Los grandes pensadores de la humanidad sostienen que un hombre es sabio cuando aprende de sus propios errores…pero aseguran que es más sabio ¡cuando aprende de los errores de otros!
El devastador terremoto y posterior tsunami en Japón que mantiene en un hilo a todo el mundo, puso al descubierto y abrió las críticas mundiales hacia la poderosa e incontrolable energía nuclear, al tiempo que está dando sabias lecciones a la arrogancia desenfrenada del ser humano.
Pero no solamente en Japón millones de personas rezan para que aunado a una catástofe natural no se sume una de mayores y globales poporciones: un desastre nuclear, no registrado desde aquellas escenas terroríficas vistas en Chernobyl en 1986.
En todo el mundo, organismos políticos, económicos, de conservación del medio ambiente, entre otros, siguen con atención la emergencia en la planta nuclear de Fukushima, una de las que resintieron los mayores daños por los terremotos que todavía siguen sacudiendo a esa isla.
Por el momento, el problema más grave se registra en el reactor 2 de esta central nuclear, que provocó una impresionante fuga de energía nuclear que ha obligado a evacuar a todos los residentes aledaños en un radio de hasta 30 kilómetros.
En el mundo existen 440 plantas de energía nuclear actualmente en operación, en 30 naciones mismas proveen del 14 por ciento de energía eléctrica que se consume en el planeta. Es importante resaltar que Japón ha sido el único país en la historia que ha sufrido la explosión de dos bombas nucleares en su territorio en las postimerías de la Segunda Guerra Mundial, por lo que muchos de sus longevos habitantes se horrorizan al escuchar solamente ese término.
Pero la gran pregunta es:
Si en Japón, nación caracterizada por su gran avance tecnológico, su disciplina laboral, y su cumplimiento en todas las medidas de seguridad tiene actualmente esa crisis, ¿qué pasará en otras naciones en las que éstas no necesariamente se cumplen?
¡Como México!
Nuestra planta nuclear, construida para reforzar la demanda de energía eléctrica en el País, data de 1990, en su primera fase, y de 1995 en su etapa más reciente.
Laguna Verde, ubicada a sólo 30 kilómetros del puerto de Veracruz, está enclavada en una zona conocida como Punta Limón, en el municipio de Alto Lucero de Gutiérrez Barrios, y desde un principio grupos ambientalistas han realizado protestas permanentes por su construcción y posterior operación.
El grupo “Madres Veracruzanas” a nivel local, realizan protestas y plantones permanentes para exigir a las autoridades de la Comisión Federal de Electricidad cumplan con la obligatoriedad de otorgar información fidedigna de las condiciones en que se encuentra esta planta nuclear.
Organismos más reconocidos a nivel mundial como Greenpeace, también han alertado a la Opinión Mundial sobre los graves riesgos en que se encuentra esta planta ante los antecedentes que existen sobre la limitada eficiencia y exagerada politización de los organismos oficiales en México.
En las frecuentes protestas y plantones en la zona, los grupos antagónicos a la utilización de esta forma de energía, el argumento frecuente es el impacto negativo al medio ambiente y las escasas, muy escasas medidas de seguridad.
Cobra relevancia este hecho, ya que para nadie resulta un secreto que esa zona geográfica forma parte del conocido “nudo volcánico” que cruza México del Golfo hacia el Pacífico….y donde existen volcanes es altamente probable que se registren terremotos.
Laguna Verde utiliza un reactor de fisión que funciona a base de uranio enriquecido entre un 3 ó 4 por ciento; la buena noticia es que su tamaño es menos de la mitad de la planta japonesa emproblemada, pero la mala noticia es que se encuentra a menos de 300 kilómetros de la Ciudad de México.
¡La zona conurbada más grande del mundo!
En varias naciones del mundo, principalmente en Europa Central, en las que la utilización de la energía nuclear es parte cotidiana de sus fuentes energéticas, miles de ciudadanos han salido a las calles para exigir a las autoridades se garantice su seguridad.
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