe que están atentando contra el patrimonio se une para defenderlo.
“Hace poco fuimos a Mina y descubrimos otros que no estaban registrados por el INAH, e incluso vimos cómo hay gente que tiene en su cochera y cuando vas y les preguntas por las piedritas, ellos nos indican y vas caminando y sin querer vas pisando un sol o constelaciones, entonces te das cuenta de que estás pisando historia”, manifestó Ramírez, durante el evento de Festilab’ 2021.
Por su parte Iván Villalvazo, creador de “Orígenes”, también de Guadalajara, es arquitecto de profesión, pero en un curso de patrimonio y arqueología empezó a involucrarse en el tema y a cuestionar las razones por las que la comunidad no sabe mucho acerca de su legado antropológico.
“Cuando llegué a Monterrey hace un año, me encuentro con que hay un sitio que tiene 4 mil petrogabrados en un solo lugar que es uno de los más importantes a nivel Latinoamérica y empecé a preguntar a mis conocidos si sabían de este sitio, y me quedé todavía más sorprendido que, aunque está a 40 minutos de aquí, no lo conocían”, señaló durante la presentación del proyecto que fue en mayo del 2021.
La instalación reúne diferentes disciplinas artísticas como: la escultura, la música, la iluminación escénica, lo que permite al espectador tener una experiencia diferente y conectar más con la arqueología.
“Se trata de generar la experiencia completa del desierto con sonidos de arena, de agua, de serpientes y vino una persona con instrumentos prehispánicos a grabar y esto suena como muy mítico y es como la segunda faceta del proyecto.
“Va a haber astros colgados, cactus, y por ejemplo esta es una zona astral y también está la zona terrenal; aquí te puedas acostar, meter al petro, y la idea es que sea una instalación rodante, es decir, podemos llevarla a la calle o a los museos, como en el Museo de Mina ya nos dijeron que si nos van a permitir exhibirlo”, mencionó Ramírez.
Además, esta propuesta hace énfasis en la inclusión, para que las personas que sean débiles visuales tengan la oportunidad de descubrir estos símbolos de manera táctil.
“También lo estamos pensando más a la inclusión, es decir, cómo una persona con discapacidad visual pueda disfrutar de un espacio arqueológico, pues a veces para uno mismo es difícil visitarlo, entonces estamos generando este tipo de pequeños grabados para que las personas con sus manos puedan ir contorneándolo.
“Cabe mencionar que no todos los petrograbados significan lo mismo, pues hay cuatro clasificaciones: por ejemplo, vemos en la primera estos zig zag que tienen que ver con la fertilidad, ojos de agua, corrientes acuáticas que van gradualmente creciendo; los círculos normalmente representan ciclos solares; y los espirales son ojos de agua”, explicó Villalvazo.
Destacó que ya existe una interpretación de los símbolos, pero esta información no sale de la Academia, entonces el objetivo de “Orígenes” es que llegue a todos los miembros de la comunidad, no sólo a los expertos en el tema.
En “Orígenes” también participan: Dulce Carmina, Raúl González, Alan Hernández, Janet Rodríguez, Sarahí Alvarado y Guadalupe Reyes.