La senadora Cristina Díaz se ve que trae ganas de ser gobernadora de Nuevo León y esta segunda quincena de septiembre se dejó caer con anuncios, espectaculares, entrevistas y publicidad en diversos medios.
Ya sabíamos que muchos diputados del PRI y del PAN se habían lanzado al ruedo tratando de proyectar su imagen para posicionarse por aquello de lo que se pueda ofrecer en el 2015.
Las senadoras Ivonne Álvarez, Marcela Guerra y Cristina Díaz como que se habían mantenido al margen de esas preprepreprepre campañas, pensaba yo, como que no querían hacer ruido. Pero un buen día salió Cristina Díaz, la flamante dirigente nacional de la CNOP y se lanzó al ruedo con todo.
Tapizó la ciudad con espectaculares, apareció en todos los noticieros de televisión, visitó programas de radio y publicó sus logros senatoriales en los principales medios impresos y electrónicos de Monterrey.
Se ve que trae bendición, que ya algo le habrá dicho el presidente del CEN priista, César Camacho o el mismísimo Peña Nieto, vaya usted a saber, la que sí sabe es la senadora Díaz y no lo quiere decir abiertamente.
Cristina Díaz trae toda la actitud, se maneja con prudencia, se va haciendo de un equipo que le apoya con el manejo de imagen, cuenta con expertos en diversas materias que le asesoran para verse profesional.
Es una mujer que le ha batallado desde que fue diputada local por vez primera en el año del 91 siendo su jefe el gobernador Sócrates Rizzo.
Desde entonces ha escalado puestos pasando por la dirigencia del PRI en Ciudad Guadalupe, luego fue diputada federal, dirigente del CDE priista en Nuevo León, diputada federal dos veces, secretaria general del CEN del priismo, ahora senadora y líder nacional de la CNOP.
¿Qué le falta? Ser gobernadora, dirían muchos que hoy la ven con la estatura y con las relaciones que se necesitan en los círculos del poder político y empresarial para ocupar la primera magistratura en el estado.
No es sencillo, se enfrenta a una opinión pública que mayoritariamente rechaza a su partido, sólo por ser el PRI, no porque Cristina sea una servidora cuestionada, al contrario, sus oponentes dentro y fuera de su partido le tienen respeto.
Pero, en los procesos electorales lo que menos vale es el respeto, se trata de una lucha por el poder donde los que quieren llegar se van a valer de todo para enlodarse, así sea la buena imagen.
De los que quieren y tienen posibilidades de llegar a ser candidatos a la gubernatura, Cristina fue la primera en decir aquí estoy y como dice el refrán que el que pega primero, pega dos veces.
El resto de los aspirantes aún son suspirantes porque no se han atrevido, porque no traen padrino o porque ya les dijeron cuál es el camino, ya veremos qué pasa, aún falta mucho, pero poco a poco se va despejando el cielo.
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