Para cuando usted me haga el favor de leer esta columna, ya andaremos metidos en fiestas, celebraciones, frío, invierno, familia, comidas, tamales, ponche, reuniones, abrazos, pinitos de Navidad, posadas y piñatas con las que estaremos iniciando las celebraciones decembrinas y de fin de año.
Porque en su humilde casa, por lo menos desde noviembre, iniciamos con la elaboración de los ricos buñuelos bañados en miel de piloncillo y anís, para deleite sobre todo de los chamacos.
Lo cierto es que para cuando usted me conceda el favor de su atención, Peña Nieto ya habrá anunciado sus “10 Acciones por un México en Paz”, donde resalta la intención de crear el Mando Único en cada entidad, así como un número nacional telefónico para emergencias, el establecimiento de la Clave Única de Identidad (la CUI), así como reformas y creaciones de leyes que garanticen los Derechos Humanos e incrementen la penalidad contra los responsables de los delitos de tortura y desaparición forzada de personas.
Para cuando usted me haga el favor de leer esta columna casi navideña, Enrique Peña Nieto ya habrá venido a Nuevo León para inaugurar la primera fase del Gasoducto Los Ramones, la cual se espera que sea la más grande obra de Pemex en la era contemporánea y con lo que se pretende importar el gas desde los Estados Unidos.
Peña Nieto cerrará el año en Nuevo León con el anuncio de la puesta en marcha de la primera etapa de esta obra que fue amarrada en abril del 2013 desde Tokio, Japón, entre las empresas de Pemex, la japonesa Mitsui y una tercera que por “confidencialidad” no ha sido revelada.
La construcción del Gasoducto Los Ramones se estima pudiera realizarse con una inversión de 460 millones de dólares y la segunda etapa de este proyecto iría de Los Ramones a Guanajuato, pronosticando se concluya a finales del 2015.
“La firma, hecha en la capital japonesa, fue encabezada por el presidente Enrique Peña y el director general de Pemex, Emilio Lozoya. El gasoducto Tucson-Sásabe, cuya construcción tardará un año, tendrá una extensión de 200 millas (320 kilómetros) y permitirá la importación de 770 millones de pies cúbicos diarios de gas.
“El titular de la paraestatal mexicana, Emilio Lozoya, informó, además, que se está en la etapa de exploración para el desarrollo de otro gasoducto adicional, con una inversión de 800 millones de dólares –también con Mitsui-, lo cual busca que México tenga abasto de gas a precios competitivos” (El Economista, abr. 9, 2013).
Como puede verse, la presencia del mandatario en la entidad sigue siendo relevante y aunque me aburren los discursos políticos, Peña Nieto es un hombre que está actuando a pasos agigantados cuando de materia energética se trata, cuando de tratados con los Estados Unidos se requiere, cuando se dispone convencer a todo el mundo –Literalmente. Mírelo usted viajando por todo el planeta- para atraer inversión extranjera y cuando de política se apremia, porque estamos a días de que sea designado el contendiente del PRI por la gubernatura del estado.
Peña Nieto is coming to Los Ramones town porque inaugurará esta primera etapa del gasoducto, refrendará la “exitosa” relación entre el Ejecutivo Federal y el Congreso de la Unión por haber aprobado la reforma energética y con toda seguridad se reunirá con las cabezas de su partido, así como con empresarios interesados en contribuir con el o la candidata que los representará en las urnas el próximo 2015.
Porque como usted sabe, el candidato del tricolor a la gubernatura del estado se define por dedazo desde Los Pinos y Peña Nieto is coming to town para seguramente cenar con sus muchos amigos y hasta echarle su bendición a varios aspirantes que buscan ganar un cargo en la siguiente contienda electoral.
Pero dejemos en paz a la política y aprovecho para desearle una muy feliz Navidad en compañía de sus seres queridos.
Vea bien si ya tiene completa la lista de ingredientes que debe comprar para los tamales o el menudo, o el pavo relleno acompañado de espagueti, ensalada de manzana y esos chiles rellenos de atún que algunos del centro del país acostumbramos con sumo placer.
Merecemos olvidarnos unos días de tanta politiquería barata y fastidiosa. Pero eso sí, no olvide prender una vela blanca en su mesa esta Nochebuena, acuérdese que desafortunadamente ya somos menos, nos hacen falta 43.