En esta edición de Hora Cero y luego de una extensiva petición popular, finalmente entregamos los resultados de nuestra encuesta de cara a los comicios electorales del próximo 6 de junio.
Los números están ahí, para el análisis de los ciudadanos.
Como siempre ha sucedido, habrá quienes descalifiquen el resultado de este enorme trabajo del gran equipo que conforma Hora Cero Encuestas lo que, a estas alturas del partido, ya no nos duele y -hasta podría decir-, ya nos tiene acostumbrados.
A diferencia de muchas otras casas encuestadoras, aquí no andamos haciendo trajes a la medida o inventando encuestas nomás para endulzarle el oído a determinado candidato a un puesto de elección popular.
De hecho, si me permiten la opinión, recurrir a esta práctica es bastante estúpido y los candidatos lo saben.
No nos hagamos, cada quien en sus “cuartos de guerra” y búnkers de campaña saben exactamente de qué lado masca la iguana y cómo está el agua para los camotes.
Entonces, si aún así deciden gastar unas cuantas decenas de miles de pesos en encuestas que van a echar mentiras, sabiendo que esto no va a servir absolutamente de nada para torcer la opinión de los ciudadanos, entonces podemos comprender por qué digo que comprar encuestas a modo es una práctica bastante estúpida.
Aún así habrá quienes intenten descalificar este trabajo de Hora Cero y, como ha sucedido en montones de elecciones federales, estatales y municipales; los resultados oficiales van a terminar dándonos la razón.
Pocas casas encuestadoras pueden presumir que son tan certeras como nosotros y los números del 2009, 2015 y el 2018 avalan este orgullo.
Ahora tampoco somos tontos, sabemos que en la política mexicana existe un factor que no se puede medir ni con una bola de cristal: las mañas como compra de votos, carrusel, intimidación de votantes y una que otra triquiñuela que algunos saben aplicar muy bien el día de la elección.
Ante esta realidad Hora Cero encuestas se declara incompetente y, lo sabemos, nuestros clientes y lectores nos disculpan.
Lo importante es que los números ya están aquí y marcan tendencias que, si algo nos ha enseñado la historia, se van a confirmar la noche del seis de junio o las primeras horas del día siete.
Ora si vale la pena preguntarse, con los resultados que parece que se va a dar, ¿quién gana y quién pierde en Nuevo León?
Obviamente no estoy hablando de los resultados electorales, esos son bastante obvios, hablo de qué clase de gobernantes habrán elegido los residentes este estado que me recibió con los brazos abiertos y se ha convertido en mi nuevo hogar.
Por que así como cada uno de los aspirantes a un cargo de elección popular tiene muchas cosas a su favor, también tiene defectos que pueden ser un dolor de cabeza para los ciudadanos.
Por ejemplo, podría perder un personaje que, en realidad, no hizo tan mal trabajo en una de las ciudades más grandes del país, otorgando a los ciudadanos respuesta a uno de sus mayores reclamos: seguridad para sus familias.
También podría perder la elección otro personaje que ha demostrado que tiene ideas muy concretas no solo de cómo podríamos salir de los problemas en los que actualmente estamos, sino que en algunos casos las mismas son bastante buenas.
En ambos casos estos personajes caerían en las urnas no porque sean malos, como muchos otros que anduvieron flotando en estos dos meses de campaña; sino porque cargaban el enorme lastre que son las siglas que los abanderan.
Ahora, también existe la posibilidad de que gane un candidato que, es cierto, es muy popular, invita a tomarse la foto con él y nos hace reír con sus publicaciones en las redes sociales, pero al mismo tiempo anda manejando un discurso que la verdad me espanta.
No en pocas ocasiones este candidato ha recurrido al peligroso argumento del regionalismo, la explotación de un mal manejando orgullo local, el “primero nosotros y luego nuestros vecinos”.
Esta posición me espanta porque -otra vez- la historia nos ha enseñado que los regionalismos exacerbados son la semilla de los movimientos de ultra derecha que tanto daño han hecho a las sociedades que los abrazan.
Pensar primero en uno mismo que en nuestra comunidad es lo que nos ha tenido hundidos por tanto tiempo a los mexicanos.
Ya pronto tendremos gobernador electo y candidatos perdedores… solo el tiempo nos dirá quiénes fueron los verdaderos ganadores.