El Presidente electo, Enrique Peña Nieto deberá poner en práctica todos sus dotes diplomáticos en la gira que inició por Latinoamérica con la finalidad de incrementar las relaciones internacionales con los países del cono sur.
El derecho internacional y las relaciones internacionales son de gran relevancia en estos momentos para México ya que cumplen una importante función social, consistente en prevenir los actos de violencia con la finalidad de mantener la convivencia y la armonía entre las naciones, sobre todo tratándose de temas de narcotráfico.
Deberíamos preguntarnos ¿Entonces qué tipo de acuerdos o tratados pretende impulsar Peña Nieto con las naciones que visita?
México deberá recurrir a lo mejor de la diplomacia internacional para fortalecer sus relaciones y hacerse respetar como nación.
Algunas de las acciones diplomáticas a las que recurren la mayoría de las naciones latinas son la Doctrina Drago, la cual es un buen ejemplo de lo que los países pueden llegar a establecer cuando sus relaciones se vuelven tensas producto de créditos internacionales.
Esta doctrina, anunciada en 1902 por el ministro de relaciones exteriores argentino, Luis María Drago, nació como respuesta al incumplimiento de la Doctrina Monroe por parte de Estados Unidos, la cual establece que ningún poder extranjero puede utilizar la fuerza contra una nación americana a los fines de hacer efectivo el cobro de una deuda.
Otro ejemplo vivo para el fortalecimiento de las relaciones internacionales entre naciones lo es la propuesta hecha por Horace Porter, que fue adoptada en la Haya en 1907 y que consiste en que tanto el arbitraje y como el litigio deberán usarse siempre primero, antes que el uso de la fuerza.
Las naciones latinoamericanas recurren también de manera constante a la Doctrina Calvo, aplicada por su autor, Carlos Calvo, la cual consiste en que quienes viven en un país extranjero deben realizar sus demandas, reclamaciones y quejas sometiéndose a la jurisdicción de los tribunales locales, evitando recurrir a las presiones diplomáticas o intervenciones armadas de su propio Estado o gobierno.
El derecho internacional también reconoce a la doctrina Tobar como la acción de abstenerse a reconocer a un gobierno extranjero que hubiese ocupado el poder por la fuerza de un golpe militar o de una insurrección popular, situación que el mundo ha estado experimentando recientemente en países como Libia, Egipto e incluso Afganistán.
Incluso México en otras épocas aplicó la llamada Doctrina Estrada, anunciada desde 1930 por el entonces secretario de Relaciones Exteriores, cuyo nombre era Genaro Estrada durante la presidencia de Pascual Ortiz.
Estrada aseguraba en su tratado que México se limitaba a mantener relaciones diplomáticas, sin que esto implique la aprobación o reprobación de los gobiernos revolucionarios.
A Estados Unidos le ha funcionado la famosa Doctrina Wilson la cual se desprende del discurso del Presidente Wilson del 11 de marzo de 1913 pronunciado en Alabama, en la cual expresó sus ideas sobre la naturaleza de un gobierno republicano justo, y posiblemente sin darse cuenta, abogaba por la Doctrina Tobar, enunciada seis años antes.
En esa ocasión Wilson dijo: “La cooperación sólo es posible cuando está sostenida en todo momento por el proceso ordenado del gobierno justo que se funda en el derecho, no sobre la fuerza arbitraria e irregular.
Sin duda el nuevo gobierno federal, que encabezará a partir del 1 de diciembre de este año, Enrique Peña Nieto deberá reforzar la presencia internacional de México en el extranjero con la finalidad de fortalecer los lazos comerciales con las naciones latinoamericanas.