La ganadería de Piedras Negras formada en 1870 por don José María González Muñoz y considerada entre las más antiguas de América, reapareció hace unas semanas en la Plaza Monumental México después de 22 años de ausencia, Piedras Negras quién inició su historia de sangre brava con vacas criollas del rancho de “Zacatepec” y sementales de “San Cristóbal de la Trampa” ha destacado durante su longeva vida por la bravura y casta de sus toros que la ha convertido en una ganadería a la que a muchos toreros particularmente las figuras le saquen la vuelta.
A raíz de la muerte en 1908 de su creador Don José María González Muñoz “Piedras Negras” refrescó su sangre incorporando a su dehesa ganado de “Tepeyehualco” y toros de “El Marqués”lo que provocó que sus triunfos comenzaran a replicarse con mayor continuidad.
Tan es así que a partir de la década de los años veinte del siglo pasado, la vacada tlaxcalteca haya crecido en calidad y bravura convirtiéndose a partir de ese momento, en una de las ganaderías bravas que más toros lidió en México y que a lo que a lo largo de su historia la haya convertido en un referente importante del campo bravo mexicano.
Cabe destacar que durante la época de oro del toreo mexicano los toros de “Piedras Negras” marcaron un rumbo glorioso al ser lidiados por las grandes figuras de aquel entonces, los toros tlaxcaltecas se distinguieron desde entonces por su fina presencia, cornamenta bien puesta, bravura y fiereza destacando sus pintas negra o cárdena en la mayoría de los casos.
Y no obstante que en la historia de esta antiquísima ganadería se han vivido momentos tristes y trágicos las grandes tardes de los “Piederegrinos” han quedado en la memoria de los aficionados de todos los tiempos.
Uno de esas funestas tardes fue la ocurrida el 29 de diciembre de 1940, cuando el toro “Cobijero” de “Piedras Negras” dio muerte en el ruedo al matador Alberto Balderas entonces considerado como el “Torero de México” y que ha sido una gran figura de todos los tiempos, otro infortunado incidente ligado a los “Piedras Negras” fue el fallecimiento en 1941 de quién era en ese momento era su propietario, Don Wiliulfo González quién perdió la vida cuándo “coleando” a un toro de su propiedad cayó de su caballo quién lo arrastró por el campo provocándole la muerte.
La Hacienda de “Piedras Negras” ubicada a 18 kilómetros de Apizaco Tlaxcala y a 150 kilómetros de la ciudad de México, ha tenido importantes pasajes taurinos en los que se ha transitado entre lo penoso y la honra.
Un dato histórico de esta ganadería fue cuando lidió su primera corrida en la capital de la República siendo la fecha del 15 de diciembre de 1946, cuándo el maestro de Saltillo Don Fermín Espinoza “Armillita” lidió a “Nacarillo” a quién le cortó las orejas y rabo.
En esa inolvidable al maestro de Saltillo le tocó en suerte el toro “Nacarillo” número 37 de pelaje cárdeno oscuro; había tenido el toro en los dos primeros tercios de la faena una embestida sosa, tardía y aplomada, pero cuándo llegó a la muleta cambió su comportamiento y con ello “Armillita” le bordó el toreo largo y profundo logrando un triunfo excepcional provocando que las crónicas de la época calificaran su faena como perfecta por su estructura serena y reposada.
Esa tarde el maestro de maestros alternaría con dos grandes figuras como Manuel Rodríguez “Manolete” y Alfonso Ramírez “Calesero”.
Ahí mismo en “La México” en las temporadas de 1946 y 1947 el torero leonés Antonio Velázquez también les cortó las orejas y rabo a dos toros importantes de la ganadería de “Piedras Negras” sus nombres “Amapolo” y “Bandido”.
Otros perpetuos bureles a los que se les cortaron orejas y rabo en el coso mayor del mundo han sido Morcillero” lidiado por Rafael Rodríguez el “Volcán de Aguascalientes”; “Ratero” que le correspondió al español Julio Aparicio; dos de nombre “Talismán” toreados por el “Maestro de Tetela” Joselito Huerta y “Soy de Seda” lidiado el 20 de abril de 1969 por el gran “Curro Rivera”, “Curro Cumbre”.
Por cierto, la última vez que se toreó en la Monumental México a un ejemplar de la dehesa tlaxcalteca fue el que llevó por nombre “Reportero” y al que el diestro lagunero Arturo Gilio le cortara una oreja el 5 de marzo de 1995.
Hasta le fecha la estadística taurina nos señala que han sido 191 los toros de “Piedras Negras” que se han lidiado a lo largo de la historia del Coso mayor del mundo.
La vida pública de “Piedras Negras” tiene en su haber una enorme importancia, pues a partir del siglo pasado y hasta nuestros días ha lidiando en las plazas mexicanas más de 1700 toros a quiénes muchas figuras del toreo en diversas épocas les han conformado todo tipo de faenas muchas de ellas que se han quedado en el inconsciente del público aficionado.
Grandes toreros y figuras como Rodolfo Gaona, Juan Belmonte, Armillita, Silverio Pérez, Lorenzo Garza, Jesús Solórzano, Pepe Ortiz, El Soldado, Silverio Pérez y Carlos Arruza, hasta los contemporáneos como Alfredo Leal, Raúl Contreras “Finito”, Curro Rivera, Eloy Cavazos y Manolo Martínez así como Jesús Solórzano Pesado, Raúl Ponce de León, Miguel Villanueva, Gabino Aguilar, El Cordobés, Palomo Linares, Pepe Cáceres y los recientes como Uriel Moreno “El Zapata” y Rafael Ortega, tuvieron la oportunidad y el privilegio de enfrentar su quehacer taurino ante los bravos toros de “Piedras Negras”.
Y ahora que la Plaza Monumental México dentro de la Feria Taurina denominada “Con sed de triunfo” anunció el retorno al coso de Insurgentes de la legendaria ganadería, en un cartel que conformaron Antonio García “El Chihuahua”, Mario Aguilar y el regiomontano Juan Fernando, fue una estupenda oportunidad de ver a esta sangre taurina de gran prosapia.
Por lo que para los jóvenes matadores mexicanos que enfrentaron en esta temporada a los toros “Piederegrinos” de divisa rojinegra y que sin duda lucirán el trapío y bravura que los identifica podrán a prueba a los toreros que no les quedará más que sacar lo mejor de su repertorio y valor en busca del éxito que tanta falta les hace.
Pero lo mejor de todo, será ver en el ruedo más importante de América, a este legendario ganado que nació hace 150 años y que desde entonces seis generaciones de la Familia González lo han sacado adelante, trabajado duro para ello enfrentando a lo largo de su historia, un sinnúmero de dificultades como lo han sido las sequías, embates de guerras internas, problemas agrarios y abigeatos, siempre con firmeza y sin claudicar para mantener viva a una de las dehesas de toros bravos más importantes y representativas del campo mexicano, buscando afanosamente revivir grandes e inolvidables glorias que han engrandecido a los largo de tres siglos la fiesta brava en México.
Olé por “Piedras Negras”v
Twitter@AlbertoJoseHdzS