Muchos analistas, muchos politólogos, muchos intelectuales y muchos periodistas nos hemos preguntado a lo largo del llamado “período democrático del México contemporáneo” (9 años para ser precisos) ¿por qué sigue ganando el PRI en las elecciones?
Las respuestas las encontramos en el estilo de gobierno que imponen partidos y candidatos a sus políticas gubernamentales a través de estrategias de comunicación política donde el marketing, la propaganda y la persuasión generan corrientes de opinión pública que la gente cree o rechaza de acuerdo con su criterio.
Al PRI durante años le criticamos el “acarreo”, la “corrupción”, “la compra de votos”, “la operación tamal”, “el voto corporativo” y el “fraude electoral” entre otras linduras. Esas expresiones se volvieron tan comunes que muchos terminamos por creerle a los partidos de oposición que todos los honestos estaban en el PAN y los deshonestos en el PRI.
Ganó el PAN en el 2000 y que pasó ¿se acabaron todos los corruptos del país porque llegaron los panistas? ¿Se acabó el acarreo? ¡Nooooo! Se acabó la impunidad ¡Nooooo! Se acabó “la compra de votos” ¡Nooooo! Se acabó el voto corporativo ¡Nooooo! Se acabó el fraude electoral ¡Nooooo!
Entonces ¿qué pasó? Muy sencillo, el panismo, siendo gobierno, ha incurrido en todos los vicios que tanto criticó. Vaya hasta de fraude electoral fueron acusados en el 2006. Me ha tocado escuchar profesionistas, empresarios y trabajadores afirmar que ellos permiten “que roben los panistas, porque los del PRI ya estuvieron 70 años”.
El problema del PAN, incluso del PRD, PT, Verde o Convergencia, es que han encabezado gobiernos muy cuestionados por cometer los mismos vicios que tanto criticaron. La gente dice y con cierta razón: “Todos son iguales”.
¿Quién puede creer que Fox fue un presidente honesto? Ni los panistas. ¿Quién puede creer que los panistas desterraron el moche? Basta con leer los periódicos locales para darse cuenta lo que pasa en gobiernos panistas como Monterrey, por dar un ejemplo.
En la era del PAN, Transparencia Internacional ubica a México como uno de los países más corruptos. ¿Qué cambió? Tenemos altos niveles de desempleo, aumentos constantes a los precios de alimentos, servicios y combustibles, cero crecimiento económico, ineficiencia, burocratismo y alta inflación con el gobierno del cambio.
Entonces ¿qué cambió? La gente quiere a un político no cuestionado y a un partido que esté cercano a la gente, que les de seguridad y que genere empleos, eso es lo que Rodrigo y el PRI han ofrecido a lo largo de la campaña. El PRI ya cambió, mientras que el PAN se quedó con las viejas prácticas que tanto nos enseñaron a odiar.