La Ciudad de Querétaro es la sede donde los nuevos dirigentes del PRI, Humberto Moreira y Cristina Díaz Salazar asumirán el compromiso de regresar al Partido Revolucionario Institucional a Los Pinos en el 2012.
Tarea nada fácil porque enfrente tienen dos partidos fuertes, el PRD y el PAN, que prefieren el pragmatismo político que detenerse a debatir sobre sus eeenormes diferencias ideológicas. Cualquiera de estos dos partidos está más cercano al PRI en sus programas y principios, incluso en sus prácticas, que entre ellos mismos.
Los candidatos presidenciales y los líderes nacionales de estos partidos necesitan de sus gobiernos para ganar simpatías y votos.
En Nuevo León el Gobernador, Rodrigo Medina y los alcaldes de todos los colores deberán asumirse como verdaderos líderes de sus partidos si es que quieren entregar buenas cuentas a su futuro Presidente.
Para Rodrigo la tarea no es nada fácil, porque muchos de sus colaboradores no están haciendo política. Necesitan mover a la gente a través de todas sus redes, estructuras formales e informales para poder generar simpatías al partido del Gobernador y a su partido.
Si a eso le sumamos los agentes de influencia y poder que el Gobierno de Rodrigo tiene en contra, más los representantes de los medios que un día hablan y escriben mal del gobernador y al otro día también, entonces tiene que buscar aliados en el campo de batalla. Las colonias.
Sus mejores aliados deben ser los ciudadanos de a pie, los no organizados, los que tienen demandas pasajeras y temporales, los que aún le tienen fe, los sin partido y sin esperanza, esos son los buenos, son los que podrían ayudarle a ganar, son con los que debe trabajar de ahora en adelante.
Claro, no debe olvidar las estructuras que siempre han hecho fuerte a su partido, pero debe ganarse esos grupos para poder contar con la voluntad de sus líderes.
Pero, ¿cómo poder regresar con esos simpatizantes que lo hicieron fuerte en su campaña del 2009? Necesita mover gente, recoger demandas y resolver problemas para ganarse la confianza y credibilidad, que hoy están en niveles nada deseables para un gobernante.
Seguramente el Gobernador, Rodrigo Medina, con sus encuestas en mano acerca de su popularidad, ya soñó varias veces que de pronto se despierta la mañana después de las elecciones de julio del 2012 y se da cuenta que a partir de ese año tendrá mayoría de oposición, principalmente panista, en el Congreso del Estado.
Si ese es el escenario que le están cocinando sus colaboradores, tendrá que ir preparándose para gobernar con un Congreso hostil a partir de septiembre del 2012. Sabe que es difícil porque hoy sin que la oposición panista sea mayoría apenas lo deja trabajar, porque esa es su chamba, después del proceso del año que viene será una verdadera pesadilla política para su Gobierno.
Esa situación la saben y conocen Cristina Díaz, Manlio Flavio Beltrones y Enrique Peña Nieto. Estos personajes de la vida pública nacional no quieren eso para Nuevo León ni para sus aspiraciones.
Cristina Díaz, desde su nueva posición será una candidata natural a la gubernatura de Nuevo León en el 2015, por eso a ella menos le gustaría un escenario donde pierda Rodrigo las elecciones federales y estatales en el 2012.
Cristina, desde su posición de Secretaria Generl del PRI, habrá de tejer sus propias alianzas para proponer y sacar candidatos con presencia, no cuestionados y que le garanticen el triunfo al PRI en Nuevo León, o al menos no perder las posiciones que ya tiene, en las elecciones presidenciales del 2012.
Porque ella, como Rodrigo, no quisieran ver, no sólo un Congreso de oposición panista a partir del 2012 en Nuevo León, donde le complique, ya no la gobernanza a Medina, sino la carrera por la gubernatura a la propia Cristina Díaz. ¿Verdad que no es puro cuento?