Una vez que se han asentado los polvos levantados por el pasado proceso electoral del primero de julio, una figura se alza como el político con mayores bonos en la grilla de Nuevo León: el senador electo Samuel García.
Su triunfo en la contienda por el Senado de la República sacudió el escenario político de la entidad, donde más de dos se vieron sorprendidos, pues decidieron creerse las encuestas pagadas que aseguraban que el joven legislador iba a caer al tercero o hasta quinto lugar de las votaciones. Eso les pasa por no hacerle caso a Hora Cero Encuestas.
Mal quedaron aquellos que se burlaban de las posibilidades de Samuel, quien terminó sacando más votos que, incluso, el mismo gobernador con licencia Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”.
Los números no mienten: en Nuevo León, “El Bronco” obtuvo 360 mil 50 sufragios, la tercera parte de la cantidad que lo llevó a ocupar la gubernatura en el 2015.
Mientras que Samuel recibió 526 mil 359 votos, 166 mil 309 más que los que obtuvo el mandatario estatal.
Estas cifras hacen que muchas personas coloquen a Samuel como un serio contendiente al gobierno del Estado en el próximo proceso electoral del 2021.
En la actualidad, ningún otro personaje tiene el músculo y capital político del Senador electo quien podría ser un dolor de cabeza para el PRI, PAN y los independientes en su carrera por ganar la gubernatura.
Sin embargo, cuentan los que saben, que Samuel está pensando si se lanza o no a buscar la nominación en el año 2021. Dicho sea de otra forma, quien quiera apostarle a que García aparecerá en la boleta, más vale que vaya guardando su dinero.
Entre los motivos más fuertes que generan las dudas de Samuel, está el efecto negativo que tuvo entre la gente que “El Bronco” haya “chapulineado” de la gubernatura a la candidatura a la presidencia de la República. Se dice que el senador electo no quiere cometer el mismo error.
La cosa es que en Movimiento Ciudadano no quieren desaprovechar el vuelo que traen y van a buscar convencer a Samuel de que acepte la nominación, si no lo logran tienen en Luis Donaldo Colosio Riojas un posible Plan B que los ayude a seguir siendo competitivos.
Habrá que ver qué sucede.
VIVIR FUERA DEL PRESUPUESTO
A casi un mes de las elecciones del 1 de julio, el destino de casi media docena de partidos políticos ya está más que definido. Perderán su registro en las próximas semanas, así lo decidió la ciudadanía. Con su desprecio y amplia sabiduría, el pueblo les cobró las facturas.
Aunque todavía faltan algunos meses para que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) resuelva la serie de juicios de revisión promovidos por el PES, PRD, Nueva Alianza, RED y Partido Verde en contra de los lineamientos del Instituto Nacional Electoral (INE), la verdad sea dicha, dejarán de existir.
La exigencia legal de tener cuando menos el tres por ciento de la votación nacional para así conservar su registro –y con ello sus privilegios y millonarios presupuestos-, y que partidos más longevos como el de la Revolución Democrática o Nueva Alianza, vinculado al magisterio y su exlideresa Elba Esther Gordillo no alcanzaron, da muestra de que los mexicanos exigen acabar con la partidocracia que por décadas imperó e hizo de las suyas.
¿Realmente el llamado partido del Sol Azteca representa a una parte de la sociedad? ¿Es necesaria su permanencia? ¿Justificaría, por si los magistrados electorales deciden ir contra los lineamientos legales y la decisión del INE, el que se le sigan dando recursos públicos cuando los votantes lo mandaron al cuarto y hasta el quinto lugar en muchas de las elecciones, desde la federal hasta las municipales?
En Nuevo León, los perredistas que se la quisieron jugar en solitario fuera de la coalición Frente por México con el PAN y Movimiento Ciudadano, no sólo fueron barridos, sino borrados del mapa político. Sus magros resultados en la elección al Congreso local, apenas 20 mil 497 votos (un 0.951 por ciento) es el peor en sus más de 25 años de existencia.
Y ni cómo defender al partido Rectitud, Esperanza Demócrata o RED, que apenas alcanzó 12 mil 567 (0.583 por ciento). ¿Merece ser salvado por la autoridad electoral? Los ciudadanos esperan que no. Y aunque sacaron mejor votación, el Panal, el Verde Ecologista y Encuentro Social se hallan también en la cuerda floja, y les podrían estar cantando más pronto de lo que sus dirigentes quieran, Las Golondrinas como despedida.
Sin embargo, más tardarán las autoridades del INE y la Comisión Estatal Electoral en concretar la liquidación de estos partidos que sus dirigentes, nada tontos, en preparar las asambleas constitutivas para formar un nuevo partido, nomás brincando el plazo legal establecido en la legislación federal electoral y la correspondiente al Estado, que es el 31 de diciembre.
Como decía el viejo sabio Carlos Hank González: “Para un político no hay peor error que vivir fuera del presupuesto”.
LOS QUE SE VAN
El Partido Acción Nacional mantendrá a Mauro Guerra Villarreal como el presidente de su comité directivo estatal, tras el buen resultado que les dio tener 12 diputados de mayoría, cuatro de representación proporcional y 16 alcaldías, entre ellas Monterrey y Guadalupe.
Guerra también tiene a su favor para permanecer en el cargo cuando menos un año más, antes de irse Comité Ejecutivo Nacional a ocupar una cartera, el haber sido el segundo Estado con mayor votación para el excandidato presidencial Ricardo Anaya Cortés, lo que demuestra que sí hizo su chamba y por eso sería premiado, primero con seguir al frente del panismo local o, mejor aún, saltar al CEN blanquiazul en una próxima renovación de cuadros. ¡Ah, sí! en octubre se le integrará como consejero nacional.
Y aunque perdió, Pedro Pablo Treviño Villarreal será diputado federal plurinominal al haber agarrado esa posición antes de la debacle nacional del PRI, por encima de otros militantes que hacían antesala para amarrar hueso por tres años.
Si bien le va, Treviño Villarreal permanecerá todavía un año más al frente del comité directivo estatal tricolor, y no por sus buenos oficios y su capacidad de concertación entre los grupos priistas, esos que hoy y mañana, y pasado mañana y por los próximos meses, se pelearán a muerte por los despojos del partido. Sencillamente seguirá de dirigente porque no hay nadie más que le entre a los cocolazos, y pues primero hay que nombrar al sucesor de René Juárez en el CEN priista.
También se perfila la salida de Juan Antonio Rodríguez González, presidente estatal de Nueva Alianza, si es que antes no procede a liquidación definitiva como partido político por parte del Instituto Nacional Electoral.
Toño Rodríguez, de oficio profesor, tuvo buenos resultados internos al lograr conciliar a las bravas huestes magisteriales y lograr equilibrar la designación de candidaturas a diputados locales, federales y alcaldes y sus respectivas planillas, de manera proporcional con las diversas corrientes políticas de las secciones 21 y 50 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
Y como hubo para todos y todos quedaron contentos, el que perdieran en sus distritos locales, federales, y municipios, salvo cuatro donde ganó Nueva Alianza (Los Aldamas, Bustamante, China y Melchor Ocampo) y sólo un aliancista fuera electo como diputado local, le da al dirigente del Panal una estrellita a su favor, aunque su periodo de tres años en el cargo finalizará a principios de 2019.
De quien ya pidieron no sólo la cabeza, sino el toro, pies, manos, rabo y oreja es del perredista Aliber Rodríguez Garza, a quien propios y extraños y, peor aún, cercanos y amigos, lo acusan de todo lo malo ocurrido antes y durante la jornada electoral del 1 de julio.
Además de las acusaciones de haber permitido una doble o hasta triple asignación de representantes del PRD en las casillas y los comités municipales y distritales electorales, el haberse quedado con los exiguos fondos para las campañas de los candidatos, amén se le endilga la venta de candidaturas y la imposición de sus favoritos y favoritas en alcaldías y diputaciones.
Todo ese rosario de pecados le pesan y de a feo a Rodríguez, quien se excusa, ante quien lo quiera oír, de que la derrota del PRD en Nuevo León es reflejo de lo ocurrido a nivel nacional, identificado como único culpable, con nombre, apellido y apodo y hasta futuro cargo: el presidente electo Andrés Manuel “El Peje” López Obrador.