
El tiempo corre contra los candidatos que buscan un cargo de elección popular en este proceso electoral 2015.
¿Qué olvidaron los candidatos durante el periodo de precampaña? Muchas serán las respuestas, pero entre otras espero no hayan olvidado al ingrediente principal de toda elección: los electores, el voto, sin los ciudadanos no hay elección, no hay triunfo, no hay democracia.
Habrá candidatos con experiencia que pensaron en todo, pero habrá otros con y sin experiencia a los que habrá que recordarnos que una batalla electoral se libra en la mente de los electores.
Los mensajes le hablan al oído de los electores a través de todos los medios, los convencionales y los virtuales. A todos habrás que apostarles, porque todos son muy importantes, pero a cada uno hay que hacerle su propio marketing político.
Eso no lo debemos olvidar, los mensajes atacan el consciente y subconsciente de los votantes con propuestas, ideas y frases que creemos darán en el blanco.
Primero: hay que resaltar que una elección como la que estamos viviendo es muuuuy breve, bastante corta diría yo, comparadas con muchas otras que me ha tocado vivir como periodista, candidato y consultor.
No hay tiempo, el que queda se agota y a este día ya quedan 8 semanas para concluir el proceso electoral… ¡sí, 8 semanas!
La votación es como un relámpago, se fuga, se va en un instante y no terminamos por cuadrar nuestras estrategias.
Ahora los diplomados de marketing y comunicación política que hayamos cursado en Miami, Washington o el Distrito Federal se aplican o quedan atrás para el recuerdo.
A los candidatos les queda el tiempo necesario para prepararse en el terreno de la batalla, preparar los temas de interés de los electores y conocer cómo ha elegido el elector de entre tantos competidores.
A lo largo de nuestros recorridos tenemos que registrar y conocer cómo piensan nuestros electores, cómo son, qué sienten, saber sus necesidades, motivaciones y aspiraciones.
No es sencillo, pero en cada casa que llegamos, en cada colonia que recorremos, en cada calle que nos abordan tenemos que saber qué los motiva a votar.
Hay votantes que son duros y muy críticos del partido que representan los candidatos. ¿Qué harás en esas condiciones? ¿Discutes, escuchas, lo dejas pasar, le sacas la vuelta?
Otros electores en cambio son muy atentos y amables, pero ¿crees que ya ganaste su voto? No, no pienses eso, porque igual de amable será con los otros candidatos que acudan a pedirle el voto.
El marketing para los candidatos es el manejo de su imagen, pero no siempre ese manejo da los votos; los electores rechazan temas torales como el aborto, la legalización de las drogas, las distintas preferencias sexuales, el comunismo, el fanatismo religioso, los extremismos.
Pero hay otros que por el contrario, cuestionan si estamos a favor o en contra de la legalización de las drogas. Unos más optan sus preferencias según la religión y si el candidato es de una religión distinta ya se fregó.
Importante es planear cada mensaje porque los electores reaccionan de distinta manera a lo que dices según reciban el mensaje.
Un buen ejemplo podría ser cuando un candidato habla de cifras alegres sobre el empleo. Podrá afirmar que Nuevo León recibió mucha inversión y generó miles de trabajos formales. ¡Wow! ¿A quién sorprendimos? No a muchos, en cambio si en esos discursos incluimos propuestas sobre el tema del desempleo, el subempleo o el empleo informal, nuestras posibilidades de ser escuchados y ganar el voto son mucho más.
Eso es parte del mensaje que nos dice mucho acerca del comportamiento de los electores, lo que nos va indicando qué es lo que les interesa, qué les molesta, qué les afecta.
Los votos que amarró cada candidato, los votos duros de cada partido esos ya los tienes ganados, pero los votos de los indecisos, que pueden ser el 30 por ciento de los votantes, en muchas de las ocasiones son el fiel de la balanza.
A esos hay que llegar y convencerlos con propuestas realistas, confiables para poder hacer clic a la hora en que el elector tenga que decidir.
¿Y sabe qué, querido lector? Los electores indecisos deciden su voto en unos segundos.