Le he llegado a preguntar a algunos canteranos integrantes de aquel Rayados campeón del Torneo México 86, si muchos de ellos habrían recibido la oportunidad de debutar y consolidarse en Primera División, si Francisco Avilán no hubiera estado en la dirección técnica.
La respuesta ha sido que muy probablemente no. Y es que además del orgullo por la histórica racha de 11 victorias 1 empate y una 1 derrota, el Rayados de Vucetich nos ha sacado una sonrisa…
Y es que nos llevado a evocar a aquel equipo alegre de Francisco Avilán y sus muchachos, que lograron el título del Torneo México 86.
No puede ser de otra manera cuando recordamos aquel juego de Francisco Javier “El Abuelo” Cruz, Héctor Becerra, Mario de Souza Mota “Bahía”, Reinaldo Güeldino, “Xalapa” Ortega, “Memo” Muñoz y “Wama” Contreras…
Por impresionantes que parezcan los números, el principal legado de ese equipo integrado en su mayoría por jugadores surgidos de las Fuerzas Básicas, ha sido el cúmulo de emociones que nos trasmitieron en la mayoría de los partidos, con su juego atrevido y generoso.
Aquel Monterrey llevaba la misma racha hasta la fecha 13, con 11 victorias, 1 empate y 1 derrota, que el equipo de “Vuce”. Felices coincidencias de la vida.
Y sí, aquel equipo se la jugó con una mayoría, no sólo de mexicanos, sino con elementos surgidos de la cantera, y muchos de ellos regiomontanos. Un hecho que muy difícilmente se repetirá.
Honor a quien honor merece, por el atrevimiento de Avilán para jugársela con esos jugadores y respaldarlos hasta que el equipo dominó la idea de juego, de toques rápidos y vértigo.
Otra semejanza entre el Rayados del México 86 y el de Vucetich, es que en un momento donde los equipos pueden darse el lujo de jugar hasta con 8 extranjeros, el Monterrey mantiene en su alineación titular a cinco mexicanos, por lo regular.
Los defensas Víctor Guzmán, Héctor Moreno y Jesús Gallardo, y los volantes Luis Romo y Alfonso “Ponchito” González son habitualmente titulares.
Felices coincidencias.