
Víctor Fuentes, de San Nicolás de los Garza, no se anduvo con medias tintas y fue el primer alcalde metropolitano en anunciar una línea de crédito por más de 60 millones de pesos para enfrenar los daños financieros dejados por su antecesor, Pedro Salgado.
El alcalde panista quiere llevarse la fiesta en paz con los proveedores que reclaman pagos, pero sobre todo con los burócratas que no quieren sorpresas con la cobertura de aguinaldos, premios y otras prestaciones para pasar una feliz Navidad.
Mientras en otros municipios los alcaldes consultan la bola de cristal para saber cómo enfrentar la magra temporada navideña y el inicio del próximo año, entre ellos Francisco Cienfuegos, de Guadalupe; Heriberto Treviño, de Juárez; Héctor Castillo, de Santa Catarina, y Óscar Cantú, de Apodaca.
Adrián de la Garza, de Monterrey, hizo lo mismo días después porque la situación está igual o peor de crítica que en San Nicolás.
Por cierto, Cienfuegos apenas tomó posesión y antes como líder del grupo de alcaldes metropolitanos electos y ya en funciones, está acaparando los reflectores y viaja constantemente a la Ciudad de México tocando puertas en dependencias del gobierno federal para traer recursos y obras a su municipio.
Por su parte De la Garza, quien en el lejano 2021 será su principal contrincante para la candidatura del PRI como lo fueron Ivonne Álvarez y Cristina Díaz en 2015, todavía deshoja la margarita para el nombramiento de algunos funcionarios claves en su administración.
Uno de ellos es Edgar Federico Guerrero Dávila que estaba perfilado para encabezar la Secretaría de Planeación y Comunicación, sin embargo no vaya a cumplirse la frase: “Del plato a la boca a veces se cae la sopa”, que por otros casos ha distinguido esta nueva administración de la capital regia.
Por cierto, la nueva secretaria de Desarrollo Económico de Monterrey de nombre Mónica Lucía Zozaya Hernández es la misma que hizo crecer desmedidamente la nómina con “aviadores” en Fondo de Apoyo para la Creación y Consolidación del Empleo Productivo del Estado de Nuevo León (FOCRECE) en el sexenio de Rodrigo Medina de la Cruz.
La joven Zozaya Hernández se llenó de supuestos “asesores” en el Fideicomiso que dependía de la Secretaría de Desarrollo Económico donde pasaron varios titulares, uno de ellos Federico Vargas, actual diputado federal muy cercano al ex gobernador.
Otro alto funcionario de Monterrey, Antonio Martínez Beltrán, cumple con la frase: “Hijo de tigre, pintito”, pues es vástago de Antonio “Toño” Martínez Torres, ex secretario de Gobierno de Tamaulipas y actual delegado de Desarrollo Social de la vecina entidad, entre otros cargos que ha tenido como ser diputado local del PRI.
Donde habrá reacomodos importantes que se anunciarán en lo que resta de 2015 o a comienzos de 2016 es en la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), bajo la nueva rectoría del ingeniero Rogelio Garza Rivera.
Se escucha fuertemente que llegará a la Secretaría de Extensión Cultural, José Celso Garza, actual director de la Casa del Libro en sustitución de Rogelio Villarreal quien, próximo a su jubilación, tendrá una despedida digna y dirigirá el Canal 53, uno de sus orgullos desde que está a la cabeza en la dependencia que inició con José Antonio González Treviño.
Y aunque en el presupuesto de la Federación asignado para 2016 la Máxima Casa de Estudios no fue víctima de la rasuradora, Garza Rivera tiene la encomienda de hacer más con menos, para anticiparse a tiempos difíciles a causa de factores internos, pero sobre todo externos como fue la reducción de los precios del petróleo.
En Apodaca el edil Óscar Cantú trae el rastrillo bien afilado y ya restringió o canceló, dependiendo del caso y del funcionario, las llamadas telefónicas a celulares con cargo al erario.
Quiere a toda costa poner fin a excesos que permitió su antecesor Raymundo Flores con quien, dicho sea de paso, tuvo una áspera relación hasta los últimos días del primero como alcalde apodaquense, en su tercera versión.
Por este asunto de que los ediles que se van dejan las arcas vacías, Arturo Cantú, director de relaciones públicas de Guadalupe, sugirió que el Congreso debería cambiar las fechas para el cambio de poderes, pues los nuevos alcaldes llegan sin un peso en las cuentas bancarias.
Pero no hay por qué sorprenderse en ese municipio conurbado donde el anterior César Garza Villarreal saqueó las arcas en complicidad con algunos proveedores privilegiados, entre ellos de medios de comunicación como Grupo Radio Alegría (GRA), cuyos dueños crearon empresas con prestanombres.
En este sentido Paco Cienfuegos debería rascarle y presentar una denuncia ante la Procuraduría para que mande una señal al interior de su equipo de que en su administración la corrupción es historia, como dijo en su mensaje de toma de posesión.
Si los sabuesos de Guadalupe andan con la brújula por sin ningún lado, en Hora Cero se publicaron documentos y otras evidencias gráficas de las travesuras que hizo Garza Villarreal al heredar a Cienfuegos un municipio en quiebra.
El que tiene una encomienda importante, pero a modo porque sabe de enchiladas, es Abel Guerra Garza, delegado especial del CEN del PRI en el proceso de selección de candidato a gobernador en Durango para las elecciones de 2016.
El jerarca tricolor Manlio Fabio Beltrones confía en el colmillo retorcido del dos veces alcalde de Escobedo para que la designación del abanderado a la gubernatura en ese Estado, además de alcaldes y diputados locales, culmine sin aspavientos.
Una vez ungido el o la candidata, al equipo de Guerra Garza se sumará José Luis Carrillo, quien fue su director de comunicación social en Escobedo y con muchos años como estratega en temas electorales.
SE REPARTEN EL PRI
Tras la derrota, el rescate de los despojos. Esa parece ser la consigna que cuando menos dos grupos políticos han adoptado para revivir al Partido Revolucionario Institucional, que si bien no tiene la gubernatura en sus manos, sí es mandamás en la mitad de las alcaldías de Nuevo León y controla el Congreso estatal.
Eso sí, casi todos los grupos ya rompieron lanzas, cartas de amor y comunicación con el ex mandatario Rodrigo Medina de la Cruz, y aunque muchos de los actuales alcaldes y diputados federales y locales le deben sus puestos porque él los palomeó en las pasadas elecciones del 7 de junio, muerto el rey, todos retiran sus coronas.
Por un lado está más que definido el grupo de tricolor que se alineó al presidente nacional del PRI, el camaleónico y eterno Manlio Fabio Beltrones, no como mera cortesía institucional sino por supervivencia política.
Cuéntese entre ellos a los munícipes Francisco Cienfuegos y Adrián de la Garza; a las senadoras Cristina Díaz Salazar y a la ex candidata Ivonne Álvarez; al ex diputado federal Héctor Gutiérrez y a varios prinosaurios y bebesaurios.
El otro grupo que está vivito y cobrando, perdón coleando, es encabezado por Ildefonso Guajardo, secretario de Economía y quien mueve sus piezas políticas poco a poco, área por área, como lo hizo con Carlota Vargas, a quien designó y ungió personalmente como delegada en Nuevo León.
En las próximas semanas habrá cambios en una veintena de dependencias federales palomeadas por Guajardo y todas ellas de vital importancia y con poder de asignación de presupuestos
Por ende bien pueden ser contrapesos o complementos al gobierno de Rodríguez Calderón, todo con miras al cercano –para muchos acelerados-, proceso electoral del 2018.