No es casualidad que hasta el tercer día de julio seis aspirantes de la alianza Va por México (PRI, PAN, PRD), hayan retirado sus aspiraciones para abanderar lo que parece una lucha imposible: ganarle a cualquiera de las corcholatas del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Tampoco es casualidad que la decisión tomada por los seis tenga que ver cuando el ensuciado ex gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, levantó la mano para engrosar la lista como posible contendiente presidencial en 2024.
Argumentando diferencias con el método presentado por los partidos aliados, uno a uno se fueron retirando Lilly Téllez (senadora), Claudia Ruiz Massieu (senadora), Alejandro Murat (ex gobernador de Oaxaca), Gustado de Hoyos (empresario), Mauricio Vila (gobernador panista de Yucatán), y Germán Martínez (senador y exdirector del IMSS).
Los seis coincidieron en que los partidos de Va por México privilegiaron otros intereses, marginando a los ciudadanos. Y es cierto, cuidaron las formas para evitar mayores daños, pero en el fondo estoy seguro que Cabeza vino a enturbiar el proceso.
Durante los seis años de su gobierno en Tamaulipas, el cuestionado político del PAN amasó una fortuna incalculable con la cual, sin descapitalizarse, podría comprar las conciencias de los dirigentes nacionales del PAN Marko Cortés, del PRI Alejandro Moreno ‘Alito’, y del PRD Jesús Zambrano.
Previo a las elecciones en Tamaulipas de 2022, donde el PAN y su excandidato, César Verástegui ‘El Truco’, perdieron la gubernatura, el Revolucionario Institucional fue comprado por Cabeza con una estrategia donde hubo desde amenazas, calambres y hasta compra de conciencias.
Quienes tuvimos la oportunidad de cubrir como periodistas algunos actos de campaña de ‘El Truco’, comprobamos como el PRI se fue blandito a los brazos del entonces gobernador, olvidando todos los agravios, amenazas y persecuciones del panista. Sin embargo, hubo líderes regionales que no se doblaron, como el caso de Oscar Luebbert Gutiérrez en Reynosa.
Los dirigentes de Va por México pusieron como requisito para los interesados juntar 150 mil firmas que a puros billetazos Cabeza pudiera no solamente llegar a esa cifra, sino multiplicarla por diez, es decir, sumar millón y medio de firmas.
Él tiene bóvedas de dinero sucio para cumplir su demencial sueño de ser candidato a la Presidencia de México, emulando a Juan Vargas, el personaje de la Ley de Herodes que salió de un basurero de partes de automóviles para escalar en la política nacional.
Guste o no mi pronóstico, aclarando que no soy simpatizante de MORENA, la posibilidad real, no remota, de que Cabeza pudiera comprar su candidatura, seguro perdería contra cualquiera: Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López, Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal y Gerardo Fernández Noroña.
Recuerdo como si hubiera sido ayer cuando Vicente Fox lo invitó a ser candidato a diputado federal por Reynosa; luego se hizo amigo de los hijos de Marta Sahagún desde donde hizo contratos bajo la sombra de la política, y acabó siendo socio de uno de sus principales cómplices: del panista Roberto Gil Zuartch y su clan.
Si las aspiraciones de Xóchitl Gálvez son reales y no se está prestando a la simulación, no habrá quién le arrebate ser abanderada de la coalición anti AMLO en 2024. Al menos que le esté haciendo el caldo gordo a Cabeza y al final se quite de su camino.
Insisto, la descomunal fortuna del Juan Vargas tamaulipeco es tan insospechadamente incalculable, que bien podría hacer a un lado a Xóchitl, pagar su campaña, de los 300 candidatos a diputados y diputadas federales por mayoría, y de los 64 que aspiran a ser senadores y senadoras.
Y agregaría: ¿a poco ‘Alito’, Marko y Jesús no verían con buenos ojo$ al Juan Vargas tamaulipeco para ser su gallo en 2024?
Los líderes de Va por México no deben desestimar esa demencial aspiración de Cabeza de querer ser presidente. Quítenle parte del dinero que se ha robado del erario protegido por Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Claro, Peña Nieto lo hizo de su lado por encargo de Calderón. Como senador entre 2010 y 2016, Cabeza recibió embutes para votar por las reformas del entonces mandatario del PRI, sobre todo la energética, haciendo negocios en Tamaulipas asociándose con empresas españolas y comprando ranchos donde se produce energía eólica.
AMLO, MORENA y Santiago Nieto quisieron meterlo a la cárcel una vez que entregó el poder. Pero tampoco dudaría que fue una simulación, show mediático y estrategia para que el PAN perdiera la gubernatura.
Y no estar fuera de la realidad, porque en México no existen las casualidades y menos en la política. Y si fue mera actuación se merecen un Óscar por haberle picado los ojos a los tamaulipecos que creyeron en esa farsa.
Mientras tanto, ya Cabeza de Vaca tapizó el país con panorámicos con sus cuernos azules, igual que su campaña en 2016.
En fin, de esa historia faltan por escribirse muchos capítulos, entre ellas la estocada final a sus sueños guajiros.