
¡Que alguien me explique! cómo y con qué criterio los partidos de la alianza PRI-PAN-PRD en Nuevo León -sobre todo los primeros dos-, designarán a sus candidatos o candidatas a las alcaldías en la zona metropolitana rumbo a las elecciones de 2024.
Porque si de algo estoy seguro es que en Apodaca, Juárez, San Nicolás, Santiago y Guadalupe, en uno o dos el PRI y el PAN van a tener que lanzar un candidato diferente al partido que los gobierna y que ganó en 2021.
Por eso hay mucho hermetismo, y hasta nerviosísimo, sobre qué pasará con los que llevan mano: Tomás López, hijo de Cristina Díaz, en Guadalupe; con Cesar Garza Arredondo, también hijo del actual edil, en Apodaca; con Francisco “Paco” Treviño, en Juárez; con Daniel Carrillo, en San Nicolás, y con David de la Peña, en Santiago.
Los tres últimos esperan la bendición de la alianza Va por México (Frente Amplio por México) sobre si buscarán la reelección, mientras en Guadalupe y Apodaca es casi seguro que el PRI tendría que ceder y apoyar a un candidato emanado del PAN.
Además de ser el arte de la negociación, en la política mexicana también se estira y se afloja el mecate. Y seguro eso está pasando en Nuevo León entre los que mandan en el PRI y PAN.
Monterrey es punto y aparte mientras Luis Donaldo Colosio quiera aparecer en las boletas por MC, pues seguramente ninguno de los dos organismos políticos quiere aventarse el tiro de enfrentar al actual presidente municipal.
Por la votación obtenida con Francisco Cienfuegos en 2021 debería ser el PRI quien se gane ‘la rifa del tigre’ y poner candidato. Y, si se aplica el criterio del segundo municipio con mayor población electoral, entonces en Apodaca el PAN llevaría mano.
Pero hace dos años en los resultados en Apodaca, César Garza Villarreal alcanzó un récord de 66 por ciento de la votación, y para estas fechas su hijo sería el candidato más fuerte que garantizaría la continuidad del PRI en el gobierno local.
Y con ese criterio Guadalupe en alianza tendría en el tricolor Tomás Montoya a su candidato, y Daniel Carrillo sería la opción panista en San Nicolás. Y etcétera, etcétera y etcétera.
¿Y qué pasará con el PRD que no pintó en las urnas en 2021? Seguro recibirá las migajas de poner alguno de sus militantes en la zona rural, o por las reglas leyes electorales que regirán a las coaliciones podría alcanzarle un municipio chico metropolitano.
Sobre ese thriller que viene todavía no se escribe el primer capítulo. Lo cierto es que arriba del escritorio las hojas están en blanco, aunque lo más seguro es que ya existe un borrador.
Las horas pasan y pronto se conocerá de qué lado soplará el viento.
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