Estaba el otro día El Apuntador googleando en busca de quienes usurpan la profesión del periodista en Nuevo León, cuando aparece en primeras posiciones del buscador el nombre de Víctor Eduardo Badillo Guerrero, bastante bien ilustrado con una foto y los ojos cubiertos por una banda negra.
Para quienes están muy ajenos a este personaje, ooooootra vez hay que recordar que sin cursar estudios universitarios de periodismo (apenas acabó la primaria), este personaje con antecedentes penales trabajaba como cadenero en un table dance ya desaparecido de nombre Azul Tequila, en Madero y Diego de Montemayor de Monterrey a fines de los años noventa, teniendo mucha relación con los reporteros policiacos de madrugada.
Y como sus estudios apenas llegaron a primaria, y su futuro seguramente era la vida delictiva -que por cierto se le da de manera natural-, un día Badillo tuvo la ocurrencia de ponerse a disposición de sus amigos reporteros para subirse a las unidades y tomar fotos.
Pero eso no quedó ahí. Para devolverle los favores que les hizo a algunos siendo cadenero del table dance, tuvo la osadía de pedirle a Héctor Javier “El Peine” Yáñez, entonces jefe de información de TV Azteca Monterrey, le redactara un currículum falso para engañar a Luis Padua, entonces director de noticias del canal.
Y Padua mordió el anzuelo. Badillo fue contratado como reportero policiaco de TV Azteca Monterrey, y su padrino fue “El Peine”.
Porque lo que mal se aprende nunca se olvida en su vida delictiva, el sábado 3 de junio pasado este sujeto se quiso pasar de listo y entró a un cuartel de Policía de Escobedo y, violando los reglamentos internos, empezó a hacer un enlace en vivo a través de sus redes sociales.
Como siempre quiere asustar con el petate del muerto, cobijado con amigos que trabajan en el ambiente de la prensa local, pues que el diablo se le aparece a Badillo y de inmediato fue detenido, boletinado y su foto difundida como cualquier otro presunto delincuente, obvio, protegiendo su rostro.
Despedido de varios medios por conflictivo, Badillo se refugió en una publicación que se reparte en las esquinas, además de presentarse como corresponsal de una cadena internacional de televisión.
Pero su verdadera actividad lo desmiente: ¿cómo dice ser corresponsal -de esos que ganan un salario en dólares-, si todos los lunes atiende un puesto en un mercado sobre ruedas de la CTM en la colonia Nuevo Las Puentes del municipio de Apodaca, para llevar dinero a su casa?
Sus capacidades mitómanas (decir mentiras), eso sí, han sido efectivas y ha engañado a verdaderos periodistas como Luciano Campos, corresponsal de la revista Proceso, quien de manera inaudita escribió una extensa nota sobre los hechos de Escobedo.
Pero bueno, El Apuntador sólo quiso reseñar esos hechos e irse a los orígenes de Badillo para demostrar a muchos padres de familia que quieren ver a sus hijos egresar de las universidades triunfando en el mundo del periodismo, que no se esfuercen mucho. Basta con inventar un currículum y tener un gafete para delinquir.
Nunca como en la actualidad la profesión de periodista es tan porosa y fácil de vulnerar por trampas como Víctor Eduardo Badillo Guerrero y, peor todavía, que quienes sí estudiaron se atrevan a defenderlo.
Y para terminar con este tema, El Apuntador recibió un mail de Héctor Hugo Jiménez Castillo, director editorial general de Hora Cero, en respuesta a unos comentarios hechos por él hacia su persona:
“Ese cucaracho de Badillo ensucia mi profesión y la de otros que la hemos defendido desde que éramos estudiantes de periodismo en la UANL. Todo lo que diga o escriba sólo me hacen el día porque me río a carcajadas. Pobre acomplejado. Le deseo que siga vendiendo más fayuca en el mercado sobre ruedas por su bien, pero sobre todo de su familia”.
En otros temas, pena ajena dio El Universal en el pasado proceso electoral, cuando sin disimulo hizo campaña contra Andrés Manuel López Obrador y contra la excandidata de MORENA en el Estado de México, Delfina Gómez Álvarez.
Pero no solamente lo hizo el diario que acaba de cumplir cien años, propiedad de la familia Ealy Ortiz, sino también columnistas y televisoras privadas que, por coincidencia, durante casi seis años pautaron publicidad diaria del gobernador priista de Edomex, Eruviel Ávila, con cantidades similares de spots que Los Pinos.
Y para muestra va un botón: un día antes de la elección, el Canal 40 -propiedad de Ricardo Salinas Pliego de TV Azteca-, empezó su noticiero de mediodía así: “Corrupción y contratos amañados en la administración de Delfina Gómez en Texcoco. Esta es la nota…”.
Era un grito de desesperación del presidente Enrique Peña Nieto por su terruño, horas antes de empezar la votación, recordando lo que pasó en Nuevo León en 2015 con Televisa, Azteca, Milenio y Multimedios contra el candidato independiente a gobernador, Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”.
COMO CUANDO TRAES LA NOTA, PERO TE PONEN A REPORTEAR
Un día estaba el reportero Erik Solheim Rocha pasando muy orondo su reporte al Telediario que cobra, perdón, conduce María Julia “La Comadre” Lafuente sobre el caso de un policía nicolaíta que fue cesado por dar muerte a un perro pitbull, cuando la conductora lo puso a trabajar.
Resulta que Rocha transmitía en vivo y en directo desde la colonia Constituyentes de Querétaro y pasaba las entrevistas de varias vecinas, quienes exigían la reinstalación del uniformado, cuando la conductora le rompe su pauta informativa.
La veterana periodista le cuestiona a su reportero si tenía o no el nombre del policía cesado, dato básico que se le pasó, y de ahí la exigencia fue a mayores:
“Compañero, le encargo varias cositas: qué dice el alcalde (Víctor Fuentes), y la sociedad protectora de animales también. Y pues también que entreviste a los dueños del pitbull muerto, que den su versión, cuando menos”, le soltó María Julia al atónito reportero, quien sólo se dedicaba a asentir con la cabeza, y decir: “sí licenciada”, antes de que terminara el enlace.
Claro, la orden de la jefa Lafuente no se cumplió ni al día siguiente, ni ningún otro.
APLICADOS
En el periódico El Porvenir se pusieron las pilas y ya cuentan con dos versiones de su página electrónica, una para computadoras fijas y la otra para teléfonos inteligentes.
Con marcadas diferencias, como debe ser si el desarrollador es hábil y cobra caro, ambas versiones parece que tienen contenidos diferentes. O cuando menos, quien navega en ellas puede decirlo. Principalmente, la App no permite el acceso a la mayoría del contenido bajo el argumento de que no se encontró la liga.
O sólo es una falla que se corregirá en los próximos días, o ya se mejoró la aplicación, o bien El Porvenir le brindará a sus lectores dos opciones de mantenerse informado sobre los contenidos que ofrece.
El único “pero” que afrontan los porvenires es que de cuando en cuando, que es parecido a muy frecuente y muy seguido, afrontan la caída de su edición digital debido a no sé qué cosas con el proveedor relacionado con algo con sonidos metálicos, esas cuestiones que Ufemia contaba peso sobre peso hasta llegar a dos.
Salvado ese escollo, pues “benvenuti”.
DE COMER TACOS, A COMER CAVIAR…
Quien día a día, comentario a comentario se gana a pulso enemigos nuevos es la reportera Adriana Dávila, novata reportera de El Norte, ya que se la pasa criticando en su muro de Facebook a los que llama pseudoperiodistas, pero enfocada sobre todo a sus excompañeros de Multimedios, de donde brincó al periodicote de la calle Washington.
Es curioso cómo se olvidan las raíces de donde se surge, pues ahora que se siente la “non plus ultra” del periodismo regiomontano, detesta hasta a sus antiguos amigos, esos con quienes convivió un tiempo antes de cambiar de camiseta.
Nomás dar una pequeña revisada a su página para darse cuenta que Dávila hasta se enfrentó en una polémica con reporteras de Milenio y Telediario sobre la calidad del trabajo de esos medios, con el que dirige Alejandro Junco y familia, donde ahora cobra su quincena.
El tono mordaz de Dávila contrasta con su sermón de paz, amor y armonía espiritual que, dice, alcanzó mediante las clases de yoga de las que es seguidora.
Lo preocupante es que ha escrito y dejado constancia que altos jefes de Milenio y Multimedios a quienes no cita por sus nombres, pero ubica como subdirectores y directores de noticias y del periódico, reciben dinero de políticos y funcionarios públicos, acusación que sus excompañeros le han exigido muestre si es que tiene pruebas y, sobre todo, el valor profesional para hacerlo.
El silencio fue la mejor salida en esta polémica para la reportera norteña.
DESANDAR LOS PASOS
Quien regresa al Congreso del Estado después de muchos años de haber estado colaborando en esa fuente informativa es Edgar Betancourt, quien hizo sus pininos como reportero en la sección Joven del periódico El Porvenir, allá por mediados de la década de los 90 del siglo pasado.
A Betancourt se le recuerda como uno de los muchos periodistas que dejaron los medios de comunicación para incorporarse a tareas de comunicación, relaciones públicas y prensa en partidos políticos, principalmente el PAN y PRI, una práctica que sigue siendo constante.
Aunque se le recuerda como más vinculado al Partido Acción Nacional, al haber estado como director de Comunicación Social en alcaldías panistas de San Pedro y Santa Catarina, ahora tendrá un cambio de camiseta al ser el coordinador de prensa de Movimiento Ciudadano, a invitación de Samuel García.
Aunque no se dice abiertamente, su labor como comunicador será el promover la imagen del legislador local con miras primero a amarrar una posible reelección en el cargo en el 2018, o bien prepararle el terreno para una eventual candidatura a la alcaldía de Monterrey.
UNA TRAS OTRA
Luis Padua sigue dando de qué hablar sobre sus yerros en la conducción del noticiero vespertino de Info7 Noreste que se ve por TV Azteca.
Mire que el avezado conductor y director de El Horizonte, al dar las gracias a la producción y colaboradores al finalizar su espacio noticioso, también incluyó a quien mediante el lenguaje de signos o señas, brinda a la audiencia sordomuda acceso a los contenidos informativos.
Sin embargo, Padua se enredó en una explicación muy extraña al referir que “el idioma de dedos” lo pueden entender todos, o casi todos, pero principalmente las personas “que no oyen ni hablan, porque tienen problemas de audición o de lenguaje”. ¿Así o más simple?
El otro incidente penoso se relaciona con un accidente vial cometido por un operador de tráiler en una avenida de San Pedro. El percance, que sólo afectó a los residentes de la zona por la pérdida de energía eléctrica, mereció más de 15 minutos de transmisión como nota de apertura del noticiero, incluida intervención del reportero, pero sobre todo los comentarios y críticas de Padua a la mala planeación de las autoridades, y a “la irresponsabilidad del alcalde Mauricio Fernández por permitir el paso de vehículos pesados por la zona”.
Pero la historia no terminó ahí. Antes de acabar el noticiero de dos horas hubo dos enlaces más en directo con el reportero para saber los avances en la reconexión de la energía eléctrica, y si se había o no multado al operador del tráiler, y si había ido el alcalde o dicho algo al respecto.
A quien de plano se le hizo bolas el engrudo fue al compañero de Televisa Monterrey, Josué González, a quien enviaron a Ciudad Victoria para cubrir los conflictos que se han registrado en el penal de aquella ciudad.
Resulta que durante su enlace en vivo con Mauro Morales en el programa Monterrey al Día, aseguró que los problemas se estaban registrando en el Penal del Topo Chico, cuando en realidad a esa cárcel se le conoce como la del Tamatán.
Obviamente Josué extraña mucho su casa, y por ello trae en la punta de la lengua todo lo que tiene que ver con tierras regiomontanas… o quizás trae tan enquistada la “línea” de su empresa que ya quiere echarle la culpa de todo lo malo que pasa a la administración de “El Bronco”.
Otro de los resbalones que tuvo con ese enlace fue cuando minimizó las lesiones que sufrió un compañero camarógrafo durante los enfrentamientos que se registraron afuera de la cárcel, al decir que era empleado de “una televisora local”.
Lo feo del asunto es que el lesionado es cámara ¡de Televisa en Ciudad Victoria!, lo que demuestra la poca solidaridad que tiene el enviado de Televisa Monterrey para la raza de su propia casa.
CAMBIO DE PIEL
“En tiempos donde nadie escucha a nadie, en tiempos donde todos contra todos”, cantaba el argentino Fito Páez hace algunos años, refiriéndose a momentos críticos para la sociedad. Bueno, pues en momentos en que se dice que la prensa escrita, y sobre todo los periódicos impresos están en riesgo, hay nuevas aventuras que contar.
Resulta que de unos días para acá Milenio Diario de Monterrey tiene nueva piel, una nueva imagen para su viejo esquema que no ha cambiado en cinco o seis años.
Ahora toda la edición del rotativo es a color, y no sólo la portada, la contraportada y algunas páginas como hasta el mes de mayo ocurría. Todo es a colores, fotos, anuncios, cabezales, cuerpo de las notas. Todo.
Salvo el suplemento de El Mundo, que seguirá en blanco y negro porque así es el formato de ese diario español, Milenio luce diferente. Es una apuesta por incorporar a nuevos lectores en momentos en los que, se dice, la prensa escrita diaria está en riesgo ante el avance de las nuevas tecnologías y, sobre todo, el descrédito de sus contenidos.
Y la pregunta de cada edición: ¿dónde trae el secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, el botón rojo que debe apretar cuando se le sale del radar Víctor Badillo?
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