Desde Nueva York, Alejandro Campos.Lets go Peña, Lets go Peña… fue el grito que se escuchó por primera ocasión el pasado jueves 30 de abril en el nuevo Yankee Stadium cuando el regiomontano Ramiro Peña conectó su primer doblete en grandes ligas y produjo sus primeras carreras en el mejor beisbol del mundo, ayudando a amarrar la victoria de los Yankis sobre los Angelinos de Los Angeles 7 por 4.
Como un sueño del que aún no ha despertado fue como calificó el joven regiomontano Ramiro Peña el momento que vive actualmente al debutar en esta temporada en la gran carpa, y nada menos que con los famosos Yanquis de Nueva York.
Siempre he tenido un aprecio muy especial, por Ramiro Peña y Daniel Hinojosa, que juega para los Sultanes, juntos como grandes amigos han ido creciendo de la mano, son excelentes muchachos y cada uno puede dar mucho más, pero ahora, en particular con el jugador de los Yankis mi respeto y aprecio crece mucho más.
Acudimos a una accidentada miniserie de dos partidos al nuevo Yankee Stadium, en donde los de casa recibían al acérrimo rival Medias Rojas de Boston. Epoca de lluvia en la gran manzana, y el primer partido tuvo un retraso de más de dos horas y terminó cerca de las dos de la mañana, por consiguiente esa noche no pudimos reunirnos con el pelotero regiomontano.
La situación se complicaba cuando el jugador fue citado al día siguiente a temprana hora en el estadio y al intentar realizar la entrevista previa al juego, ¡vaya sorpresa! No se permitió la entrada de nuestra cámara de video.
El tiempo se agotaba, en el segundo partido la lluvia se hizo presente nuevamente por lo que el juego se desarrolló de manera lenta y terminó pasadas las 23:00 horas. Sin cámara a la mano, cerca de la medianoche, de regreso al hotel y sin entrevista, triste panorama.
De pronto, el teléfono hizo su aparición, nunca antes un sonido más dulce, Ramiro Peña al habla, preguntaba donde nos encontrábamos para reunirse con nosotros.
No pasó más de una hora cuando un empapado joven vistiendo ropa casual apareció en el lobby del hotel, ahí estaba, el jugador de los Yankis, había tomado el metro para reunirse del otro lado de la ciudad con nosotros.
Con esa sonrisa nerviosa que lo caracteriza, Ramiro sugirió caminar por Time Square y ahí se desarrolló una larga conversación bajo la lluvia.
Peña, quien cumple su quinto año con la organización Neoyorquina, ya había tenido la oportunidad de hacer el campo de entrenamiento con los Mulos de Manhattan en los últimos dos años, pero fue hasta este 2009 cuando recibió la real oportunidad de quedarse en el equipo grande.
“Todavía lo recuerdo, el manáger Joe Girardi, los coachs y el gerente Brian Cashman, me dijeron que como había realizado un muy buen trabajo en el spring training, decidieron que me quedara, yo estaba helado y me dije, respira, jala aire y cálmate”, se lleva la mano a la cabeza, como si volviera a vivirlo y luego prosigue.
“Los recuerdos vinieron a mi mente, cuando jugaba de niño y siempre tenía ese sueño de llegar a grandes ligas, fue algo muy emocionante. Lo primero que hice fue tomar el teléfono y llamarle a mis papás, quienes se emocionaron conmigo y me felicitaron por dar este primer paso”.
Ramiro ha participado en 19 de los 26 partidos de los Yankis en esta campaña, ha tomado 36 turnos en los que ha conectado 10 imparables, incluyendo un doblete, ha anotado 2 carreras y ha producido cuatro, para un porcentaje de bateo de .278.
El regiomontano confiesa que aunque es poco tiempo, ya empieza a ver algunos cambios en su carrera de grandes ligas:
“Principalmente, los viajes son en avión privado, tienes que viajar bien presentado con traje, ahora tengo más trato con los medios de comunicación que empiezan a conocerme y algunas otras cosas, pero en lo demás yo sigo siendo el mismo”. v
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