Los habitantes de la franja fronteriza norte de México, desde Tijuana a Matamoros, empezaron el nuevo año con aumento al salario mínimo, con la gasolina más barata y menos impuestos a pagar. Promesas cumplidas del presidente Andrés Manuel López Obrador que hizo durante su campaña.
Populistas o no las medidas, a la gente común y de clase media hacia abajo –que es la mayoría en un país con más de 50 millones de pobres o extremos pobres-, esa etiqueta a AMLO poco o nada le importa.
A partir del primer día de enero de 2019 el litro de magna cuesta 5 pesos más barato que en el resto del territorio, y los trabajadores como albañiles, carpinteros y obreros de la industria maquinadora ganan casi 90 pesos más al día.
Los partidos de oposición, sobre todo el PAN y PRD, insisten en demeritar una realidad que está beneficiando a la población fronteriza con Estados Unidos, porque mientras en el interior del país el litro de magna cuesta hasta 19.40 pesos, en esa zona se vende entre 13 y 14 pesos. No más.
Por coincidencia en dos entidades donde lo que parecía imposible se hizo posible con los combustibles, este año habrá elecciones –otra coincidencia, aunque en política, dicen, las coincidencias no existen-. Y ambas son gobernadas por el Partido Acción Nacional.
En Baja California se renovará la gubernatura, diputaciones locales y cinco alcaldías, mientras en Tamaulipas el ejecutivo estatal albiazul, Francisco García Cabeza de Vaca, anda con el “Jesús en la boca” desde el 1 de enero cuando las bombas de gasolina surtían más litros por menos pesos.
Y aunque Cabeza de Vaca quiso bajarle entusiasmo a la reducción en los precios de las combustibles no cobrando la tenencia vehicular, ese pago es anual y con el tiempo se olvida, mientras cada semana se carga una o dos veces el tanque en carros o camionetas de particulares. Y son los que votarán el 2 de junio próximo.
¿Y qué partido van a tener en mente cuando se encuentren frente a la boleta electoral quienes de la noche a la mañana mejoraron su vida al ver aumentado su salario mínimo diario de 88.36 pesos a 176.72?
De punta a punta, del Pacífico al Golfo de México, los consumidores que harán despensa o acudirán a un restaurante pagarán menos porque el Impuesto al Valor Agregado (IVA) bajó en la frontera de 16 al 8 por ciento.
A la mayoría de los habitantes no les importa los fatalistas análisis que hacen los economistas expertos sobre el macro impacto de esa medida en la salud financiera de México en el actual sexenio, y sólo ven en sus bolsillos ese beneficio.
Siendo sinceros, de nada sirvió que el gobierno cobró el 16 por ciento de IVA desde 2009 con lo votos del PAN, PRI y Verde en la Cámara de Diputados y en el Senado, pues las ciudades fronterizas están cortadas con la misma tijera del olvido y el retraso.
En Tamaulipas sólo se elegirán diputados locales para renovar el Congreso. Y el riesgo es que el PAN y Cabeza de Vaca pierdan la mayoría en su segundo trienio con el riesgo de seguir los pasos de Eugenio Hernández Flores -el ex gobernador que metió a la cárcel-, cuando culmine su sexenio, pierda poder y se abran expedientes.
Ambos estados fueron arrasados el 1 de julio del año pasado por MORENA llevando a López Obrador a la presidencia, con una escuálida oposición de los candidatos del PAN que apenas rasguñaron ganando algunas diputaciones federales y perdieron las elecciones del Senado.
Y mientras desde Nuevo Laredo a Matamoros, pasando por Reynosa y Río Bravo (donde se concentra el mayor número de electores) se pudieran repetir los resultados, MORENA apunta al centro y el sur tamaulipeco donde obtuvo un colchón de votos importante y la alcaldía de Ciudad Madero.
López Obrador va por todo. No es vengativo ni rencoroso, pero tiene, como él mismo lo ha dicho, muy buena memoria. Y es precisamente eso lo que no dejará bien dormir durante los próximos cinco meses al gobernador de Tamaulipas.
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