Cuando don Luis de Carvajal y de la Cueva llegó de España con su familia para poblar el Nuevo Reino de León, no imaginó que, en estas tierras, sus consanguíneos, entre ellos Luis de Carvajal “el Mozo” fueran procesados por la Santa Inquisición y quemados en la hoguera ante miles de personas en la Alameda Central de la Ciudad de México en 1596.
“Olvidarás el fuego” es título de la novela de Gabriela Riveros, que narra la historia de la familia Carvajal, pero dedica muchas de sus 652 páginas al martirio del joven Luis, alias Joseph Lumbroso, un hombre que podría ser considerado un santo, un “iluminado”.
“A mí me conmovió mucho el personaje principal, Luis de Carvajal ‘el Mozo’, porque yo tenía como 20 años cuando descubrí esta historia, de la cual surgió ‘Ciudad de Nadie’, un cuento que se publicó en un libro que escribí con una beca del Centro de Escritores cuando era estudiante. Yo pienso que la primera identificación que tuve con él es por el tema de la escritura, pues él era un joven poeta.
“Lo que más me impresionó la primera vez, fue saber que esta historia está detrás del proyecto de lo que hoy es Nuevo León; y descubrir cómo de lo que te enseñan en la escuela sobre la Fundación había una historia de Inquisición, de cómo procesaron a tantas personas y eso me impactó mucho”, señaló Gabriela.
Relató que su deseo de escribir la novela se remonta a enero de 2017, cuando encontró una nota en el periódico que informaba sobre la aparición de las Memorias de Luis de Carvajal “el Mozo” en la casa de subastas Galerías Swann de Nueva York, luego de haber sido robadas del Archivo General de la Nación en la Ciudad de México, ochenta y cinco años atrás, por un investigador.
“Aparecen en una casa de subastas en Londres primero, ahí se subastaron en mil libras esterlinas y seis meses después ya las iban a subastar de nuevo en Nueva York, o sea que otra vez iban a desaparecer; entonces me conmovió este personaje, que los libros eran tan chiquitos, por el tema de vivir en clandestinidad, y que estaban hechos para esconderse, porque la escritura era la muestra de que eran culpables.
“Y, por otro lado, también pensé que esta historia parece lo que estamos viviendo hoy en día, el tema de la intolerancia, como cuando Trump quería construir el muro, la situación de los migrantes y todo esto, por eso sentí que de cierto modo era contemporánea”, refirió la autora, licenciada en Letras por el Tecnológico de Monterrey.
“En posición fetal, Joseph acaricia la piedra entre sus dedos cautivos, una piedra como la que salvó- durante un tiempo- el libro diminuto de sus memorias, escondido a veces bajo su sombrero, o a veces bajo un tablón o en un muro de casa de su madre. Memorias que le fueron confiscadas debido a la traición del sacerdote espía con quien compartía la celda.
“Memorias donde vertió las aventuras de Joseph Lumbroso, antes Luis de Carvajal ‘el Mozo’, elegido heredero y entrenado para reinar este vastísimo territorio del Nuevo Reino de León-uno de los más grandes de la Nueva España”, se lee en las primeras páginas de “Olvidarás el Fuego”.
Aunque esta historia ya ha sido abordada anteriormente por Mario Anteo con “El Reino en Celo”; por Sabina Berman con la obra de teatro “Herejía/ En el nombre de Dios”, y otros libros, esta sería la primera novela que narra con lujo de detalle cómo los Carvajal llegaron a la Nueva España con muchos planes, que después se verían truncados por la fatalidad.
“Luego de enterarme del hallazgo de las Memorias de ‘el Mozo’, arrancó el deseo de escribir esta primera novela sobre este personaje, porque ya hay una ópera, una película, obras de teatro y muchos libros de historia.
“Yo traté de armar el rompecabezas lo mejor posible y fue como la labor de un arqueólogo, que primero se encuentra una pieza, luego otra, y luego hay cosas que las narra un investigador y tiene una versión; luego otro vuelve a contar lo mismo, pero tiene otra variación, otra explicación del hecho; es como ir armando este rompecabezas en el que tienen que encajar todas las piezas”, apuntó.
HERENCIA SEFARDÍ
En la actualidad, muchos saben que los fundadores de lo que hoy es Nuevo León eran judíos y, por lo tanto, la herencia sefardí está presente en la cultura norestense, sobre todo en la gastronomía, con el consumo del cabrito, las tortillas de harina, además de otras arraigadas costumbres.
“Cabrito, carne seca, huercos, un granado y una higuera en el jardín, tortillas de harina, campechanas, regalos para los recién nacidos, una piedra sobre la lápida de nuestros muertos, comida para los familiares del difunto, cubrir los espejos durante el luto, una tela o ropa nueva para la mortaja, la solidaridad entre parientes, primo, ahorro, trabajo, encender lirios, veladoras.
“¿A dónde conducen esas líneas ancestrales que aparecen de pronto, relumbrosas y ordenadas sobre hojas blancas con nombres y apellidos, pueblos y ciudades, fechas de nacimiento y defunción? Vidas como eslabones a través de siglos quince generaciones atrás. ¿Dónde quedaron los hilos que nos conducen al origen dónde los silencios impuestos?, reflexiona Riveros.
Destacó que a pesar de que esta historia fue silenciada, ahora es contada y espera que no solo los nuevoleoneses, coahuilenses, y tamaulipecos, la lean y conozcan más sobre nuestros antepasados y lo que ocurrió para llegar a ser quienes somos.
“Ojalá puedan acercarse a esta historia que es historia nuestra, no nada más de la región, yo creo que quedó mucha herencia en todo lo que era la Nueva España, es decir todo México, aunque en el noreste nos llega más de cerca. Esta historia fue silenciada porque la sentencia del inquisidor fue horrible; en ella decía; `que sea quemado vivo en vivas llamas de fuego hasta que se convierta en ceniza y de él no haya ni quede memoria´.
“Y ahora me da mucho gusto que sí quedó memoria, porque hace dos semanas la novela ganó una mención en el Museo de Antropología e Historia, ahí fue la entrega y yo pensaba: aquí debajo están las bóvedas con sus memorias, yo ahí las fui a consultar, entonces me emocionaba mucho que su manuscrito, su librito estaba ahí debajo; y qué bueno que finalmente se dio a conocer esta historia terrible de toda la comunidad de personas como nosotros, una historia que sigue siendo la de los migrantes”, concluyó Gabriela Riveros.