
La destitución como secretario de Desarrollo Económico del Estado de José Antonio “El Tigre” González Treviño, fue el segundo y definitivo castigo que le propinó el gobernador Rodrigo Medina de la Cruz, en apenas cuatro meses, al sacarlo definitivamente de su gabinete.
Porque a todas luces, el hecho de que en septiembre del año pasado el ex rector de la Universidad Autónoma de Nuevo León fuera reemplazado como titular de la Secretaría de Educación (SE), fue un primer jalón de orejas del ejecutivo estatal por su abierto apoyo a la senadora Cristina Díaz Salazar.
Porque cómo se explica que un ex rector de la Máxima Casa de Estudios haya dejado la SE, en donde nadaba como mojarra en estanque, para irse a una dependencia (Desarrollo Económico) en la cual González Treviño se sintió incómodo desde que asumió la titularidad.
Y no se cuestionaba su capacidad para adaptarse a un medio ambiente que no era el suyo, sino que a obviamente su remoción no era un premio, sino un castigo, pues hasta el señor de la limpieza dentro de Palacio de Gobierno sabe que la senadora Díaz Salazar tiene todos los aprecios de Medina de la Cruz para sucederlo.
Fuera del actual gabinete, ahora sí “El tigre” se abrirá de capa para respaldar a la ex alcaldesa de Guadalupe y actual dirigente nacional de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), que será su palanca para ser tomada en cuenta para candidata a gobernadora, amén de su cercanía con el presidente Enrique Peña Nieto.
Son más los cercanos a Medina de la Cruz que aplauden la salida de González Treviño de la nómina gubernamental, que aquellos que se lamentan, pero qué sucederá si Díaz Salazar se convierte en la abanderada del PRI en 2015 y gana la elección. Obviamente que el ex rector de la UANL quedará muy bien parado, pero bueno, en política nada está seguro de un día para otro.
Y sobre los tiempos sucesores cuyos primeros vientos deberán soplar en Nuevo León una vez pasadas las vacaciones de verano, otro militante del Revolucionario Institucional que no levanta polvo es el alcalde de Apodaca, Raymundo Flores Elizondo, que tiene una envidiable acumulación de millas en estos menesteres, pero es demasiado institucional.
Si bien sobre el tablero de ajedrez sus posibilidades son menores en relación a las tres senadoras de su partido: Díaz Salazar, Marcela Guerra e Ivonne Álvarez, junto al secretario de Economía del gobierno federal, Ildefonso Guajardo, el edil de Apodaca podría ser el caballo negro en caso de que la designación se les complique a Peña Nieto, a Medina de la Cruz y al PRI.
En Guadalupe Tomás Montoya Díaz, de la Secretaría de Bienestar Social y Desarrollo Comunitario, estará con el alma en un hilo durante este 2014 y parte del próximo año, pues -como ya se ha comentado en anteriores espacios- dependerá de su mamá, la senadora Díaz Salazar, si lo toman en cuenta como posible candidato a la alcaldía.
Porque si su progenitora es la ungida para enarbolar la difícil lucha del tricolor buscando retener la gubernatura del Estado, entonces sus aspiraciones se desinflarán. Como en el beisbol: Tomy estará en cuenta de tres y dos.
Por cierto, ya no es coincidencia que cuando la alcaldesa de Monterrey, Margarita Arellanes Cervantes, se pone los guantes, sus adversarios no se quedan quietos y responden de la misma manera.
El año pasado, cuando Hora Cero publicó una encuesta donde la edil regia se ubicaba en primer lugar en simpatías de los militantes del Partido Acción Nacional para contender en 2015 buscando recuperar el Palacio de Cantera, el PRI de inmediato convocó a una inusual rueda de prensa dominical para bajarle los humos.
Y pasó lo mismo con la reciente portada de este quincenal, donde la señora afirmaba que faltaba liderazgo en el gobierno y que no era empleada de Medina de la Cruz.
Como si ya fuera costumbre de fin de semana, el domingo 19 el líder estatal de la CROC, Agustín Serna, lanzó fuertes declaraciones acusando a Arellanes Cervantes de ser cómplice de lavado de dinero, según él y sin pruebas, protegiendo a grandes empresarios de Nuevo León, Guanajuato y Querétaro.
Aunque dentro de palacio municipal se hizo la finta de presentar una demanda por difamación contra Serna por abrir tanto sus quijadas, parece que todo se enfrió con la llegada de los vientos de norte.
Parece que en el PRI hay una agenda ya autorizada: un domingo uno, el siguiente otro y así hasta que se aproximen los tiempos.
Con la reciente visita del dirigente nacional del PRI a Nuevo León, César Camacho Quiroz, se puso en marcha el operativo denominado “marea roja”, que consistirá en impedir a toda costa que el PAN gane la gubernatura, aprovechando debilidades y una serie de errores de los tricolores.
Sólo como antecedente, en tiempos electorales Acción Nacional implementa su “ave azul”, apoyado por correligionarios de otras entidades, tal como el PRI lo hizo en los viejos tiempos y a la fecha.
Camacho Quiroz estuvo en Monterrey tomando protesta a los nuevos integrantes del comité estatal que encabeza el diputado federal, Eduardo Bailey Elizondo.
Peña Nieto no permitirá que el Estado pase a manos de nuevo de la oposición, y ha instruido al líder tricolor a repetir la fórmula de “las camisas rojas” o “las chaquetas rojas”, que nacieron en el Estado de México cuando era gobernador, de donde brincó a Los Pinos.
¿Y a qué le tiran otros panistas apuntados para 2015? Por ejemplo: Felipe de Jesús Cantú Rodríguez le tira a la grande pero no le disgustaría regresar a la alcaldía de Monterrey, aunque tampoco haría el “¡fuchi!” a una diputación federal. Una miel que ya probó como presidente de la Comisión de Energía.
Cantú Rodríguez siempre que puede levanta la mano. Tiene buenas relaciones en el CEN del PAN y como que se adaptó a tener su base en la Ciudad de México. Comparado con otras y otros militantes que buscan una candidatura, sin duda les saca una amplia ventaja en experiencia política.
Mauricio Fernández Garza buscaría por segunda ocasión ser candidato a gobernador, posición que perdió de manera apabullante en 2003 contra Natividad González Parás. Y de no serlo su derrota la venderá muy cara.
Tiene los apellidos, la militancia y el carácter para volver a la alcaldía de San Pedro, que ganaría de sobra, más que regresar al Congreso de la Unión como legislador. Los tiempos ya son otros para “el mayor” (alcalde en inglés), cual título de su documental.
Por su parte el senador Raúl Gracia moverá sus hilos para colocar a su gente tanto en el Congreso local y federal, como en ayuntamientos como regidores y síndicos, porque no tiene interés de entrar en contiendas internas desgastantes.
El caso del alcalde de Santa Catarina, Víctor Pérez Díaz, a finales del año comenzará a deshojar la margarita si se lanza a buscar una diputación, sea por mayoría o plurinominal, pero negociando ser el líder de su bancada, de preferencia con un gobierno albiazul.
En la misma situación estarían César Cavazos, de Escobedo, y Pedro Salgado, de San Nicolás de los Garza, mirando más a curules federales, amén de que ya ganados reciban una invitación, pedir licencia y tomar las riendas de una dependencia estatal.