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Es indiscutible que los toreros españoles Enrique Ponce y Julián López “El Juli” son dos de las grandes figuras del toreo de la actualidad y que desde hace muchos años han puesto su sello de calidad en todo el orbe taurino. Su categoría de figuras del toreo se ha ido acrecentando a lo largo de más de veinte años, obteniendo de manera continua sonados triunfos en todas las plazas de toros en donde se presentan, siendo cada vez más los reconocimientos de público y aficionados que asisten a sus presentaciones por su calidad y por su gran impacto mediático.
Ambos como figuras del toreo, han marcado época en los ruedos, siendo un marco referencial del toreo moderno, permaneciendo en más de dos décadas en lo alto del escalafón taurino y del gusto popular.
Enrique Ponce y Julián López “El Juli” han gozado desde su llegada a nuestro país del cariño de los taurinos mexicanos, pues además de ser permanentes triunfadores, han sido garantía de taquilla en todas partes, superando en ello a los toreros mexicanos. Enrique Ponce y “El Juli” son, sin duda, los matadores de toros de mayor importancia y jerarquía en la actualidad.
Hay que recordar que Julián López es un torero hecho en nuestro país, logrando desde que era casi un niño la aceptación de la gente gracias a su valor, entrega y calidad torera, alcanzando muy pronto la categoría de figura en México.
“El Juli”, desde su presentación novilleril en Texcoco en marzo de 1997 y posteriormente con su actuación en la México el 15 de junio de ese mismo año, se reveló como la gran figura juvenil, cautivando a propios y extraños por su destacada intuición y su variado toreo, convirtiéndose en torero consentido de la afición capitalina; recordemos al Juli de sólo 14 años, cuándo imprimió su arte en el ruedo capitalino, indultando al extraordinario “Feligrés” de la ganadería de La Venta del Refugio. Por esa corrida y por grandes triunfos en toda la república, Julián López ha cimentado una exitosa carrera de figurón del toreo en México.
Por su, parte el diestro de “Chiva” España, Enrique Ponce, desde su confirmación de alternativa en el lejano diciembre 13 de 1992, ha sido uno los toreros más admirados y reconocidos por la plaza mayor del mundo y de todos los ruedos mexicanos; desde entonces, Ponce ha tejido con filigrana su carrera brillante en suelo mexicano, convirtiéndolo en el diestro más triunfador en la república, y al mismo tiempo en la figura consentida de la Plaza de Insurgentes.
Una tarde inolvidable de Ponce fue aquella del 6 de noviembre de 2005, cuando en la Plaza México cortó cuatro orejas y un rabo al realizar dos grandes faenas a toros de la ganadería de Fernando de la Mora; posteriormente, en el 2009, el artista español cuajó al toro “Notario” de San José, y para el 2015 realizó una faena inolvidable a un astado de Teófilo Gómez.
El artista valenciano, con más de 25 años de alternativa además de figurón en el ruedo, es todo un personaje carismático que ha entrado en el corazón del aficionado mexicano por su sencillez y por la forma que ha expresado su afecto por los mexicanos, realizando -entre otras cosas- actos benéficos y solidarios en beneficio de muchos paisanos.
Destaca lo hecho por Ponce el pasado 3 de diciembre de 2017, al torear en la México una corrida en favor de los damnificados del temblor del 19 de septiembre pasado.
Esa tarde, Ponce realizaría una faena magistral a un toro de regalo de Teófilo Gómez, mostrando en todo su esplendor su toreo de arte y sentimiento bordeando al toro por la derecha y al natural, con exquisitas Poncinas y terminando las series con artísticos y poderosos desdenes, resultando esa faena una de las más pulcras y elegantes que se le hayan visto en México.
Enrique Ponce y Julián López “El Juli” están hoy por hoy en el mejor momento de su carrera, viviendo un desbordante idilio con los aficionados y público mexicano, combinado sus brillantes actuaciones y manifestándose cercanos y gentiles con los aficionados y grupos taurinos, gozando además de un amplio y marcado reconocimiento de una gran cantidad de periodistas, quienes se han desbordado en elogios, afecto y aplausos para las grandes figuras españolas.
A decir verdad, a últimas fechas se han escuchado voces que han criticado a las grandes figuras españolas por el hecho de lidiar en algunas plazas mexicanas toros que se han percibido chicos, faltos de casta, sin la aparente edad, con poco trapío y con sospechosos “arreglos” en sus cornamentas, lo que sin duda empaña y demerita las actuaciones de los ibéricos en los ruedos de nuestro país y de otras plazas de América.
Las críticas y cuestionamientos de algunos periodistas se han basado en el tipo de toro que aparentemente las grandes figuras españolas exigen se lidien en sus actuaciones, destacando “la comodidad con que los mandones lidian en México”.
Uno de esos periodistas críticos ha sido Heriberto Murrieta, quien en su columna del pasado 11 de febrero de El Heraldo se refiere a los toros lidiados por “El Juli” en la México, culpando al ganadero por la escasa presencia y casta de los astados, señalando: “lleva años alejándose de la bravura y vendiendo toros que parecen novillos, pero no debemos perder de vista que las figuras extranjeras son las que imponen los animales a lidiarse en los ruedos de nuestro país, ante la complacencia o la impotencia de los toreros mexicanos, que no parecen tener voz ni voto en una decisión toral como es la elección del ganado que van a lidiar”.
Por otra parte, el “joven” Murrieta reconoce la necesidad de incluir en los carteles a las figuras extranjeras escribiendo: “Sería impensable una temporada sin la presencia de las figuras extranjeras, por la sencilla razón de que son las que llevan gente a los tendidos y en cierta forma mantienen vivo el negocio y el interés de la gente por ir a los toros, pero en vista de que los toreros de acá se pliegan a sus lineamientos y no se manifiestan por encontrarse sometidos, es obligado invitar a la reflexión”.
Refiriéndose a Julián López, el periodista manifiesta: “Una tauromaquia poderosa como la de ‘El Juli’ luciría mucho más con toros bravos y bien presentados. Ver a Julián con esos torillos no tiene chiste porque no le representan un reto. Cuando no hay sensación de peligro, el toreo, algo tan sagrado y tan profundo, corre el riesgo de parecer un juego. El madrileño ha apostado por lotes que pasan apenas, en lugar de elegir encierros (que sí los hay) con edad, peso y trapío de ganaderías menos solicitadas, pero con la idea correcta de lo que es la bravura”.
Murrieta concluye su artículo en El Heraldo señalando algo que comparto: “La prensa puede y debe consignar la exagerada comodidad con la que los mandones vienen a México, pero como ésta informa, opina y da testimonio, más no ejecuta ni toma decisiones, corresponde a los actores de la fiesta hacer algo para detener estos abusos o por lo menos fijar públicamente una postura al respecto”.
Por su parte, el periodista Miguel Manzanares, en la crónica que hace para Toros en el Mundo sobre las actuaciones de “El Juli” y Ponce en Medellín, Colombia, el pasado 17 de febrero, escribe: “Hoy en Medellín, confirmamos que el toro para las figuras, el toro fácil, el toribobo, resta chispa a la fiesta, mitigando la dignidad que presupone vestirse de luces, anulando toda posibilidad de grandeza, convirtiendo la lidia en simple coreografía sin alma, en un ballet decadente”.
El periodista Manzanares señala también algo que efectivamente he percibido recientemente y que tiene que ver con el desmedido elogio para los hispanos por parte de algunos periodistas, así como de grupos taurinos y aficionados. Manzanares refiere en su comentario que publica Toros en el Mundo lo siguiente: “Ahora bien, sé de antemano que hablar de las figuras es un tema que toca susceptibilidades; algunos apelarán a su grandeza, su aporte a la fiesta; otros, los justificarán, cubriéndolos de apelativos como maestros, catedráticos, tauromaquias andantes; y los más, dirán que cualquier crítica es antitaurinismo, que las figuras llenan las plazas, y que, nosotros, simples mortales, debemos sucumbir a sus caprichos”.
En lo personal, considero que en las más recientes actuaciones de “El Juli” y Enrique Ponce en Monterrey y Cadereyta, respectivamente, las figuras lidiaron (en el caso del madrileño) toros de la de Bernaldo de Quirós que a simple vista parecían novillos, sin lucir el peso y trapío que debieran corresponder a una plaza como la Monumental Monterrey, y por lo que toca al torero valenciano, al menos uno de los toros de Carranco que lidió, lució una sospechosa manipulación de sus astas.
Cabe señalar que en ambos casos la autoridad de la plaza “graciosamente” aprobó y dejó a los “mandones” españoles lidiar a sus toros en las condiciones ya señaladas.
Claro que es estupendo ver en nuestras plazas a figurones como “El Juli” y Enrique Ponce, pues resulta un deleite constatar su exquisito arte y facilidad para hacer el toreo, aunque estoy cierto que sería más atractivo y digno verlos ante auténticos toros, tal y como lo hacen allá, en su tierra.
Pues al verlos ante toritos a modo, me imagino que sus actuaciones en suelo azteca son un mero entrenamiento para su temporada española, que está ya en marcha.
He visto y escuchado la invitación hecha por mucha gente del toro, pidiendo respeto y la defensa de la fiesta brava; pues bien, hagamos lo que a cada quien nos corresponda, exigiendo -entre otras cosas- que en el ruedo se lidien toros de verdad y no animales chicos, de escasa casta y pobre encornadura, y mucho menos que luzcan afeites o manipulaciones en sus astas.
Bienvenidas las admiradas y reconocidas figuras europeas, queremos seguirlos viendo en todas las plazas mexicanas para deleitarnos con su enorme e indiscutible calidad, pidiéndoles muy en serio que lo hagan ante verdaderos toros, haciendo a un lado sus exigencias y condiciones leoninas, que a la fecha imponen en detrimento del espectáculo taurino en México.
Twitter @AlbertoHdzMX