
Estaba el otro día preparándome para las compras del Día de Reyes (porque la Navidad ya tiene mucho rato instalada en las tiendas de la ciudad), cuando mi compu me avisó que tenía un montón de correos nuevos.
¿Y qué creen? Pues que todos tienen que ver con el espinoso asunto del cual escribí en la edición pasada: los buques, cochupos, chayotes, embutes, sobres, “atenciones”, “gasolinasos”, convenios, apoyos, arreglos y, en general, lo que significa corrupción generada por la prensa.
Como en botica, hubo de todo, pero abundaron quienes calificaron de necesario abrir el tema a debate y dejar de ver la paja en el ojo ajeno para discutir sobre la viga en el propio.
Hubo quienes defendieron al bando de los rudos, encabezado por Socorro “Coco” Quintero, y también quienes justificaron las peticiones de “apoyos” hechas al mismísimo gobernador en aquel desayuno que terminó en una auténtica cena de negros, con perdón de los morenazos.
A continuación les reproduzco algunos de los mensajes que llegaron a la nueva dirección [email protected] aclarando que les arreglé un poco la redacción para que se entiendan y eliminé las palabras altisonantes porque ésta es una columna familiar, aunque no lo parezca.
Como la mayoría llegaron con seudónimo y algunos fueron kilométricos, les paso nada más la esencia de los mensajes más reveladores. Van:
“¿A poco El Apuntador y el equipo de Hora Cero no le entran al reparto de los sobrecitos? Si todos le entran, sin excepción, nomás que algunos son muy discretos, no se estén dando baños de pureza”.
“Muy bien que balconeen a los transas, pero deberían hacer lo mismo con los jefes porque ellos también hacen sus chanchullos solamente que a otro nivel, como empresarios que son”.
“No están descubriendo nada nuevo, la corrupción en la prensa de Monterrey tiene muchos años, sino acuérdense del hijo de Sampayo o también de lo que hizo Hugo Gutiérrez cuando estuvo en Televisa y que inventó a “La Sombra” para extorsionar a funcionarios”.
“En todos lados tienen cola que les pisen y los dueños de los medios que hacen sus enjuagues con los políticos, sobre todo en campañas, para apoyar a unos y tirarle a otros, como pasó con El Norte en las elecciones pasadas que apoyaron descaradamente a Fernando Elizondo”.
“Estaría mejor que hablaran de los sueldos de miseria que tienen los reporteros porque si les pagaran bien sus patrones no estarían buscando lana por otro lado”.
“Cuando los que escriben esa columna (La Caja de Pandora) se van a comidas y borracheras con los funcionarios nadie les dice nada, y ellos tampoco lo dicen pero bien que se aprovechan pidiendo favores de todo tipo”.
“Mucho tiempo los reporteros de Nuevo León presumían de su nivel y a todos los de Tamaulipas nos veían por debajo del hombro pero ya se ve que pasa hasta en las mejores familias”.
“Muy acertada la crítica, tenemos que responsabilizarnos de nuestras acciones como gremio si queremos elevar el nivel de la profesión. Y olvidarnos de refranes absurdos como ese de que perro no come perro”.
“Esas dizque reporteras ya se convirtieron en una sucursal de la delincuencia muy bien organizada y agárrenlas porque ya vienen las posadas y los jefes de prensa se ponen a temblar cuando las ven llegar”.
“Saquen las corruptelas de los reporteros de televisión y de los policíacos, es donde más cochinero hay y todos lo saben”.
Hasta aquí una muestra de las voces que se han dejado escuchar por el correo de esta columneja que sólo busca cumplir su compromiso de orientar al mundo del periodismo y llevarle luz a la sociedad con la humildad que siempre me ha caracterizado.
Otros mensajes fueron en el sentido de preguntar quién es Socorro “Coco” Quintero y bueno, les platico que es egresada de la facultad de Comunicación de la UANL y fue reportera de La Moneda y de El Porvenir, de donde salió peleada con Gerardo Cantú, director del periódico, por conflictiva.
Las anécdotas de “Coco” son de chile, de dulce y de manteca pues ya nos sabíamos unas y nos han llegado otras.
RECUENTO DE LOS DAÑOS (AL ERARIO)
Una de las más conocidas es que hace más de un año, Socorro Quintero se peleó con Rafael Heredia, coordinador de Comunicación Social del Congreso del Estado, en lo que fue conocido como El caso Pollo Loco. A nivel internacional se le denominó “Pollo Loco-Gate”.
Resulta que en una sesión que se alargó demasiado y como los periodistas no podían salir del recinto, la fracción del PAN invitó a los reporteros de la fuente a comer, comprando paquetes individuales de Pollo Loco.
Socorro no cubría la fuente pero llegó por ahí a la hora de la comida y pidió su platillo. Eduardo Mendieta, responsable de prensa del PAN, le dijo que ya estaban asignados los paquetes, pero que si quedaba alguno se lo daban porque no se apuntó con tiempo.
“Coco” Quintero se indignó y le gritó que ya no quería, que ojalá y se lo comiera su hijo (en referencia al niño recién nacido de Mendieta). El funcionario no le contestó.
Minutos después, “Coco” Quintero, desde el balcón de prensa, se puso a gritarle en plena sesión al diputado panista Julián Hernández: “no me dieron pollo, Julián, no me dieron pollo”.
Rafael Heredia optó por expulsarla del balcón de prensa del Congreso y no permitirle más la entrada, por alterar el orden. “Coco” intentó que la fracción legislativa del PAN corriera a Heredia, pero los diputados no se tragaron el cuento de la violación a la libertad de expresión que argumentó la reportera.
Hasta que concluyó la Legislatura, “Coco” Quintero ya no se paró en el edificio del Congreso, sólo en eventos en los que acudía con los periodistas de la fuente del Gobierno del Estado.
Una más: hace un par de años, “Coco” Quintero, quien procura no perderse una sola posada donde haya buenos premios, tenía la disyuntiva de acudir a la organizada por Agua y Drenaje de Monterrey o a la del municipio de San Nicolás.
Decidió no batallar y, muy lista, habló con la gente de Agua y Drenaje para que hicieran más temprano la rifa de los regalos y al municipio de San Nicolás para que esperaran a que ella llegara con “su gente”.
Lo más inexplicable es que ambas dependencias le hicieron caso. Y no sólo eso, sino que hasta consiguió que un transporte de Agua y Drenaje llevara a los reporteros a la posada de San Nicolás.
Más de posadas: En la posada del municipio de Santa Catarina del 2007 a “Coco” le tocó un boleto y como ya nada más quedaban premios chicos, como relojes de pulso con el escudo municipal, aprovechó la llegada de un grupo de reporteros a quienes el alcalde les dijo que tomaran un boleto para la rifa.
Quintero tomó otro boleto y se llevó una pantalla plana y un centro de entretenimiento. Al año siguiente, ante las protestas de la raza, en la rifa se apuntó el nombre de cada persona y el número del boleto que le había tocado.
Otra: Quintero logró convencer a varios, entre ellos al novato José “Pepe” Plata, de Multimedios, de no entrevistar a Gilberto Montiel Amoroso, secretario de Salud, debido a que éste no le pagó una supuesta publicidad por un aniversario de su revista Personajes.
La historia es de que “Coco” le dijo a Montiel que su revista cumpliría años y le pidió una carta de felicitación, la cual elaboró Julio César Cano con todo y logo de Salud y la firma de Montiel.
Los asegunes llegaron cuando Quintero fue cobrar la carta con todo y factura y le djeron que no estaba autorizado el pago de esa publicidad.
Se peleó con Montiel, quien le dijo que hablaron de una carta pero no de que tedría un costo y que con mucho gusto felicitaba su revista pero con mucha pena no le podía pagar lo que pidió.
Entonces, al más puro estilo del Viejo Oeste, “Coco” decidió tomar represalias extra periodísticas y el veto del secretario de Salud en varios medios de la “chiquillada” y sólo uno grande, el de Multimedios TV, gracias a que el ingenuo de “Pepe” Platas le siguió el juego.
“Coco” Quintero le gritaba a sus secuaces ¡perdón! a sus compañeros “¡no entrevisten a Quico!” en referencia al cachetón secretario de Salud.
Hasta Platas salió regañado en Multimedios TV por hacerle el vacío al funcionario.
La siguiente: en una reciente gira del gobernador Rodrigo Medina por el municipio de Apodaca, “Coco” Quintero le preguntó a quemarropa al jefe de prensa del municipio, Edgar Martínez “¿Cuánto traes?”, y el funcionario ex reportero de Televisa Monterrey metió sus manos a los bolsillos y le mostró todo su capital: 2 billetes de 200 pesos.
La respuesta de “Coco” fue que eso no le interesaba: “Mejor úsalos para ponerle gasolina a tu carcacha”..
Algo similar hizo en Santa Catarina, donde pidió un convenio publicitario por 10 mil pesos, le dijeron que podría ser de 5 mil y muy indignada lo rechazó.
Más: durante un evento de la campaña del actual gobernador que tuvo lugar en la Arena Monterrey, se hizo la clásica bola de reporteros y de repente Quintero empezó a gritar que le habían robado su Blackberry, y estaba haciendo tanto escándalo que César Velázquez, uno de los operadores de prensa en el equipo de Medina, le prometió que le pagarían el aparato, lo cual cumplió… para darse cuenta después que “Coco” jamás había tenido un Blackberry.
Otro que sufrió fue Miguel Ángel Chávez, quien estaba a cargo de prensa en la campaña de Clara Luz Flores, actual alcaldesa de Escobedo, pues lo llegaron a acosar porque nomás traía 3 mil pesos y le pedían más.
Oootra más: a la directora del DIF NUevo León, Elenitza Canavati, el mismísimo día de su toma de protesta le pidió que corriera a Bárbara Leal, quien lleva años realizando un buen trabajo en la dependencia y es el enlace de Prensa.
Una semana después, la misma “Coco” le sugirió que la ratificara por ser muy buen elemento. Las malas lenguas dicen que cuando Quintero vio la posibilidad de amarrar un convenio publicitario sus ojitos hicieron el clásico “¡clinck!” de las cajas registradoras y optó por llevar la fiesta en paz.
La más reciente: al finalizar un evento, el alcalde de Monterrey, Fernando Larrazábal, se estaba despidiendo y fue abordado por “Coco” y varias de sus cofrades, quienes le preguntaron sobre la fecha de la posada de Monterrey, pues tratan de que no se “empalmen” las de mejores regalos.
Como lo agarraron en curva, el alcalde se limitó a decir que se estaba viendo ese asunto con Oswaldo Cervantes y se fue con cara de “¿qué les passsa?”.
Pues estas son algunas de las historias que me han contado los colegas acerca de Socorro “Coco” Quintero, la lideresa de la banda ruda de la prensa regiomontana.
Como dicen en el rancho: está bien el encaje, pero no tan ancho, porque los jefes de prensa ya nomás la ven llegar y gritan: Socorrooooo… y ella piensa que la están saludando ¡pero en realidad están pidiendo auxilio porque los van a atracar en despoblado! Ah, raza.
Ahora que, me aseguran algunos de sus allegados, “Coco” es tan brava que hasta da machetazo a caballo de espadas. Por ejemplo, va con un funcionario a pedirle lana a nombre de una bolita (o sea los rudos) y sale con una lana pero les dice que lo único que consiguió es que les pagaran la comida, así que se los lleva a comer y ya con eso quedan contentos los ingenuos colegas.
Y a los jefes de prensa los espanta con el “petate del muerto” de que es la corresponsal de Radio Fórmula y se lleva de piquete de ombligo con “El Teacher” Joaquín López-Dóriga, cuando le hablan allá cada 3 meses para pedirle uno que otro reporte.
Por ejemplo, en la cena de negros ¡perdón! desayuno en la Casa de Gobierno donde las rudas dijeron “fuera máscaras” y se lanzaron a la yugular contra el erario, llegó diciendo que no iba por MVS (la empresa donde labora de planta) sino por Radio Fórmula ¿Qué tal?
JUEGO PELIGROSO
Al comenzar el gobiero actual, Socorro “Coco” Quintero agarró parejo y estuvo descalificando el trabajo de algunos jefes de prensa, entre ellos al mero mero de Comunicación Social del gobierno, Eloy Garza.
Por cierto Guillermo Martínez, que estuvo en comunicación social con Benjamín Clariond y Sócrates Rizzo, aparece como uno de sus principales asesores.
Y una de las primeras aportaciones de “Memo” Martínez fue el usar el mismo slogan que tuvo “El Benjas” siendo alcalde de Monterrey y que ahora tiene el gobierno de Rodrigo Medina: “Un Gobierno Unido”.
Al mismo tiempo otros colegas de Eloy le están comiendo el mandado. Por ejemplo, Oswaldo Cervantes, en Monterrey, ha hecho una buena chamba, aprovechando broncas como la de Tránsito y ayudando a la imagen de su jefe, el alcalde Fernando Larrazábal.
Ni se diga Edgar Martínez, en Apodaca, pues se nota que el paso del ahora funcionario por El Norte y Televisa le dio tablas que está aprovechando muy bien en su nuevo cargo.
¡Vaya! Hasta Mauricio Fernández con todo y que le gusta estar en el ojo del huracán con declaraciones polémicas tiene mejor prensa.
Y quien anduvo festejando la inauguración del nuevo estadio de su natal Torreón, es José Luis Carrillo, ex reportero de El Norte y ex director de Comunicación Social de Monterrey, Escobedo y más recientemente de la campaña de Abel Guerra.
Carrillo estuvo en la apertura oficial del estadio de los Santos de Torreón, lanzando confeti y serpentinas gracias a las excelentes relaciones con altos directivos del Grupo Lala, uno de los impulsores del moderno inmueble.
El también asesor de comunicación e imagen está bien metido en la cátedra en la Universidad Regiomontana, es columnista de Los Tubos.com y pronto debutará con un espacio en un medio impreso, mientras se desintoxica de la política.
Suerte al hermano gemelo de Mario Alberto “Milusos” Palacios.
La que cambió de chamba para irse al DIF de Guadalupe es ni más ni menos que Lucero Rodríguez, ahora ex reportera de Multimedios TV. No crean que estaba cansada del periodismo o se sentía ya realizada, pues la verdad aún le faltaron muchas cosas por hacer; simplemente su amiga Ivonne Álvarez le hizo un buen ofrecimiento económico y como sueldo mata vocación, Lucerito voló.
Por esta ocasión se acaba el espacio y me quedaron varios temas en el tintero pero en la próxima entrega se los platico.
Gracias a quienes escriben y comentan sus puntos de vista, sirven para que este Apuntador sepa de qué lado masca la iguana.
La pregunta de esta edición está facilita: ¿a qué conductora de noticias se le subió tanto el puesto que se puso altanera con sus jefes y no sólo la bajaron del ladrillo donde se mareaba sino que además la despidieron?
Anécdotas sobre las rudas, chismes y clases
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