Tim Donaghy es un exárbitro de la NBA que fue encarcelado por apostar en juegos que le tocaba actuar.
El FBI desarticuló un grupo de apostadores vinculados con la mafia de Nueva York, entre los que estaba Donaghy, quien habría proporcionado a sus socios información privilegiada que llegaba a sus manos para determinar a favor de quién apostar.
El referee, quien actuara como tal entre 1994 y 2007, involucraría a los mismos altos mandos de la NBA, quienes le indicaban también a qué tipo de jugadores y equipos deberían favorecer.
Un día que marcó una falta en un giro, antes de emprender un salto de Michael Jordan hacia la canasta, le llamaron la atención.
Cuando lo confrontó un directivo de la liga, le respondió que había aplicado la regla correctamente. La respuesta fue:
– Sí, está bien, pero a él no.
Con esto entendió que algunas estrellas como Iverson, Jordan, Kobe Bryant, Shaquille, o Lebron James deberían ser “cuidados” hicieran lo que hicieran.
La Liga negó todo, y negoció un “arreglo” con el FBI para que solo le dieran un escarmiento a Donaghy de expulsarlo de por vida, 15 meses en prisión, y cinco de libertad bajo palabra.
El documental sobre ese suceso exhibe cómo en algunos juegos el referee tomó decisiones, algunas muy sutiles, apenas perceptibles para muchos, que inclinaron la balanza y el marcador hacia ciertos equipos, en algunos partidos que les dieron centenares de miles en cada apuesta y en varios años, millones de dólares a los involucrados.
A esa sutilidad para manipular el reglamento y favorecer a ciertos equipos, en el medio arbitral, sobre todo en el fútbol soccer profesional, los mismos jueces le llaman –por lo menos en México– “tejer fino”.
Hay algunos que no tienen esas habilidades y lo que debería ser un “zurcido invisible” de los que hacían los sastres de aquellos años, se convierten en burdas maniobras que rayan en el descaro, el cinismo.
Cambiar una decisión como dejar en la cancha un jugador que deja caer una plancha sobre la pierna de un adversario, como pasó en el partido de Tigres-América, ya son de esas acciones que la liga no solo admite, sino propicia, sugiere y en el peor de los casos, ordena.
Ningún árbitro por su cuenta, por sus pistolas, se va a atrever a poner en riesgo su carrera, si no supiera que los federativos, los dueños del balón son parte de esa farsa que tiene la seriedad de una Pastorela Cómica mexicana llamada “Juega Limpio; Siente tu Liga”.
Los comentaristas de casa: Antonio Nelli, valiente, objetivo, como siempre; los otros dos asalariados, infames. El de Farías: “No me vayas a decir que lo vas a expulsar y nos vas a echar a perder el partido más emocionante de toda la temporada”, sencillamente miserable, asqueroso.
En ese partido de los felinos, el DT de los regios aportó de su cosecha, alineando a 10 desde el arranque –y un fantasma de apellido Caicedo– y poner a Diego Reyes y Venegas por el lado izquierdo que fue una avenida “fast track” donde los americanistas armaron una fiesta entrando cuantas veces quisieron.
No se sabe si callar sobre el arbitraje al final y esas rarezas en su alineación son parte de algún cariño pendiente con Emilio, o algo por el estilo.
En Monterrey, los del Cerro de la Silla no pudieron ante un Mazatlán que se llevó un justo empate.
Rayados hizo dos tiros a puerta con el pie (Edson y Berterame) un cabezazo al palo de Berte que Aguirre no pudo meter, un tirito lastimero de Pizarro por un lado y uno de Medina que se fue a las gradas. Paremos de contar. Así no puedes ganar… pero tampoco como para abuchearlos.
Entendemos que los dobles juegos de este torneo desgastan, a todos, no solo los albiazules, pero de una media con Krane, Meza, Poncho y Pizarro se esperaría mucho más. Si no es González, los demás no saben o no quieren, sobre todo, los dos primeros.
Pizarro estuvo tratando de hacer su partidito particular para impresionar a Martino, pero no creo que haga falta.
Igual se puede trepar junto a todos los demás suplentes que ni siquiera juegan, están tocados, nadie les da minutos (incluidos los “europeos”) pero como quiera estarán a bordo del vuelo a Qatar. ¿Cuál preocupación?