Es cierto, los Gigantes hicieron lo necesario para ganar y los Rangers llegaron más lejos que nunca en su historia, pero nadie me puede decir que la Serie Mundial 2010 va a ser recordada como un acontecimiento que dejó satisfechos a los aficionados al beisbol.
Faltó la chispa de un héroe inesperado y ni Tim Lincecum pudo emocionarnos con su excelente pitcheo. Por el otro lado, Cliff Lee, Valdimir Guerrero y Josh Hamilton simplemente desaparecieron del mapa.
En medio de todo, el ganador es Bruce Bochy porque logra su primer campeonato y se saca la espina de la derrota que sufrió cuando dirigía a los Padres de San Diego y que fue apabullado por los Yanquis en cuatro partidos.
Para Ron Washington haber llegado hasta esas alturas ya es ganancia luego de que a principios de año no sabía si tenía el trabajo seguro luego de aceptar su adicción a la cocaína.
Buen principio para Nolan Ryan como presidente del equipo. No cabe duda que esta leyenda del beisbol es un ganador y quizás de la mano de él venga una nueva etapa para los Rangers, que por 40 años han sido una de las franquicias más desdeñadas de las Ligas Mayores.
Los texanos tienen un gran estadio, muchas posibilidades de hacer buenos negocios con una afición local y con la gran puerta hacia México.
Lo triste fue que el tamaulipeco Jorge Cantú pasó desapercibido en su primer viaje a la Serie Mundial. Para el de Reynosa no es la primera vez que tiene que quedarse en la banca y tragarse el coraje de no jugar todos los días. En su última temporada con Tampa Bay tuvo diferencias con el manager y salió del equipo de una manera poco agradable.
Lo bueno es que se repuso y volvió a las alturas con Florida. El destino de Jorge podría apuntar hacia Atlanta, ya que su ex manager Fredi González acaba de firmar con ellos para tomar el lugar del inmortal Bobby Cox.
González sabe del potencial de Cantú y lo considera uno de los bateadores más peligrosos con hombres en base. Quizás sea el momento para que Jorge juegue un poco en invierno y se olvide de la temporada 2010.
TRES HERMANOS CAMPEONES
A pesar de perder la Serie Mundial Bengie Molina tiene asegurado su anillo de campeón porque comenzó la temporada con San Francisco y terminó con Texas, los dos equipos protagonistas del clásico de otoño.
Este tema ha sido ya relatado por muchos medios de comunicación, pero algo más impresionante es la historia de los tres hermanos Molina, todos cátchers de grandes ligas y con cuando menos un anillo de campeón por cada uno.
Bengie, José y Yadier, nativos de Puerto Rico, son hermanos y todos se desempeñan como receptores. En alguna ocasión de su carrera han estado en el róster del equipo número uno del mundo. El mayor de los tres, Bengie, vive el momento con los Rangers, luego de pasar tres años y medio con los Gigantes, donde le tocó ser parte de la formación del ahora fenómeno del pitcheo Tim Lincecum.
Bengie, de 36 años y con 13 en las Ligas Mayores, fue monarca como titular de los Serafines de Anaheim en 2002. En ese equipo también figuraba su hermano José en un rol de reserva. José ha tenido una carrera menos brillante que sus dos hermanos y este año jugó poco con los Azulejos de Toronto.
Yadier, el menor de los tres, se colocó su sortija de campeonato en 2006 con los Cardenales de San Luis, donde siendo todo un chamaco fue el titular tras el plato.
En realidad Yadier ha participado en dos clásicos de otoño, pero el otro lo perdió en 2004, cuando tenía apenas par de temporadas en la gran carpa.
OTROS CASOS
Pocas han sido las tercias de hermanos en las Ligas Mayores y de las que podemos recordar es la que formaron los dominicanos Felipe, Mateo y Jesús Rojas Alou.
El primero llegó a las mayores en 1958, el segundo dos años después y el menor en 1963.
Felipe jugó más e incluso tuvo una etapa como mánager cuando dirigió entre otros a los Expos de Montreal (10 campañas) y los Gigantes de San Francisco (4).