Hablar de periodismo deportivo, increíblemente, para muchos medios informativos (impresos o electrónicos) se constriñe al futbol soccer. Como si no hubiera más, los jóvenes que sueñan trabajar como cronistas, o pretenden crear sus propios espacios, ponen como centro de su atención al más popular de los deportes de masas. Y la razón es muy simple: es al que se le exprime el más mínimo detalle noticioso, o se le fuerza a que así sea. Es entonces cuando se habla y se escribe hasta el cansancio que la Selección Mexicana no tiene pies ni cabeza o que da lugar a miles de críticas por sus pobres resultados y no se le ve futuro en la próxima Copa de Oro. Que replica la queja del entrenador tricolor, quien asegura que muchos no lo quieren en ese puesto por ser argentino. O que no responde a la pregunta de si se ve o no como director técnico de los verdes en el Mundial del 26. También se magnifica que el golpe en el talón izquierdo que recibió Gignac en un entrenamiento en la Rivera Maya prende las alertas en el equipo de Tigres, aunque luego se le da secuela al hecho de que no tendrá consecuencias. Y ni qué decir de la información generada en Cruz Azul por la molestia de “Tuca” Ferreti en la contratación de nuevos elementos, etc., etc.
No se diga todo lo que aporta el panorama internacional del futbol soccer para llenar espacios y tiempos en los medios. Que si Lio Messi esto y lo otro, o que si las nuevas caras que tendrán los grandes clubes de Inglaterra, Francia o España representan garantía de éxito o serán un fracaso por sus antecedentes. Y los analistas se cuelgan en sus comentarios dando rienda suelta a su emotividad, con tal de captar audiencias a través de la polémica, a veces muy barata, o rayana en lo que se conoce como “periodismo chicharronero”.
Por eso no es de extrañar que el recién estrenado programa de Televisa a nivel nacional, “Tercer Grado Deportivo”, cada lunes se haya enfocado casi totalmente a nuestro desastroso futbol soccer, pues con todo y sus lacras, es el mayor entretenimiento de los mexicanos que traemos, en lugar de cabeza, un balón que gira a donde los “especialistas de la materia” lo hacen que gire. Si acaso, en uno de ellos, se ocuparon de darle un raspón de pasadita a Ana Gabriela Guevara, debido al desastre de su actuación y declaraciones en torno a las mujeres de la gimnasia acuática, a quienes les ha negado apoyo oficial. Pero en todos esos nuevos programas “atractivos” que tanto arrastre están teniendo, el futbol soccer es el amo y señor de la atención en la mesa de debates. Y más cuando se logró la presencia del Comisionado y Presidente de la FEMEXFUT. “Atáscate, ahora que hay lodo”, parecían decir los telespectadores.
Sin embargo, nos preguntamos cuánto no diera el beisbol y sus ligas de verano y del Pacífico porque le armaran un alboroto igual en la televisora. Que se encendieran los ánimos con la diatriba si tiene caso realizar o no el Juego de Estrellas en Tabasco y el campeonato de jonrones un día antes. O si vale la pena seguir invirtiendo en chavales para que, desde su temprana edad, sigan el camino de las Grandes Ligas en USA, como lo han hecho los que han dejado huella de su calidad más allá de la frontera norte de México. Y lo mismo pensarán seguramente los que quieren proyectar más el tenis mexicano, el basquetbol, la natación y tantas otras disciplinas que suman más de 30 en el catálogo que adornan los pizarrones de la CONADE y, en nuestro caso, del INDE. Pero no sucede, pues el periodismo deportivo se ocupa de Checo Pérez solamente si sube al pódium o está metido en un escándalo, y del deporte universitario que ha logrado su 16 campeonato consecutivo en la Universiada, ahora en Sonora, no queda otra más que pague la UANL si quiere ser tomada en cuenta en los medios comerciales.
En cambio, al futbol soccer le sale todo gratis, incluyendo los enviados especiales a sus sitios lejanos de entrenamiento o giras promocionales. Y por eso a pocos receptores de noticias les puede uno cambiar el chip, a fin de que reconozcan que hay otros ámbitos del periodismo deportivo.