La renuncia al Partido Revolucionario Institucional del diputado local y ex diputado federal, Marco Antonio González Valdez, era cuestión de que concluyera su presidencia en el Congreso del Estado. ¿Por qué? Porque su relación con Francisco Cienfuegos Martínez iba a estar peor que esposos semanas antes del divorcio.
El legislador, mejor conocido como “el pollo loco” porque es propietario de varias sucursales de esa cadena de restaurantes de comida rápida, apenas concluyó su cargo el domingo primero de septiembre anunció su renuncia al PRI para brincar al grupo parlamentario de MORENA.
Para quienes mastican la política de Nuevo León, González Valdez no iba a digerir estar bajo la coordinación tricolor el ex alcalde de Guadalupe, sobre todo por el bagaje de haber sido pastor de los diputados del PRI la legislatura anterior, y menos después de un año en la presidencia de la actual legislatura.
Un diputado más del PRI sin los reflectores que tuvo ¡claro que no! Sería mucha humillación para el nuevo miembro de MORENA. ¿Por orgullo? ¿Por dignidad? ¿Por congruente? Sólo él sabe la verdadera razón.
Aunque en su carta de renuncia se echó el mismo rollo que otros tricolores han dicho: “El PRI dejó de practicar los principios de democracia y justicia social que impulsaron su fundación, traicionando así a sus bases y a todos los mexicanos”.
La pregunta que se hacen muchos es: ¿Y si Cienfuegos Martínez le hubiera dado la coordinación de la fracción tricolor no renunciaba?
“Este anuncio es congruente con mi trayectoria. Porque soy un hombre de honor, que jamás hizo arreglos por debajo de la mesa contra candidatos de ningún partido, incluyendo el mío, como muchos lo han hecho para su beneficio personal”, redactó en su misiva.
Sin decir nombres, González Valdez se refería a Cienfuegos Martínez, a quien entre amigos señaló de haber operado para contribuir a la derrota de Jorge Mendoza Garza, candidato al Senado en las elecciones de 2018, y favorecer a Samuel García Sepúlveda, ganador por Movimiento Ciudadano.
El ex diputado tricolor puede presumir que mientras su ex partido fue sacudido requetefeo en los comicios pasados, porque retuvo cinco de las nueve alcaldías de la zona metropolitana, él fue de los dos que ganaron -aunque apenitas- su distrito local, aun perdiendo la cabecera Santiago. Pero ganó y sus bonos estaban altos.
Pero no tanto como para enfrentar a Cienfuegos Martínez en el Congreso, conformándose con negociar la presidencia que sólo le duraría un año. Y que llegando el día 365 debía tomar la decisión que anunció el pasado 4 de septiembre.
“Marco renunció por motivos personales, anteponiendo su interés personal al interés de la bancada y del partido”, respondió a un mensaje de WhatsApp Lorena de la Garza, secretaria del PRI en Nuevo León.
—¿El PRI pierde un líder valioso?—, se le cuestionó.
Y respondió: “Al contrario, se quedan los más comprometidos”.
La directiva tricolor es del establo de Cienfuegos Martínez, y sus respuestas no podían ir en otro sentido, obviamente.
Con seis legisladores locales del PRI por ocho de MORENA, porque también les aventó el arpaMelchor Heredia Vázquez, el reparto de las comisiones y del control de las áreas administrativas se vislumbra harto complicado.
Hay que recordar que Heredia Vázquez ganó el distrito 22 postulado por la coalición “Juntos Haremos Historia” de AMLO y postulado por el Partido Encuentro Social, pero al perder su registro se aventó a los brazos de Cienfuegos Martínez para que el PRI tuviera más diputados en su bancada. Pero el chamaco volvió a sus orígenes.
Pero ése no fue el único cambio. Días después, en un movimiento sorpresivo, por llamarlo de alguna manera, dos legisladores del PT anunciaron que se unían a la bancada del tricolor… pero sin renunciar a su militancia petista, además de que Nabor Guerrero, quien llegó al Congreso con la licencia de Juan Carlos Leal, del PES, también se fue al PRI.
Esta movida le dio al PRI nueve diputados, lo que lo hace la segunda minoría en el Congreso, por lo que le toca controlar temas tan importantes como el manejo de los recursos del Poder Legislativo.
Recientemente en la Ciudad de México hubo una reunión de Cienfuegos Martínez y el alcalde de Monterrey, Adrián de la Garza, con el nuevo presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, para analizar el futuro del tricolor rumbo a las elecciones cada vez más cerca de junio de 2021.
Porque otro punto que no se debe olvidar es que González Valdez no se maneja solo como auto del futuro, sino que es del corral del ex senador Mendoza Garza que mantiene, pésele a quien le pese, buenas relaciones dentro y fuera de su aún partido.
Y ante el incierto futuro todavía no está escrito el último capítulo de esta novela de suspenso, y no descarten que Mendoza Garza -quien tampoco se manda solo porque tiene como jefe a Ricardo Salinas Pliego, dueño de TV Azteca-, aparezca como nueva contratación de MORENA. En estos días se esperaban más sorpresas en el PRI de Nuevo León, sin precisar qué exactamente, pero pudiera ser lo anterior mencionado y hasta la tambaleante permanencia de su actual dirigente estatal, Pedro Pablo Treviño, quien en su gestión ha sonado como tambor destemplado.
Y donde le fue bastante mal a Nuevo León es en el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2020. Pues mientras se esperaba que iba a alcanzar para sirlon y T-bone, con los dineros que llegarán apenas dará para tacos de canasta.
Por ejemplo, para el tren ligero que uniría a Monterrey con el aeropuerto internacional, de 12 mil millones apenas el gobierno de Andrés Manuel López Obrador mandará 34 millones de los 200 que costarán los estudios del proyecto ejecutivo.
Y para la Presa Libertad, una de las obras de despedida de Jaime Rodríguez Calderón, están autorizados solo 357 millones de los mil 160 del cálculo del gobierno del Estado.
Ante ello, el legislador federal panista Martín López Cisneros dijo que ahora que iniciarán el análisis del Presupuesto Federal harán frente común con el resto de los diputados de los demás partidos políticos para ver cómo pueden aportar mayores recursos para Nuevo León.
“No es posible que el Gobierno Federal nos siga tratando así. Le mandamos cada año 450 mil millones, que es el 9.1% del PIB, y no nos regresan ni una cuarta parte; el presupuesto 2020 deja totalmente desprotegido a Nuevo León en materia presupuestal. Es inequitativo y perjudicará de forma severa a la población con la creación de nuevos impuestos”, reaccionó el senador naranja García Sepúlveda.
Y agregó el aspirante a la gubernatura en 2021: “Es indignante y no podemos quedarnos callados”.
Para terminar, serán semanas de tensas negociaciones tras bambalinas entre “El Bronco” y Manuel González Flores, secretario de gobierno, para que la sanción del Congreso local en su contra -promovida en juicio por el senador de MC- no tenga consecuencias de ingobernabilidad.
A todas luces es el segundo capítulo de una estrategia que le funcionó al legislador previo a las elecciones de 2018, cuando atacar a “El Bronco” generó los votos suficientes para ganar.
Y la gran duda es: Si los diputados locales no destituyen al gobernador y, en cambio, lo sancionan a manera de causarle un moretón que se puede quitar con pomada ¿Qué le espera a García Sepúlveda hacia 2021? ¿Saldrá vivo -en el buen sentido- de la trinchera donde se metió?