Al fin se coronaron los Saraperos de Saltillo en una temporada completa y con una contundente pizarra de 14-1 en el sexto juego de la serie final, para que no quedara lugar a dudas.
Atrás quedaron los fantasmas y todas aquellas leyendas de terror que se escribían a lo largo de los años cada vez que los del sarape llegaban a una serie final. Fueron seis ocasiones con las manos vacías.
Terminó el viejo mote que dolía hasta los huesos del famoso “Ya merito”. Calaba tanto que hoy recuerdo en aquella serie de campeonato del 2005 precisamente ante los Tigres, en aquel entonces de Puebla, ocurrió un hecho que muy pocos se dieron cuenta.
La transmisión de ESPN colocaba en pantalla unas pizarras con los números que hablaban de lo cerca que habían estado en otras ocasiones y que no habían podido coronar con el gallardete. Esa información era titulada con “EL YA MERITO” por lo que Juan Manuel Ley, en ese entonces presidente del equipo, fue hasta el camión de la televisora para gritarles que si seguían llamándolos así, no los dejaría transmitir más.
Queda ahora sólo como anécdota, pero indicaba la frustración que había por tantos años en blanco.
En esto del beisbol como en la vida misma hay que tener mucho cuidado con los refranes, como aquel que reza:
“No hay mal que dure 100 años”.
Por aquello de que se quisiera utilizar con los Saraperos, que tardaron 40 largos años en alcanzar el campeonato. Y digo que hay que tener cuidado, porque en el caso de los Cachorros de Chicago (el ejemplo más claro), no aplica, ya que han pasado 109 años sin el título y todo indica que en este 2009 “La Maldición de la Cabra” seguirá.
Un gran reconocimiento a Orlando Sánchez, su manager, por que en una larga temporada, en la que tampoco ellos estuvieron exentos de lesiones, pudieron sobreponerse y llegar a la otra orilla, casi completos.
Para mí, los movimientos que hizo la directiva de conseguir a Nelson Teilón y Hernando Arredondo, ambos de Tabasco, conocidos muy bien por Orlando, quien dirigió a los Olmecas temporadas atrás, fueron la clave. Teilón vino a cubrir el hueco que había con el jovencito Carlos González, que aunque no lo hizo mal, no estaba todavía para los grandes compromisos.
Lo de Arredondo fue todavía mejor, un pelotero regular de Tabasco, que llegó en el momento preciso, con un equipo lleno de lesiones y tuvo que jugar de todo y además de gran forma.
Cumplió cabalmente a la defensiva y a la ofensiva mostró que el norte le sienta bien. Agregue la llegada de Travis Minix, quien sustituyó a Kitt Pellow, quien había obtenido un año antes la triple corona, no era una decisión sencilla y al final les resultó.
Para finalizar, la llegada de Miguel Saladín, que sin mucho ruido realizó excelente el trabajo de cerrador.
Saltillo es el nuevo campeón y este título repercute en Monterrey, donde radica su manager, que ha sido homenajeado por la familia del beisbol regiomontano, que sabe reconocer el trabajo bien hecho.
Mención aparte merece Rafael Díaz, quien fue nombrado el jugador más valioso, al conseguir dos triunfos en la serie final, sobre todo el tirar completo el sexto y último juego.
Hazaña que había realizado 13 años atrás frente a los Diablos Rojos del México en el desaparecido Parque del Seguro Social conquistando el título para los Sultanes de Monterrey.
Rafa demostró su sangre de guerrero y que con el paso de los años ha madurado, cobró revancha deportiva de aquella final del 2005 que terminó en una bronca, de la que fue protagonista principal, y que fue ganada por los bengalíes. No se vayan, no tardamos en regresar.