La gente hizo escuchar su voz. Las redes sociales se llenaron de reclamos a Diego Cocca por abandonar al Club Tigres. Los improperios estallaron acusando al argentino de traición y otras lindezas que dicta la pasión entre los seguidores del equipo universitario al conocer la noticia de su aceptación a dirigir la selección mexicana. “Que se vaya ya”, escribían en los sitios web y gritaban en los medios sonoros.
Pero no fue así la despedida que públicamente le dio el presidente de la institución sostenida por Sinergia Deportiva, Mauricio Culebro. “Es válido ir a cumplir un sueño y nosotros no estamos en posición de cortarle las alas a nadie. Cada quien es libre de tomar sus decisiones; estamos enfocados en Tigres y hay ganas de seguir ilusionándonos”, dijo en la conferencia de prensa en que se presentó al “Chima” Ruiz como nuevo director técnico del plantel auriazul. Elegante y sin rencores se le escuchó una y otra vez, aunque no sabemos cómo se plantó ante Cocca el lunes pasado que conoció la decisión del entrenador que se había comprometido “a morir” con el proyecto del club nuevoleonés. Quizá luego trascienda el trato final con el que el directivo selló la despedida de Diego, quien no tuvo palabras de consuelo para el dolor de los que de veras sienten los colores de su equipo. Se fue desde el miércoles. Y punto.
Él tendrá sus razones para dar este paso, pues como profesional del deporte de masas por excelencia nadie puede negar que es una gran aspiración dirigir a la selección nacional. Está en su derecho de aprovechar semejante oportunidad. Y tal vez cuente también el estímulo económico ofrecido por los dueños de los equipos de la máxima categoría del futbol azteca. Además, la oferta le llega en una coyuntura muy especial si damos por hecho que no habrá exigencias de calificar para el próximo Mundial y basta con salir airoso en los partidos de preparación. ¿Por qué acusarlo entonces de traición y, peor, insultarlo masivamente en cuanto medio se presta en la recogida de los sentimientos de los más dolidos por la partida del técnico argentino?
Le asiste, por otra parte, la tranquilidad que tendrá en forma prolongada al hacerse cargo del cuadro tricolor. Podrá dormirse en la hamaca más sosegadamente y no estar expuesto a las presiones de cada jornada del torneo con los Tigres. Su permanencia, por otra parte, está segura por años en el trabajo que acaba de aceptar y su proyección será mayor a nivel nacional e internacional. Y la “mafia” que lo sigue a donde vaya tendrá chamba bien pagada en los cuadros en qué él los acomode. Es decir, la manga ancha en la elección de su equipo de trabajo no debía desaprovecharla.
Total, Diego Cocca no es único e insustitituible como entrenador. La voz populi en los medios lo dejó muy claro: “Lárgate, traidor. Ya no te queremos”. Así es que “Chima” Ruiz podría aprovechar la ocasión para revalidar sus méritos y llevar por una buena senda a los Tigres. No se necesita una persona de renombre ni que venga del extranjero. De la calidad del argentino hay muchos en México, pero los que menean la olla dijeron “por aquí nos vamos, chillen llantas y gruña quien gruña”. Solamente deseamos que a nuestro futbol nacional le vaya bien y que los Tigres no entorpezcan sus planes y ritmo por este tipo de sucesos tan comunes entre los profesionales del deporte.