
Como usted lo recuerda, hace algunos días, magistrados de la Suprema Corte de Justicia aprobaron que cuatro personas recibiesen un amparo para producir y consumir mariguana.
Especificar que fumarán mariguana “con fines lúdicos”, es casi pleonástico. Nadie fumaría mariguana para otra cosa que no fuese treparse a una nube y disfrutar.
No sé para usted, a nosotros nos resulta un tanto casual, coincidente, que ese mismo día la PGR en voz de su titular Arely Gómez y el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong salen a poner el tema sobre la mesa del debate y de pronto, coincidentemente casi a coro con los señores magistrados del Poder Judicial y el Ejecutivo se les ocurre que la producción comercialización y consumo pueden ser legales en este país.
Luego César Gaviria Trujillo, el ex presidente de Colombia, también se unió al coro para afirmar que México se yergue como el líder moral del continente y está en un momento histórico para plantear la posibilidad de despenalizar la producción, comercio y consumo de la hierba que antes era mala y está a punto de arrancarse esa etiqueta y convertirse en buena por obra y gracias del espíritu oficial mexicano.
Van a tener cuidado de no “aprobar” el tráfico de la droga, pero al aprobar su producción estarán aprobando su traslado.
Tráfico se refiere a movilizar algo de un lado a otro. Narcotráfico es ya una palabra dañada y acuñada en la mente de la gente como algo malo. Los transportes de las farmacéuticas también trafican drogas, pero esas tiene patente de corzo para vender las medicinas a como les pegue la gana. Es “narcotráfico legal”, digamos.
Entonces le van a poner que se aprobará también la “transportación” de la droga, como si fuesen tomates o limones, desde sus campos de cultivo en las sierras de Michoacán, Sinaloa, Durango, Chihuahua y Guerrero hasta el consumidor.
Después de más de decenas de miles de muertos en la reciente década, a efectos del combate entre la autoridad y el narco, la conclusión parece ser que: “Oye, pensándolo bien y si mejor la legalizamos la droga y legitimamos a los narcos y dejamos de pelearnos con ellos y que la consuma quien quiera, al fin que no hace daño y nadie se muere por fumar mariguana, en contraste, por ejemplo, con los millones de muertos por consumir productos legales como tabaco, alcohol o coca cola”.
Nadie se muere por tomarse una coca cola, dirá usted. No, una no. Pero el daño que provoca a los consumidores regulares de esos azúcares los lleva a la muerte lenta, quitándoles primero las extremidades y postrándolos en una silla de ruedas. Y la diabetes sí es mortal. Del cáncer pulmonar y la cirrosis, ni hablar.
Pero al sector salud no le conviene prohibir ni las bebidas azucaradas, ni el alcohol, ni el tabaco. Contra esa mafia ni siquiera luchan. Los tiene sometidos.
El Gobierno parece haber arriado sus banderas y se rindió. Se cansó de no poder ganar la guerra y prefiere emprender la retirada.
Probablemente prefirieron, como decían en el rancho, un mal arreglo, que un buen pleito.
No digo que eso haya sucedido, digo que eso parece.
En una de ésas, el ex Chapo, ya convertido en el señor Guzmán Loera, al rato se sienta a la misma mesa donde coman, departan y compartan el pan y el vino en el Club de los Industriales al lado de los Slim, Larrea, Salinas Pliego o Bailleres, entre otros.
“En lo personal, que para mí no sería deseable, ni estoy en favor de una eventual legalización en el consumo de la marihuana. Pero esta posición tampoco riñe con la aceptación y convicción personal que tengo para abrir un debate”, dijo el presidente Enrique Peña Nieto.
Osorio Chong también se midió la túnica de Pilatos, se lavó las manos y dijo que “serán los mexicanos quienes decidan”.
“Que se abra y que se definan políticas públicas. Nosotros estamos abiertos a los resolutivos de ese debate”, dijo el secretario de Gobernación.
Arely Gómez, la titular de la PGR, también leyó el libreto:
“Hoy se privilegia la prevención del consumo como un elemento que puede dar mejores resultados en la estrategia contra las drogas”.
Traducción: “En lugar de pelearnos, mejor nos aliamos con los productores y vendedores, les cobramos un impuesto y en lugar de perder soldados y policías que siempre nos los matan, mejor también capitalizamos los ingresos por la venta de droga y todos felices”.
Lo que sigue, usted ya se lo imagina.
Mientras, si se convierte en una propuesta de reforma a la Ley General de Salud, tendrá que pasar por el Congreso federal y ya sabe usted… habrá muchos que podrían ser “convencidos” para levantar la manita con el dedo pulgar hacia arriba y darle “like” a la propuesta.
Esperemos noticias.
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“Igual mañana me sale una bala y mi vida acaba pero no puedo dejar de denunciar lo siguiente”.
Esta línea es parte de un texto que apareció hace unos días en redes sociales, denunciando un hecho sobre la producción de tomate en Galeana, NL.
Y también decía:
“Hace meses fui a unos invernaderos en Galeana y amablemente dije mis posturas, pero algo que me llamó la atención es que el grupo Allende y los hermanos de Luis Gerardo Marroquín Salazar, ex secretario de Obras Públicas (con Rodrigo Medina), tienen acaparado el tomate huaje de Galeana.
“Resulta que ellos son los únicos que pueden comprar ese producto y hacen lo que quieran. Lo Mandan a Dallas, regresa a McAllen y Laredo y así, se dice el desabasto y se importa tomate producido en N.L. Lo compra HEB, Walmart y varios más como tomate de importación, a precios que son una burla.
“Se los pagan a 50 centavos el Kg. a los productores y en las tiendas está a $25 pesos el Kg.
“¿Dejaremos que esto pase? Lo peor del caso es que el tomate no sale de N.L. y ellos ya tienen arreglado los papeles de exportación y de importación y no se gasta nada al respecto en fletes”.
“Le mandé la información a nuestro gobernador, y a Fernando (Elizondo) el coordinador y no se ha hecho nada al respecto. Ni lo van a hacer.
“Vean la caja y verán que no es mentira lo que les comento. MARROCO (la marca en la caja de la foto puesta en Facebook) de Marroquín. Así está el campo e invernaderos de N.L. SECUESTRADOS por políticos”.
(Los paréntesis son nuestros).
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Hasta aquí el texto del denun-
ciante.
La verdad, no creo que el gobernador desconozca ese tema, siendo que ocurre en su terruño.
Si la Raza manda, como aseguran por ahí, no vemos inconveniente en que este asunto se arregle de un plumazo.
Digo, de querer arreglarlo.