Recuerdo cuando en los años ochenta y noventa los directivos del periódico El Norte destapaba las botellas de champaña cada vez que ganaban el premio de periodismo otorgado por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
Alejandro Junco de la Vega, dueño, junto a su director editorial, Ramón Alberto Garza, compartían con sus reporteros la satisfacción de volver a merecer otro de los premios a lo mejor de la prensa escrita de América.
Y así, uno tras otro, El Norte presumía en su portada los reconocimientos a la Excelencia Periodística de la SIP, considerado como el Premio Pulitzer a las publicaciones de habla hispana y portuguesa.
La tarde del miércoles 7 de agosto fue diferente en las dos redacciones de Hora Cero en Reynosa y Monterrey, cuando recibimos un mail donde se informaba que nuestro quincenal había ganado el galardón de la SIP por el reportaje impreso titulado “Una Ruta Nada Santa”, de los reporteros Erick Muñiz y Moisés Gómez.
Un regalo adelantado para Hora Cero que cumplirá sus primeros 15 años en febrero próximo; un reconocimiento al trabajo en equipo de un medio de comunicación que fundó Heriberto Deándar Robinson con el apoyo de sus padres, doña Minita Robinson de Deándar (QEPD) y don Heriberto Deándar Martínez.
En Hora Cero los éxitos se disfrutan en equipo. Así saben mejor. Como también nos queda muy claro que los premios son para los reporteros y fotógrafos, y los reconocimientos para las instituciones.
Cierto, como en toda empresa, hay jerarquías para que pueda funcionar, y hay un orden que se respeta como una de las principales disciplinas porque, de lo contrario, ya no existiríamos. Con esa mística nació el concepto de Hora Cero.
Recuerdo que al cumplir la primera década la regiomontana periodista, investigadora y ahora catedrática en una universidad de Japón, Silvia Lidia González, escribió una gran verdad:
“Por mera coincidencia geográfica Hora Cero nació en Reynosa, porque por su calidad editorial pudo haber tenido como cuna otra importante ciudad de México” . v
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