El Partido Revolucionario Institucional casi llega a los 90 años de fundación, y aunque anda “cascabeleando” sigue funcionando; el Partido Acción Nacional tiene menos de 70 y prácticamente vive su mejor momento, gobernando más de la mitad de los estados y con posibilidades reales de regresar a la Presidencia de la república. Mientras tanto el Partido de la Revolución Democrática… es otra cosa.
El PRD es el más nuevo en la política mexicana y vaya que, como buen muchacho inmaduro, aunque ya vaya para los 30 años, está presa de sus “calenturas” emotivas y políticas, teniendo sueños guajiros que le permitan lograr a sus soñadores la fortaleza financiera y política, que muchos priistas y panistas han logrado.
Aunque presuman ser una “izquierda progresista”, lo cierto es que la pugna interna dentro del partido del Sol Azteca dista mucho de ser una lucha ideológica por el mejoramiento social de México; más bien es una pugna interna entre las famosas “tribus”, que piensan en el poder económico.
Por eso, no les ha interesado aliarse con quien tengan que hacerlo para lograrlo…y no lo hacen cuando la ambición los rebasa y se dejan llevar por su historia patria, aquella misma que muchos evocan cuando entre el 2006 y el 2012, estuvieron a nada de gobernar México, al convertirse en la segunda fuerza política, con triunfos memorables como los del entonces Distrito Federal y Zacatecas.
Todos recordamos aquella época inolvidable cuando de ser una corriente democrática dentro del PRI, personajes notables como Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, sumados a mexicanos de izquierda reconocida como Ifigenia Martínez, Heberto Castillo, Gilberto Rincón Gallardo, Amalia García, entre otros, fundaron el hoy disperso y desorientado PRD.
Nacido como una suma de fuerzas democráticas de vanguardia como el Partido Mexicano Socialista, el Partido Mexicano de los Trabajadores, el PSUM, el PST, etc., los mexicanos de esa generación vieron con optimismo el nacimiento de un nuevo partido nacional.
El sueño duró mucho, pero la realidad está durando muy poco, y aunque quiero dejar claro que no se trata de criticar un liderazgo reciente, llama la atención la forma en la que la hoy es conducido y lo mantiene al borde de la extinción política.
Ganador junto con el PAN de victorias históricas en las elecciones pasadas, ahora busca en solitario ganar el Estado de México, Nayarit, Coahuila, y lo más que se pueda en las elecciones municipales en Veracruz; todo en el primer domingo de junio próximo.
Pero la crisis no está en México, sino en los Estados Unidos, en donde salió a relucir la compra de un departamento de casi un millón de dólares, adquirido junto a las paradisíacas playas de Miami, por la meritita María Alejandra Barrales Magdaleno, nacida el 17 de julio de 1967, abogada por el ITAM y exsobrecargo de la extinta Mexicana de Aviación entre 1988 y el 2000.
La señora Barrales siempre ha gustado de la grilla sindical, iniciando desde los 27 años en la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación, en donde llegó a ser la secretaria general, para de ahí avanzar imparable en la búsqueda del “bienestar de los mexicanos”.
Sin meternos a temas fiscales y legales, que ponen en evidencia a María Magdalena, al caer en contradicciones evidentes en su declaración “3 de 3”, ni cuestionar que en su carrera tenga capacidad financiera para adquirir un departamento de ese valor, lo que nadie ni ella misma puede justificar es su doble moral ideológica.
¿Cuántas veces no la hemos visto a ella y sus representados, muchos de ellos con propiedades también en los Estados Unidos, criticar y vociferar contra todo lo que huela, sepa, parezca y se vea como antinacionalista?
¡Vaya, quemaron en leña verde al presidente del PAN, Ricardo Anaya, cuando confirmó que tenía a su familia viviendo en los Estados Unidos, y casi casi, pidieron que fuera fusilado en el patio central de la Cámara de Diputados!
Y no se diga al presidente Enrique Peña Nieto en sus pasadas pisadas en falso con el presidente Donald Trump.
¿Porqué mandar dinero fortaleciendo finanzas de desarrolladores extranjeros, cuando en Cancún, Riviera Nayarit, Riviera Maya, Los Cabos, Puerto Vallarta, existen lugares que generan empleo y beneficio para los mexicanos?
Bonito liderazgo de esa izquierda que presume de ser vanguardista. Insisto, este tema es de hechos y no de interpretaciones: por lo que la actual dirigencia perredista está dando la razón a muchos de sus malquerientes, al ser meramente “temporalera”.
¿Entonces el dirigir un partido político ya NO es cuestión de ideología y SÍ es de intereses?
Todos los mexicanos la respuesta la sabemos desde hace años…
Pero, lo mejor es que los partidos políticos siguen pensando que NO la sabemos…
Salvo cuando acudimos a las urnas y emitimos el voto con la sabiduría popular y sentido común manifiesto:
¡Voto y te boto!