Estaba un día este Apuntador sacando los ahorros de debajo del colchón para comprar mi tele digital de 200 pulgadas con aparato de palomitas incluido (creo que exageré), cuando supe de las primeros decisiones erróneas que están se tomando en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Apenas tomó posesión hace como un mes el nuevo director de nombre Mario Rojo Flores y empezó el ajuste de cuentas contra sus supuestos enemigos.
La primera de sus víctimas es Agustín Serna Zamarrón, uno de los profesores de planta mejor evaluados, más activos y sobre todo preocupados por elevar el nivel de conocimiento de los alumnos, en algo esencial en la carrera que es la práctica.
De golpe y porrazo, y sin decir “¡agua va!”, Rojo canceló los cursos sabatinos de periodismo que organiza Serna Zamarrón desde hace cinco años, mismos que comenzó con otro gran maestro y periodista, José Luis Esquivel Hernández.
En días pasados El Apuntador empezó a recibir mensajes de alumnos perfilados para la especialidad de periodismo y que estaban inscritos para acudir, con una amarga queja de que la primera sesión programada para el sábado 22 de marzo pasado se había suspendido.
Como era de suponerse, Rojo empezó a sacar la espada desenvainada en contra de aquellos maestros quienes, él supone, son sus enemigos y que se opusieron a que fuera candidato de unidad. Y si no sabe: Serna Zamarrón no fue uno de ellos, aunque reunía los requisitos para ser considerado por la rectoría de la UANL.
Como profesor, combinando su trabajo en la mesa de asignaciones de noticieros de Multimedios Televisión, el afectado por esa decisión visceral llevaba gratis los sábados a uno o varios invitados de los medios de comunicación para compartir experiencias y hablar sobre la realidad del periodismo.
Quizá el rector de la UANL Jesús Áncer Rodríguez tenga información a medias, sin embargo el trabajo de Serna Zamarrón ha sido muy reconocido no solamente dentro de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, sino al exterior por las personas que van y cambian su errónea opinión sobre la preparación de los alumnos.
Los cursos de periodismo de los sábados comenzaron cuando era director Roberto Silva Corpus y continuaron con Lucinda Sepúlveda García, y si el rector Áncer Rodríguez no pone orden serán sepultados por Rojo.
No se vale que por ajuste de cuentas o por venganzas, todo los avances logrados a nivel académico en esa Facultad que ha sido veta de los mejores periodistas en Nuevo León, y otros que han emigrado a otras ciudades del país y del extranjero, por una severa miopía se vayan por el drenaje.
Por el bien de la marca universitaria no deben permitir que por sus pistolas, o porque se despertó con el pie izquierdo, el nuevo director ponga en riesgo la trayectoria de la Facultad.
Ya hace muchos años una egresada talentosa de esa institución, Silvia Lidia González, tuvo que emigrar al Tecnológico de Monterrey y luego a la Universidad de Monterrey (UdeM), para dar cátedra ya que las grillas nunca le permitieron ser parte del cuerpo docente.
Alejada de la UANL, en la UdeM la actual maestra de planta de una universidad privada de Japón fundó la Agencia Informativa UdeM, cuando para ser sinceros tuvo que haber surgido dentro de las aulas de su Facultad.
Hace ocho años en tiempos del rector José Antonio González Treviño, se trató de enmendar aquel error, eligiendo a la profesora González para recibir el máximo reconocimiento que otorga la UANL a sus egresados distinguidos: el galardón a la Excelencia Profesional.
Por eso la rectoría no debe de echar en saco roto meter al orden a Rojo. Y si no sabe sobre el prestigio que tiene la especialidad de periodismo en Facultad que dirige, al menos no estorbe y apoye los buenos proyectos.
Por cierto, hay una propuesta de algunos maestros para que se coloque un busto del finado profesor de periodismo, Silvino Jaramillo Osorio, un detalle que sería muy apreciado por su familia y miles de alumnos que tomaron su cátedra.
El maestro Jaramillo Osorio, editorialista de El Porvenir hasta sus últimos días, debe tener un lugar donde se encuentran otros personajes que han contribuido al crecimiento y reconocimiento de la Facultad.
Y para terminar el tema, otro que cayó parado con nuevo puesto en la nueva administración de Rojo fue el ex director Ernesto Rocha Ruiz. Para él va un mensaje de ánimo pues se encuentra delicado de salud.
A quien el nuevo director rescató de la jubilación para ocupar la secretaría académica fue a Vicky Garza, mientras que la administrativa fue para Jorge Cisneros, su compañero en el décimo piso de rectoría.
El que se puso medio locuaz en una junta con el plantel docente fue el polémico José Manuel Leiva, quien lanzó amenazas contra los nuevos directivos y en todas las direcciones. Qué poco duró la luna de miel… ¿o acaso no hubo?
DE SISMOS Y OTROS DESASTRES
Resignado a que con tanto temblor algún día Monterrey estará de nuevo bajo el mar, este su sismólogo Apuntador aficionado se quedó “de a cuatro” con los movimientos trepidatorios y oscilatorios ocurridos hace días en el periódico Milenio Diario de Monterrey.
Después de muchos años, a Javier Sepúlveda, quien llegó a la subdirección editorial, ya fue relegado a un cargo menor, es decir, de ser casi casi el mandamás de contenidos, vidas y proyectos, ahora se la pasará en la revisión de asuntos menores.
La decisión de quitarlo de su puesto tan relevante venía tramándose desde tiempo pero no se había concretado hasta hace unos días. ¿Razones? , muchas; ¿explicaciones al personal?, ninguna; ¿resultados esperados?, en veremos.
Sepúlveda, quien es quizá con Víctor Salvador Canales uno de los periodistas más antiguos de la empresa (Ricardo Alanís sería el tercero de los sobrevivientes de muchas depuraciones o despidos masivos o individuales), había llegado a tener un control casi férreo de los contenidos del rotativo, induciendo la línea periodística hacia temas que él y sólo él consideraba prioritarios.
Es decir, a Sepúlveda se le dio la confianza de hacer lo que quisiera pero sin resultados positivos. Por eso el cambio.
De hecho, la situación se reflejó en el portal de Milenio Monterrey en donde, desde la salida casi a patadas de Alejandro González como responsable, se le dio a Sepúlveda esa responsabilidad de mejorar los contenidos.
Pero ¡sorpresas te da la vida, Mariana! De tener 70 a 75 mil visitantes diarios, la página llegó a tener hasta hace una par de semanas, apenas 20 mil o 22 mil visitas, una caída de casi 300 por ciento. ¡Desastre total! Algo así como si se derrumbaran todos los edificios de una ciudad y únicamente quedaran los cimientos.
Por eso la orden fue tácita, y vino desde la Ciudad de México: ¡O lo cambian o los cambian!.. Y pues Luis Petersen, director editorial, no le quedó de otra y cortó por lo sano (o eso asumen), al remover de su cargo y responsabilidades a quien culpan de todos los males y padecimientos.
Pero ¿en realidad es Javier Olegario Sepúlveda Martínez el único culpable de que Milenio Diario de Monterrey, la pieza fundacional de todo el emporio impreso de la familia González -tiene en una docena de ciudades del país-, carezca de penetración entre los nuevoleoneses?
Pues sin ser apologistas del defenestrado subdirector, quien suspiraba con llegar a la dirección en cualquier momento, no es el único culpable de esta situación. No, si hay muchos más y muchos de ellos cobran y cobran muy bien. Pero no asumen sus responsabilidades.
De entrada, y ya lo habíamos dicho en este su chismoso espacio informativo, el gran error de Milenio Diario de Monterey es su falta de identidad, es decir, es un impreso que surgió de Monterrey para el mundo (bueno, México pues), pero que al emigrar a la capital del país empezó a perder identidad regional.
Sin ser regionalistas ni chovinistas, el periódico no huele a cabrito, ni machacado con huevo ni baila al son de las polkas y la música grupera. Primera falla.
Sí, y eso lo saben los focus groups de El Norte y del propio Milenio, si no tiene cara de norteño, no es confiable. Y lo que es el periódico de Pancho González e hijos que lo acompañan, huele, se ve y se siente más a Huixquilucan que a Monterrey o San Pedro, o San Nicolás, por más que traiga notas de estos municipios y otros más.
La identidad es lo que desde la era de Federico Arreola, por cierto, uno de los grandes ausentes en la larga lista de personajes que fueron entrevistados o publicaron algo referente al vigésimo aniversario del homicidio de Luis Donaldo Colosio, se perdió: por volverse nacional, se dejó de lado o se marginó o peor aún, se olvidó lo local, la cercanía con su público lector.
Si no lo creen, vean cuál ha sido el éxito rotundo de Multimedios Televisión y su canal 12, perteneciente a la misma empresa de los González: esa fórmula de cercanía, proximidad, de identidad con lo local, es lo que mantiene en alto sus ratings, y no hay quién les quite desde hace años su primacía.
Pero a diferencia del periódico, en este espacio no han entrado ni los creativos ni los intereses de los periodistas defeños. ¡No señor! Aquí nomás los chicharrones de los norteños truenan parece ser la premisa.
Son las políticas chilangas (con respeto a la mayoría de ellos y sin que uno suene racista o intolerante, faltaba mas), las que han impedido que Milenio pueda competir en ganar al cada vez más escaso público que compra un impreso o se suscribe a él, mucho muy lejano a la competencia que tuvo hace años con El Norte al cual, en ciertas etapas de la década de los 90 y mediados de la primera década del nuevo siglo, llegó a retarlo al tú por tú en contenidos, en imágenes y en propuesta creativa. Pero hace mucho mucho mucho de eso.
Otro punto clave es que, mientras en Milenio México cada año contratan más personal entre reporteros y fotógrafos, y redactores y editores y columnistas (el presupuesto para ello se aumenta cada año), en Monterey apenas y se llega a dos docenas de reporteros para las secciones local, policial, deportes y espectáculos, y lo que queda de culturales, a quienes se les exige como si fueran el triple de personal de la planta laboral, sin las compensaciones y los beneficios de sus contrapartes defeñas.
La neta del planeta es que Milenio Diario de Monterrey ha venido sufriendo una caída vertiginosa no sólo en sus ventas de ejemplares diarios, sino en su credibilidad periodística, su penetración entre la sociedad regiomontana, y sobre todo, su caída en las visitas a su portal digital de Internet.
De hecho, mientras Luis Petersen Farah no se acaba de aclimatar a Monterrey (aunque hace mucho resida en la Sultana del Norte) y sus derredores y personas como los dos Carlos, Puig y Marín, impongan sus ideas y conceptos, no sólo en el caso de Monterrey sino en las otras plazas donde Milenio aún trata de abrirse un lugar.
Regresando al tema de los sismos y temblores, va una aportación cultural de historia del periodismo en Nuevo León: en marzo de 1990 el periódico ¡Extra de la Tarde!, bajo la subdirección de Francisco “Paco” Zúñiga Esquivel, publicó lo que sería la primera información noticiosa sobre este tipo de fenómenos de la naturaleza presentados en Nuevo León.
De acuerdo a testimonios de algunos involucrados en ese reportaje, aparecido días antes de la Semana Santa de ese año, el movimiento telúrico (órale, sí me aprendí la palabreja esa), se registró en Montemorelos y afectó a Allende, Santiago, Santa Catarina, la zona norponiente de Monterrey, y llegó hasta Ramos Arizpe, Coahuila, sin daños materiales ni pérdidas humanas. Nomas el sustote pues.
Reporteros como Emilio Guzmán, decano de la fuente policial y muchos años en ¡Extra!, Clemente Almaraz y Mario Alberto “Milusos” Palacios, y los fotógrafos Enrique Alcántara, Jesús Regalado, Ignacio González y Ascensión “Chon” García, realizaron la cobertura y la plasmaron en una edición que rezaba como titular “Les tiembla a Regios”, de eso hace 24 años.
En contraparte, El Sol vespertino rival de la publicación de los González y propiedad de la familia Junco, ni siquiera mencionó el incidente pese a que hubo cientos, quizás miles de testimonios por recabar. El vacío informativo siguió después en el resto de la prensa impresa de esa época, relatan algunos de los involucrados, al considerar como “volada” la nota con el único afán de vender ejemplares como es su función.
La historia y la madre naturaleza darían después mucho de qué hablar sobre los sismos en Nuevo León. Lástima que los directivos de Milenio Diario hayan destruido o dejado que desapareciera la hemeroteca completa del ¡Extra de la Tarde!, hubiera sido interesante ver ese documento histórico reproducido, o cuando menos citado en sus páginas ahora que está de moda que les tiemble a los nuevoleoneses.
Quien debería quitarse de encima a Zenón Escamilla como asesor en comunicación es el líder de la CTM en Nuevo León, Ismael Flores, quien durante años ha tenido al periodista como su rémora.
Con una empresa de síntesis informativas y un programa de radio que nadie escucha, Escamilla se refugió en las siglas de esa central obreras para vivir del erario cuando fue despedido de El Norte.
Con fama de grillo y frustrado, este personaje se encarga de desacreditar a algunos periodistas que lo pusieron en su justa dimensión cuando trabajó en el periodicote y se sentía un casi Dios.
Si en realidad eso se cree y ha engañado a su jefe cetemista, hubiera ascendido en El Norte o pudo haber tomado otro camino exitoso, en vez de vivir del presupuesto. En fin, cuántos complejos ha venido arrastrando Zenón.
Nunca será tarde para comentar que Clemente Almaraz, quien durante siete años el fue director de comunicación social de Guadalupe, se está adaptando al mismo puesto en Apodaca.
En un movimiento sorpresivo, el alcalde apodaquense Raymundo Flores prescindió de los servicios de José Luis Garza, quien ya tenía planes de dejar el cargo y tomar otros rumbos.
Garza quiere continuar con su carrera magisterial, donde es maestro, pero sin descartar retomar el trabajo de asesor en comunicación, ahora que se aproximan las elecciones en Nuevo León y los candidatos necesitan gente capaz.
Cambiando de tema, semanas atrás, quien se vio muy mal fue El Horizonte, e incluso los jefes de Milenio, y que el primero sacó en la edición del 11 de marzo una copia al carbón de un tema publicado por el periódico ABC desde mediados de febrero sobre la explotación del gas shale y su relación con los sismos.
Milenio también se subió al tema demostrando que no siempre las infraestructuras grandes o la multimedia con todo su equipote, como el de Multimedios, es garantía de que sean más fuertes.
El autor de la serie de reportajes en ABC es un veracruzano que no hay que perder de vista de nombre Ángel Ramos, egresado de la llamada UV, Universidad Veracruzana.
El trabajo la verdad es bueno. Y hay que mencionar que desde que la familia Estrada copió la exitosa fórmula de hacer gratuito ABC, pues se lee mejor.
Y si en ese medio se quejan de que les copian temas, en este rubro de la prensa gratuita Hora Cero es la pionera en Nuevo León, o el papá de los pollitos, con nueve años circulando en la zona metropolitana.
Por otra parte Miguel González Rubio, ex editor de El Porvenir, estaba por salirse de El Horizonte y se perfilaba como editor de cierre en ABC.
Cada vez más altas están las apuestas en relación a quién va a ser el primer jefe de información que será invitado a dejar su cargo ante los bajos niveles de rating en cada uno de sus espacios. Nos referimos a Roldán Trujillo, por parte de Televisa Monterrey, y a Víctor Martínez, de Telediario.
Ambos han hecho verdaderos papelones con escasa o nula audiencia el primero y el segundo con una imagen parca y aburrida de fin de semana, cuyo espacio es salvado por la exuberante chica del clima, y el segmento 15 minutos de Fama a cargo de Eloísa Guajardo.
Zyntia Vanegas, quien acompaña a Martínez en sábado por la tarde, muestra su novatez o inmadurez al estar contando chistes locales al aire, usar el teleprompter en forma manual, es decir utilizando el cursor, y de paso vestir a la antigua.
Está mejor Mirna Salas con presencia, seriedad e imagen.
A quien le levantaron el castigo de no aparecer a cuadro es a Velia Guajardo, que cada hora hace el reporte vial desde el mismo lugar de los hechos para Multiemedios.
A la reportera apodaquense le sentó bien trabajar unos meses tras bambalinas y regresa a la televisión más preparada que nunca y haciendo un buen papel.
Velia era una de las chicas que sintieron la frialdad de Martínez, pero éste con tal de salvar su pellejo se está agarrando de lo que sea para dar resultados, de hecho se habla que ya hay un relevo para él y que viene de la Ciudad de México.
En donde están retomando el antiguo estilo de nota roja es en el periódico El Sol. Hace unos días la portada del ejemplar tenía una foto grande de una mujer aferrada al cuerpo de su hija sin vida, una estudiante que murió arrollada por un camión urbano.
El encabezado decía “¡Mi hija!”, pero con sólo ver la imagen helaba la sangre a los lectores.
Mario Rodríguez la ha dado buena dirección al histórico vespertino y se ha tenido que adaptar a los tiempos.
Luego de que la conductora de noticias Susana Valdez Levy anunció su retiro de los medios de comunicación, al parecer por una nueva oportunidad en los Estados Unidos, este Apuntador tiene otra versión sobre la salida de Susy.
Resulta que su esposo, por motivos de trabajo, se la pasaba la mayor parte del tiempo en Austin Texas, por lo que decidida a estar cerca de él, la conductora decidió decir adiós a su noticiero Enfoque.
Mientras tanto, en cabina Alba Perla Rodríguez Arias, la productora, pronto encontró relevo y hasta ella misma le salió al toro entrevistando en vivo a Felipe de Jesús Cantú.
En Multimedios, hasta José Plata se anda aventando sus notitas. La vez pasada sacó una numeralia de cuánto se invertía en cada uno de los presos de Nuevo León dentro de los penales.
La idea estaba buena, pero los números no impactaban ya que no había comparación con algún penal de otro Estado. Era de esperarse que Plata no llegue más allá, pues además de que no cuenta con la experiencia para hacerlo, presume constantemente de su amistad con la jefa de prensa de la Secretaría de Seguridad Pública, Ema Cerda, quien dice ser sobrina del ex secretario general de Gobierno, Rogelio Cerda, según nos cuentan.
Y van dos preguntas, en vez de una: ¿hacia dónde irá Milenio bajo la batuta del nuevo director editorial, Antonio Argüello, un periodista abiertamente panista? ¿Y sobre ello qué pensará Rodrigo Medina de la Cruz que invierte carretadas de millones de pesos en Multimedios, que don Francisco González apuesta a que el PAN ganará la gubernatura?