“Más que recolector de objetos soy un cazador de formas, de esta manera puedo encontrar un aliento a mi trabajo de todos los días”, habría dicho el maestro Gerardo Cantú Guzmán en vida, y estas palabras reaparecen en la Planta Alta del Museo Metropolitano de Monterrey, donde desde el pasado 25 de febrero se exhibe la exposición homenaje póstumo “El hijo del pueblo, el hombre que supo amar”.
La muestra presenta 60 obras que Cantú Guzmán realizó en diferentes periodos, ya que se encuentran piezas desde 1959 hasta el 2020, en su mayoría óleos sobre tela que fueron distribuidos en las salas Corregidora, Zaragoza e Hidalgo.
Mariana Cantú, hija del pintor, grabador, dibujante y muralista originario de Nueva Rosita Coahuila (1934-2021), dirigió unas palabras a los asistentes la noche de la inauguración al recordar que su padre era un ser lleno de amor y que el amor era el motor para todo lo que hacía.
“Gracias papá por todo. No tengo mucho que explicar porque todos los que están aquí lo conocían, lo apreciaban y lo amaban, lo admiraban. Entonces esta exposición es el resultado de la energía creativa de un hombre excepcional con todo lo que trae: su historia, sus cuadros, su legado, su familia.
“Aquí estamos todos celebrando, correspondiéndole a él, a su energía; él es Gerardo Cantú, el hijo del pueblo, el hombre que supo amar”, expresó Mariana.
El artista expuso en forma individual y colectiva tanto en México como en el extranjero y entre los países a los que fue trasladada su producción se encuentran Francia, España, República Checa, Brasil, Argentina, Cuba, Paraguay. Estados Unidos, India y Puerto Rico.
En nuestro país, el Palacio de Bellas Artes ha albergado en más de una ocasión exposiciones individuales del pintor, quien inició su formación en el Taller de Artes Plásticas de la Universidad de Nuevo León.
Posteriormente, el maestro Cantú Guzmán continuó estudiando en la Escuela de Pintura y Escultura del INBA, “La Esmeralda’, y en la “Academia Carolina de Praga, en Checoslovaquia, durante los años cincuenta y sesenta.
En el recorrido por las salas, el visitante encontrará el inigualable estilo de Cantú en las obras: “La mujer en espera” 2020; “Mujer con rosas” 2020; “Mujer de perfil en espera” 2018; “Mujer con lámpara“ 2017; “El vuelo de la mariposa” 2015; “Desnuda de espalda” 2020; “Desnuda con mariposa” 2018; “Perfume de mujer“ 2020; “Mujer con flor amarilla 2020”; “La Giraluna” 2003.
Además están “Mujer de perfil en la espera “1992; “Toda de blanco vestida” 2007; “Maternidad” 1959; “Mujer con mariposa” 2020 y “Desnuda con mariposa” 2018.
Alfonso Elizondo destaca en el texto de sala que la obra del maestro Cantú expresa que la actividad del hombre es principalmente crear, sin importar cuál sea su estatus o profesión.
“Su obra privilegia el ámbito de lo doméstico en donde aplica su gran maestría para hacer una simbiosis con la belleza eterna. Desde la humilde fruta en la mesa rústica y el perro famélico del vendedor de globos, hasta la mariposa deslumbrante o los cielos presagiosos o las flores maravillosas cuyos perfiles se acentúan en la luz rotunda y amarilla del paisaje norestense.
“Su pasión vibra entre el cadáver del minero que velan sus parientes y el paisaje que cobra todo su sentido con la luz de la presencia humana, hasta la mujer cubierta de encajes y de flores que es el centro del universo. Es el poeta que transita entre las veredas parroquiales y el paisaje para convertirlos en un paraíso encantado”, señala el texto.
Gerardo Cantú Guzmán siempre estuvo presente en la vida cultural de Nuevo León: fue maestro del Taller de Artes Plásticas de la Universidad, creó el Taller de Experimentación Plástica del Instituto de la Cultura de Nuevo León en 1987 y sus murales han engalanado espacios de la Universidad Autónoma de Nuevo León y el Paseo Santa Lucía, entre otros.