
Si bien el magisterio de Nuevo León cerró filas y evitó politizarse con el tema de la reforma educativa que llevó a miles de maestros a protestar en la Ciudad de México y paralizar miles de escuelas en Oaxaca, Michoacán y Guerrero, en estas latitudes afronta otras broncas y grillas internas.
Una papa caliente que le heredaron a Aurora Cavazos, ex secretaría de Desarrollo Social y ahora de Educación, se refiera a un profesor que, por decisiones extrañas, casi gana 100 mil pesos mensuales con plazas estatales y en la UANL.
Sin embargo el angelito del Señor no ha cumplido en meses, alegando ser asesor personal del líder magisterial Guadalupe Castillo García.
Se trata de Alejandro J. Treviño, quien se ostenta como Doctor en Educación por la Universidad Atlántica Internacional de Honolulu, Hawaii, sin validez para las autoridades de Nuevo León, quien supuestamente es coordinador de carrera magisterial de la Sección 50.
Al susodicho el Estado le paga sueldo sin ir a impartir clases o cubrir el horario fijado. Además, y para colmo, es catedrático de tiempo completo en el Centro de Desarrollo de investigaciones de la Escuela de Ciencias de la Educación de la UANL.
Es de muchos sabido que existe un expediente abierto en su contra por parte de la Secretaría de Educación que advierte sobre la invalidez de su doctorado. En fin.
Por otro lado la alcaldesa de Monterrey, Margarita Arellanes Cervantes, era una de las invitadas especiales a la toma de protesta de su homóloga panista de Matamoros, Leticia Salazar Vázquez, en un acto que tendría lugar el domingo 29 de septiembre en un centro social de esa ciudad tamaulipeca.
Al acto protocolario estaban invitados además la ex candidata presidencial, Josefina Vázquez Mota; el dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero, y la expirara dama Margarita Zavala de Calderón, sólo por citar algunas gargantas profundas de ese instituto político.
Obvio decir que en la comida privada, después del ungimiento oficial de la alcaldesa matamorense y a la cual asistirán sólo unos cuantos, el tema principal serían los amarres que habrán de darse en la cúpula albiazul rumbo a la sucesión gubernamental en Nuevo León en 2015, y el de Tamaulipas que tendrá lugar el siguiente año.
En ambos estados Acción Nacional no descarta mandar al redondel a Arellanes Cervantes y Salazar Vázquez, aunque a decir verdad la primera deberá superar el embrujo que tiene la alcaldía regia que ha sido la tumba política de sus antecesores, no sólo del PAN sino también del PRI.
Por lo pronto los albiazules pondrán su mirada en Matamoros, ciudad que a los regios solamente les interesa en la Semana Santa. Bueno, no a todos, obviamente Arellanes Cervantes no acude a pisar las finas arenas de la Playa Bagdad, sino a la Isla del Padre.
Como nunca en años y procesos electorales, los panistas de Tamaulipas y Nuevo León se echarán la mano para intentar ganar las gubernaturas, apostando al género femenino.
También los regios tendrán el respaldo moral, aunque el económico no se descarta, del gobierno municipal de Nuevo Laredo, con el alcalde albiazul Carlos Canturosas, hijo de un célebre político y luchador social del mismo nombre, y uno de los fundadores del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), ya extinto.
Por otra parte, se notó a leguas que el gobernador Rodrigo Medina de la Cruz hizo manita de puerco a José Antonio González Treviño, actual secretario de Economía y quien durante cuatro años tuvo la cartera de Educación, al pedirle que quitara a Juan Manuel Alvarado de principal, asesor de comunicación de la senadora Cristina Díaz Salazar.
Como dentro del Partido Revolucionario Institucional no hay secretos, hasta el que lava coches que despacha frente a Palacio de Gobierno sabe que Medina de la Cruz no pondrá a su sucesor, sino que tendrá derecho a veto. Y sin duda quien encabeza esa lista negra es la legisladora, ex alcaldesa de Guadalupe y dirigente nacional de la CNOP.
Por eso el gobernador le leyó la cartilla al ex rector de la Universidad Autónoma de Nuevo León, pues no se veía bien que un alto funcionario del gabinete estatal estuviera jugando con el equipo contrario. O como se dice: “durmiendo con el enemigo”.
Por eso mismo “el tigre” Toño González reviró, sacó sus canicas del hoyo y replegó a Alvarado para su cancha en espera de que el cielo no tenga tantos nubarrones.
Se dice que el doctor Donato Saldívar, ex director del Hospital Universitario en tiempos de González Treviño, tuvo mucho que ver en esta frustrada carambola.
El ejecutivo estatal tiene dos enemigos dentro de su partido, Díaz Salazar y el dirigente estatal de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Ismael Flores Cantú.
El asunto con los cetemistas se complica ya que Medina de la Cruz nunca ha visto con malos ojos a la otra senadora, Ivonne Álvarez. Tan simple, si hoy fuera el día en que el PRI deba elegir candidato y esa decisión quedara en manos del gobernador, la ojiverde sería la ungida.
Otros que no se descartan, aunque su estrategia es levantar el menor polvo posible, es el diputado federal Pedro Pablo Treviño Villarreal, y con menos chance pero su corazoncito late a mil por hora es su compañero de curul, Héctor Gutiérrez de la Garza.
Pero si de senadoras se trata y el PRI quiere mandar a la batalla a una fémina, la tercera senadora en discordia estaría más que lista: Marcela Guerra, con serios problemas para socializar con los de clase media hacia abajo, no solamente dentro de su propio partido, sino en los demás ámbitos.
Suena raro que teniendo como esposo a un experto en marketing y asesor de imagen de políticos, Mentor Tijerina, no haya trabajado en superar ese defecto de su compañera de vida. Pero nunca es tarde y los vientos cercanos de 2015 harán ponerse las pilas.
Antes de las elecciones del año pasado, la senadora Guerra acudía a un condominio ubicado en un sector exclusivo sobre avenida San Jerónimo, al parecer a visitar a un familiar.
Los inquilinos recuerdan que antes de ser candidata al Senado, cuando la veían en el elevador, ni el saludo de ella merecían, menos que los volteara a ver el rostro. Cuando tomaba el ascensor iba con el auricular del celular en el oído, como los futbolistas profesionales lo hacen cuando los aficionados buscan un saludo o un autógrafo, y son ignorados.
Pero cuando se trata de ir en busca de los votos no hay más remedio que despojarse de esas poses de diva. Y eso mismo pasó con la actual senadora Guerra, quien durante la campaña se transformó tanto que no solamente sonrisas repartía dentro del elevador, sino que poco le faltaba para repartir besos desde el primero al último piso.
Otra vez los alcaldes metropolitanos se pusieron las pilas para implementar programas de prevención de desastres, abrir albergues y reparar calles y avenidas dañadas por las pasadas lluvias, además para recolectar ayuda que sería enviada a los damnificados del país.
César Cavazos, en Escobedo; Víctor Pérez, en Santa Catarina; César Garza, en Guadalupe, Raymundo Flores, de Apodaca y Pedro Salgado, de San Nicolás, estuvieron activos antes y después de las lluvias que cayeron a causa del huracán Ingrid en sus municipios, además de que fueron solidarios con los compatriotas en desgracia.
En la capital de Nuevo León poco faltó para que saliera de control el recital que ofreció el pianista Raúl Di Blasio en los bajos del Palacio Municipal con motivo de los 417 años de la fundación de Monterrey.
Fue una gran lección para que a la próxima, algo que debió acabar con una estrellita en la frente del funcionario organizador no terminó con su despido.
Para quedar bien con su jefe, el director de asuntos jurídicos de la Comisión de Transparencia, Francisco Guajardo, le consiguió a Guillermo Mijares la lista de los aspirantes a comisionado tras su ya cercana salida.
Pero cómo le hizo Paco Guajardo para obtener esa lista que se supone debe estar sólo en manos de los diputados locales para evaluar quién pudiera tener el perfil para ocupar el cargo de comisionado.
Guajardo trabajó hace unos años en el Congreso del Estado en el área jurídica, pero su hermano José Juan Guajardo es diputado local del PRI… ¡cuánto sospechosismo!
El caso es que Mijares y la confidencialidad y la protección de la información son como el agua y el aceite, lo bueno es que ya se va.