Para los que andan diciendo que los priistas son “bien disciplinados” y ya aceptaron y arroparon a José Antonio Meade como su próximo candidato a la presidencia, va un poco de memoria:
Los priistas “bien disciplinados” traicionaron en 2015 a Ivonne Álvarez García en Nuevo León; en 2000 a Francisco Labastida Ochoa; en 2006 a Roberto Madrazo Pintado y en 2016 a Baltazar Hinojosa Ochoa en Tamaulipas.
Los priistas “bien disciplinados”, salvo excepciones, son buenos para traicionar. Y en Nuevo León en las alcaldías recientes y pasadas han demostrado ser traicioneros. Sólo salen sonrientes en las fotos. Y Meade no será la excepción. De mí se acordarán.
Muchos, antes de este dedazo del Enrique Peña Nieto, ya habían brincado a MORENA. Y conforme pasen los meses y Meade no levante en las preferencias será peor la desbandada.
Otra prueba de que los priistas “bien disciplinados” son buenos para traicionar pasó en Nuevo León con la CTM, que en 2012 cobijó a uno de los suyos y lo hizo alcalde en Juárez, Nuevo León, pero ¡del PAN!
Y más traiciones de la central obrera -que fue la primera que abrazó a Meade- han pasado en elecciones en Monterrey, Guadalupe, Santa Catarina y etcétera. ¿Le sigo o me regreso?
Con Meade el PRI apuesta a quitarle votos entre los simpatizantes del PAN, recordando que sirvió como secretario en el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa.
Pero dudo mucho que ni uno le quite al independiente Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, contrario a lo que sucederá a Margarita Zavala si ambos llegan a juntar las firmas y ser candidatos. Y mucho menos restará a Andrés Manuel López Obrador, según analistas políticos nacionales.
Al empezar diciembre, el gobernador de Nuevo León sumaba casi 670 mil firmas, más del 60 por ciento de las 860 mil requeridas por el Instituto Nacional Electoral (INE), aunque al ritmo que va, el aspirante pudiera fácilmente rebasar el millón.
REFLEXIONES DESDE MI FACE
1.- Llego a la Condusef, tomo el turno 30 y apenas van en el 21. Veo sentadas personas de la tercera edad que por sus rostros parecían estar ahí una semana, y cuando le pregunto a un burócrata que en su experiencia cuánto tiempo voy a esperar para que avancen nueve lugares, sólo le faltó mandarme a la chingada. “Las cosas malas también se cuentan”. Obviamente me retiré.
2.- A ver cómo les cae a los priistas que su candidato Meade declaró: “No me voy a afiliar al PRI”. O sea que pintó su raya de un partido que no le interesa en lo más mínimo.
3.- ¡Qué vergüenza para México el caso de Coahuila! Y más vergüenza para los coahuilenses que marcharon contra el supuesto fraude electoral y a favor del excandidato a gobernador, Guillermo Anaya, pues los perdedores se cruzaron de brazos en la toma de protesta de Miguel Ángel Riquelme.