Estaba un día El Apuntador deseando el final del 2020 debido a que se ha llevado a gente muy valiosa, cuando le dieron la noticia de otros dos fallecimientos que han vuelto a poner de luto al gremio periodístico.
El primero de ellos es Carlos Saucedo Rubí, un verdadero baluarte de los medios electrónicos en Monterrey, con una amplia experiencia y trayectoria en la radio y televisión, especialmente Televisa y, más recientemente, Canal 28.
De 85 años de edad, el comunicador estuvo internado debido al Covid-19 y aunque había logrado vencer la enfermedad, sus pulmones quedaron dañados.
Originario de Saltillo, Coahuila, Saucedo Rubí llegó a Monterrey en la década de los cincuenta, donde gracias a su privilegiada voz consiguió trabajo en la radio e, incluso, fue considerado para actuar en algunas radionovelas.
Tras su buen desempeño en la radio el paso lógico fue que llegara a la televisión, por lo que ingresó al que entonces era el Canal 3 de Televisa Monterrey, donde se volvió famoso por su sección Lo Bueno y Lo Malo, donde señalada los aciertos y las fallas de las administraciones municipales.
Gracias a la cápsula fue ganando reconocimiento entre el auditorio, aunque también hubo algunos funcionarios de gobierno que llegaron a amenazarlo, molestos por los señalamientos del periodista.
Tras una década al frente del segmento tuvo una breve participación en el programa Codazos con Jesús Garza Hernández, mejor conocido como “Don Chucho”.
Durante la última etapa de su vida fue conductor del programa Ayer y Hoy en el Canal 28, donde estuvo acompañado a cuadro por Elsa Linares, Humberto Romo y Mario Agredano Brambila, entre otros.
Descanse en paz Carlos Saucedo Rubí.
Sin embargo, si esta pérdida no fuera suficiente, días después y por medio de sus redes sociales, la empresa Telemundo confirmó el fallecimiento del periodista y conductor de noticias Edgardo del Villar, mejor conocido en estos rumbos como “Pin-Pon”.
De apenas 50 años de edad, del Villar ya no pudo seguir luchando contra el cáncer cerebral que lo aquejaba desde el 2019 y que en agosto de ese año lo llevó a retirarse de las pantallas de la televisión.
A del Villar se le recuerda por los 12 años que estuvo al frente de Las Noticias de Televisa Monterrey, donde durante una etapa hizo mancuerna con la hoy directora de Radio y Televisión de Nuevo León, Susana Valdés Levy quien, en un enternecedor escrito, recordó el tiempo que lo tuvo de compañero a cuadro.
“Yo le decía “Galo, te portas como si fueras feo”… Era sencillo y de trato fácil, pero a la vez tan perfecto y tan perfeccionista en su forma de vestir y de conducirse que le apodaron “Pin-Pon” (un muñeco muy guapo y de cartón)… Lo guapo nadie se lo quitaba, pero eso de ser “de cartón” era lo que menos tenía. Era cálido y simpático, extrovertido, curioso y campechano…. y una verdadera belleza física y emocionalmente. A veces era travieso e impetuoso… pareciera que quería comerse al mundo de una mordida y se le desbordaba la energía.
“Sí… Galo era un muñeco. Pero no era de cartón. Era un muñeco de carne y hueso y de buen corazón, enamorado de la vida y de su profesión. Su vida termina siendo el todavía joven y luchando hasta el final. Murió enamorado, triunfante, realizado… Lo extrañaré”, escribió Valdés Levy.
Su gran presencia frente a la cámara lo llevó a conducir el espacio nocturno de Las Noticias en Televisa Monterrey para, luego, ser llamado por la empresa Telemundo a unirse a sus filas en Estados Unidos.
Fue allá donde participó en programas como Al Rojo Vivo, Un Nuevo Día y Noticiero Telemundo, hasta que por motivos de salud debió de retirarse de las pantallas.
Su fallecimiento cayó como balde de agua fría en los medios de comunicación de Monterrey, donde mucha gente le tiene un enorme cariño.
Ve con Dios Edgardo del Villar, “Galo”, “Pin-Pon”… un gran ser humano.
‘EL REVERENDO WILLY’
Hace unos días el auditorio de “La Hora de Willy González” fue testigo de uno de los momentos más hilarantes en la carrera del opinador metido a directivo del beisbol profesional.
Resulta que al reseñar la cobertura mediática que se le dio al arribo de Javier Aguirre, nuevo técnico de los Rayados a la ciudad de Monterrey, González dejó de ser el opinador de siempre y se convirtió en “el reverendo Willy”.
De la noche a la mañana, “el reverendo Willy” recordó que estamos en medio de una pandemia que ha matado a miles de personas en Nuevo León y en donde las aglomeraciones se han convertido en uno de los principales riesgos de propagación de la enfermedad.
Tras esta epifanía, “el reverendo Willy” condenó con todas sus fuerzas la falta de cuidado que se tuvo en el aeropuerto durante la llegada de Aguirre.
Para “el reverendo Willy”, el peligro de que el nuevo técnico de Rayados haya sido contagiado de Covid-19 recae única y exclusivamente en tres personas: Javier Alonso reportero de Marca Claro, a quien llamó “dedos venenosos”; la señora Lozano, una reconocida aficionada del equipo de las rayas y quien tuvo el atrevimiento de regalarle un ramo de flores al nuevo entrenador, y Erick Rodríguez, compañero de Hora Cero.
Es cierto, las imágenes de la llegada del técnico y el amontonamiento que se formó son un riesgo sanitario, pero resulta muy extraño que “el reverendo Willy” solo haya dedicado sus ácidas críticas a estos tres personajes.
Y es muy extraño porque entre la bola de personas que andaban en ese relajo también se encontraban José Manuel Elgueta, mejor conocido en el mundo del hampa como “El Chileno”; Diego Moreno, hijo de Rubén Moreno, editor de Cancha y quien está iniciando su carrera el Multimedios, además de un camarógrafo.
Estos tres fueron enviados al aeropuerto por el mismísimo “reverendo Willy”, quien al dar la orden no pareció molestarle la posibilidad de que iba a haber mucha gente reunida.
¿Será acaso que la verdadera molestia de “el reverendo Willy” es que ninguno de sus enviados pudo tener una toma decente del arribo de Aguirre a Monterrey?
Si andaba tan bravo, ¿por qué no se tiró desde la tercera cuerda contra la directiva de Rayados, quienes cometieron la imprudencia de sacar a Aguirre por la puerta principal del aeropuerto, sabiendo que había un montón de reporteros esperándolo? Es más ¿el aeropuerto no tenía seguridad que reforzara las medidas sanitarias?
Si tan mal estuvo el arribo ¿por qué no se manifiesta públicamente a favor de medidas como las de Las Chivas, quienes tienen advertida a toda la prensa que durante esta pandemia el que vaya al aeropuerto a querer cubrir el arribo de un nuevo jugador será sancionado con la cancelación de su acreditación?
¡Ah claro! porque si así lo hiciere entonces Multimedios no tendría imágenes para hacer sus escandalosos diarios en programas como “La Hora de Willy González”.
Es cierto, las aglomeraciones estuvieron muy mal, pero de eso a que “el reverendo Willy” se quiera erigir como la voz de la conciencia, el respeto a las medidas sanitarias y las buenas prácticas en el ejercicio del periodismo deportivo, se convierte en una broma de muy mal gusto.
DOS RAYITAS MENOS, PORFA
A principios de mes y durante el mismo fin de semana se registraron dos lamentables incidentes donde compañeros reporteros fueron detenidos por elementos policiacos, a quienes les molestó mucho que los comunicadores estuvieran haciendo su trabajo.
Hay que decir que está muy mal que un Policía se quiera llevar detenido a un representante de la prensa nada más porque lo encontró tomando fotografías al momento en que detenía a una persona.
Siempre que se registren este tipo de incidentes el gremio periodístico tiene que protestar y exigir una sanción conforme a derecho contra estos elementos policiacos quienes, obviamente, abusaron de su autoridad.
Es por ello que en este punto va la solidaridad para Yolanda Chío, corresponsal de La Jornada de Monterrey y Juan Alberto Cedillo, quienes fueron detenidos y encarcelados arbitrariamente por Policías de Guadalupe y Monterrey.
Sin embargoooooooooo, lo que también es cierto es que, aunque los hechos fueron lamentables, tampoco son merecedores del escándalo que armó el increíble corresponsal de Proceso en Coahuila y Tamaulipas, pero que vive en Monterrey.
Basta ver las publicaciones que hizo en las redes sociales donde casi aseguraba que el incidente había sido planeado como una forma de reprimirlo por su labor periodística, cuando todo mundo sabe que no fue así.
Haciéndose la “vistima” Cedillo encontró en su detención el pretexto perfecto para hacerse el mártir, tirándose a matar contra toda la corporación de seguridad pública en lugar de hacerlo exclusivamente contra los dos elementos que lo detuvieron.
De pronto Cedillo olvidó de manera bastante conveniente todas esas llamadas durante la madrugada que hizo a Seguridad Pública para pedir que le mandaran a su casa una patrulla que lo protegiera, porque estaba seguro que alguien lo estaba siguiendo debido a que forma parte del por sí bastante prostituido Protocolo de Protección a Periodistas.
Es más, ¿nadie se ha preguntado por qué no se ha difundido el video de la detención de Cedillo?
La respuesta es muy sencilla: quienes ya lo vieron notaron que lo que generó la molestia del Policía y posterior detención del reportero fue el insulto que Cedillo lanzó en contra del elemento policiaco… unos dicen que fue un recordatorio maternal.
Pero la verdadera joya de su escrito es cuando Cedillo se autodefine como un periodista combativo, quien ha denunciado a ex gobernadores como Eugenio Hernández Flores y Egidio Torre Cantú y ha vivido para contarlo.
Curioso por este dicho, El Apuntador se comunicó con su primo tamaulipeco para conocer el grado de molestia que hubo en esas administraciones por los “incendiarios” reportajes de Cedillo.
¿Y qué obtuvo en respuesta? ¡Una sonora carcajada! pues, aseguró el primo tamaulipeco, si Cedillo escribió algo contra estos mandatarios pasó de noche, pues nadie en la entidad se dio cuenta.
Es más, para no hacer tan largo el comentario: nadie, absolutamente nadie en la grilla o medio periodístico de Tamaulipas hace en el mundo al curioso corresponsal de Proceso que vive en Monterrey, pues para todos los que importan en este ambiente, la última representante que tuvo la revista por aquellos territorios fue Gabriela Hernández.
Quizá por ello es fecha que Proceso no se ha manifestado en defensa de los derechos de su extraño corresponsal, no obstante, el representante legal de la revista estuvo indagando cómo se dieron las cosas.
Así que es cierto, estuvo muy mal lo que le pasó a Cedillo, pero porfa, que le baje dos rayitas al drama.
Y con esto damos por concluida la última entrega de este negro 2020, deseando que el 2021 traiga cosas mejores para todos ustedes, queridos lectores, quienes con su apoyo -y hasta sus críticas-, nos siguen colocando como uno de los espacios editoriales más leídos y seguidos de Nuevo León.
Feliz Navidad, próspero Año Nuevo y que estas fiestas estén llenas de paz y, principalmente, salud para todos ustedes.
Ahora sí, va la última pregunta del 2020: ¿Por qué sacar de la televisión a candidatos a diputados y no del sector salud que se han partido el alma durante la pandemia?
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