
Al mencionar los derechos de los niños, los gobiernos de México y América Latina enfocan sus políticas públicas hacia la salud, bienestar social, alimentos, educación y legislación. Que no está mal. Pero no es suficiente para atender una incipiente participación colectiva de nuestros niños en los medios de comunicación, como lo son la red del Facebook y Youtube, sin mencionar el acceso libre, abierto y sin límites de internet.
¿Cuántos niños menores de 15 años conoce que tienen cuenta de Facebook?, abierta por sus padres y algunos bajo la mirilla de los progenitores a ratos. ¿Y en esos ratos en que los menores no están bajo la observancia de sus padres, tiene usted idea de qué ven en el internet y en las redes sociales? ¡Me he encontrado niños de 4, 5 y 6 años con cuenta de Facebook! ¿Cuántos niños conoce que tienen Tablet y apenas hablan y caminan? Es más, ¡algunos aún no leen! ¿De quién es esta responsabilidad? De los padres, por supuesto.
¿Y estos padres, qué nivel de educación tendrán? Porque muchos lo hacen por moda y aunque algunos manejan las cuentas de sus hijos y tienen su password, pareciera no interesarles el contenido de la “información” que tienen sus hijos a su alcance. Una generación de menores de edad que casi no leen, pero que sí observan los contenidos gráficos que están superando a los textos en el periodismo actual.
¿Ha visto usted desnudos en el Facebook?, ¿cuentas que hablan sobre culos, nalgas, tetas, sexo por dinero, orgasmos, etcétera? ¿Quiere ver páginas con el número más alto de “likes”? Obvio, estas páginas rebasan los 300 mil seguidores.
Y de estos miles de seguidores “ardientes”, que pudiera ser cualquier miembro de una familia, un tío, un hermano, un padrino, un cuñado y hasta maestros de nuestros hijos, ¿cuántos de ellos forman parte de los “amigos” de sus hijos menores en el Facebook?
Los derechos de los niños van a la par de la obligación que tenemos, gobierno, empresarios, periodistas y sociedad en común, en la formulación de contenidos informativos responsables hacia nuestros menores, porque querámoslo o no, las redes sociales son los medios de comunicación más visitados y con contenidos menos objetivos y profesionales que pudiéramos encontrar. Es información para menores hecha por adultos…
¿Cómo hacer participar a nuestros jóvenes y niños? A través de cursos sobre Periodismo para jóvenes y niños.
España y Argentina encabezan la lista de los países preocupados en el tema y realizan cursos y talleres impartidos por especialistas en Educación de la mano de periodistas reconocidos. La organización civil Atrapavientos, la Casa del Lector, Summa Colectivo de Arte, Fundación Telefónica y la agencia de noticias EFE, han impartido estos cursos.
La asociación civil Pasa la Voz, de Perú, ha sido el único colectivo en Latinoamérica en impartir un activo taller de Periodismo para niños (de hecho en zona rural) y me sorprendió porque en México aún no llegamos a ese nivel de enfoque de responsabilidad de los contenidos.
La Universidad de las Américas de Puebla (Udlap), a través de un manual hecho para niños, y el Instituto Sudcaliforniano de Cultura (ISC), son las únicas instancias que han impartido cursos similares en México y van de la mano con el objetivo de este tema: hacer que los niños conozcan la responsabilidad de informar objetivamente y así abrir su visión a contenidos que aporten hacia la educación y el entorno social donde se desarrollarán en un futuro próximo.
El periodista mexicano Ulises Castellanos, quien se ha desempeñado como coordinador de fotografía en Proceso y editor de fotografía en los periódicos Excélsior y El Centro, ha sido el único periodista en participar con el gobierno federal (periodo Calderón) en un proyecto para la materia: Educación Visual, para secundarias federales a nivel nacional, con una excelente aportación respecto a la responsabilidad del periodismo gráfico a nivel mundial.
En Nuevo León hay por lo menos unas 8 universidades que imparten la carrera de Comunicación y Periodismo.
Es urgente orientar a los jóvenes -que no leen periódicos ni impresos ni digitales- que no todo lo que ven es información objetiva. Que el Facebook y el Youtube no son medios responsables de comunicación y que su participación es imprescindible hoy para corregir y mejorar el periodismo del siglo XXI en México y en el mundo.